En la exhortación apostólica "Evangelii gaudium" del 24 de septiembre del 2013, el Papa ha dedicado los dos siguientes parágrafos al diálogo con los
musulmanes :
«252. En esta época adquiere gran importancia la relación con los creyentes del Islam, hoy particularmente presentes en muchos países de tradición cristiana donde pueden celebrar libremente su culto y vivir integrados en la sociedad. Nunca hay que olvidar que ellos, «confesando adherirse a la fe de Abraham, adoran con nosotros a un Dios único, misericordioso, que juzgará a los hombres en el día final». Los escritos sagrados del Islam conservan parte de las enseñanzas cristianas; Jesucristo y María son objeto de profunda veneración, y es admirable ver cómo jóvenes y ancianos, mujeres y varones del Islam son capaces de dedicar tiempo diariamente a la oración y de participar fielmente de sus ritos religiosos. Al mismo tiempo, muchos de ellos tienen una profunda convicción de que la propia vida, en su totalidad, es de Dios y para Él. También reconocen la necesidad de responderle con un compromiso ético y con la misericordia hacia los más pobres.
253. Para sostener el diálogo con el Islam es indispensable la adecuada formación de los interlocutores, no sólo para que estén sólida y gozosamente radicados en su propia identidad, sino para que sean capaces de reconocer los valores de los demás, de comprender las inquietudes que subyacen a sus reclamos y de sacar a luz las convicciones comunes. Los cristianos deberíamos acoger con afecto y respeto a los inmigrantes del Islam que llegan a nuestros países, del mismo modo que esperamos y rogamos ser acogidos y respetados en los países de tradición islámica. ¡Ruego, imploro humildemente a esos países que den libertad a los cristianos para poder celebrar su culto y vivir su fe, teniendo en cuenta la libertad que los creyentes del Islam gozan en los países occidentales! Frente a episodios de fundamentalismo violento que nos inquietan, el afecto hacia los verdaderos creyentes del Islam debe llevarnos a evitar odiosas generalizaciones, porque el verdadero Islam y una adecuada interpretación del Corán se oponen a toda violencia».
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El jesuita islamólogo Samir Khalil Samir el pasado 19 de diciembre de 2013 publicó en la importante agencia "Asia News" del Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras una amplia nota de comentarios a estos pasajes de la "Evangelii gaudium" dedicados al Islam
Aunque se trata de un comentario dividido en dos partes, de la primera parte
entresaco lo que dice el Papa acerca de que los
países musulmanes deben acoger a los cristianos: "¡Ruego,
imploro humildemente a esos países que den libertad a los cristianos para poder
celebrar su culto y vivir su fe, teniendo en cuenta la libertad que los
creyentes del Islam gozan en los países occidentales!" [lo que es completamente cierto]. En este artículo, sin embargo, me voy a fijar tan solo en la segunda parte del comentario del padre Samir, que se expone a continuación. Aparecen frases del Santo Padre, que luego son comentadas.
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PUNTOS DE LA "EVANGELII GAUDIUM" QUE REQUIEREN
ACLARACIÓN
por Samir Khalil Samir
1. Los musulmanes "adoran con
nosotros a un Dios único, misericordioso" (n. 252)
Tomaré con cautela esta frase. Es verdad que los musulmanes adoran
un Dios único y misericordioso. Pero esta
frase sugiere que las dos concepciones de Dios son iguales. Por el
contrario, en el cristianismo Dios es Trinidad en su esencia, pluralidad unida
en el amor. Es un poco más que la sola clemencia y misericordia. Tenemos dos concepciones bastante
diferentes de la unicidad divina. La musulmana caracteriza a Dios como
inaccesible. La visión cristiana de la unicidad trinitaria subraya que Dios es
Amor que se comunica: Padre-Hijo-Espíritu Santo, o bien Amante-Amado-Amor, como
sugería san Agustín.
Además, ¿qué significa también la misericordia del Dios islámico?
Que Él practica misericordia con quien quiere y no la practica con los que no
quiere. "Dios hace entrar en Su misericordia a quien Él quiere"
(Corán 48:25). Estas expresiones se encuentran en forma casi literal en el
Antiguo Testamento (Ex 33, 19). Pero no
se llega jamás a decir que “Dios es Amor” (1 Jn 4, 16), tal como se expresa san
Juan.
En el caso del Islam, la misericordia es la del rico que se
inclina hacia el pobre y le concede algo. Pero el Dios cristiano es Aquél que
desciende hacia el pobre para elevarlo a su nivel; no muestra su riqueza
para ser respetado (o temido) por el pobre: se dona a sí mismo para hacer vivir
al pobre.
2. "Los escritos sagrados del Islam
conservan parte de las enseñanzas cristianas" (n. 252) (Véase apdo 4)
Es verdad en un cierto sentido,
pero puede ser también ambiguo.
Es verdad que los musulmanes retoman palabras o hechos de los evangelios
canónicos, por ejemplo, el relato de la Anunciación se encuentra casi
literalmente en los capítulos 3 y 19. Pero más frecuentemente el Corán se
inspira en los relatos píos de los evangelios apócrifos, y no extraen el
sentido teológico que se encuentra en ellos y no dan a estos hechos o palabras
el sentido que tienen en realidad, no por malicia, sino porque no tienen la visión global del
mensaje cristiano.
3. "Jesucristo y María son objeto de profunda
veneración" (n.
252)
El Corán, según el Papa Francisco, se refiere a "Jesús y María como objeto de
profunda veneración (n. 252)". A decir verdad, Jesús no es objeto de veneración en
la tradición musulmana. Por el contrario, en el caso de María se puede
hablar de una veneración, en particular por parte de las mujeres musulmanas,
que van voluntariamente a los lugares de peregrinación mariana.
La ausencia de veneración para Jesucristo se explica probablemente
por el hecho que, en el Corán, Jesús es un gran profeta, famoso por sus
milagros a favor de la humanidad pobre y enferma, pero no es igual a Mahoma.
Sólo por parte de los místicos se puede notar una cierta devoción, ellos lo
llaman también "Espíritu de Dios".