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domingo, 21 de septiembre de 2014

¿Fundamentalismo cristiano? 2ª parte (2) [Introducción2]



Si se desea acceder al Índice de esta primera parte sobre Fundamentalismo cristiano, hacer clic aquí

Dicho lo cual, yo me pregunto: ¿Quienes son los cristianos que piensan de este modo? Y la respuesta no es otra que la de aquéllos que intentan ser fieles a la Tradición recibida de los Apóstoles, tanto oral como escrita y transmitida fielmente por la Iglesia de toda la vida.  Se trata de aquellos cristianos que tienen en cuenta, al menos, estas dos ideas, fundamentales para la vida de la Iglesia, a saber:

1.  Que "Jesucristo es el mismo ayer, y hoy y por los siglos" (Heb 13,8)

2. Que  "el cielo y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán" (Mt 24, 35) 

Y no estamos hablando de cristianos que se hayan quedado en el pasado o que estén al margen de la vida. Sencillamente viven -o intentan vivir- conforme a la Palabra de Dios, revelada de una vez por todas hace más de dos mil años, con la venida al mundo de Nuestro Señor Jesucristo: Puesto que Jesucristo es Dios sus Palabras poseen una perenne actualidad; no están sujetas ni al tiempo ni al espacio: son Palabras dichas para hoy, para el momento presente que estamos viviendo.

Y vuelvo a preguntarme (y respondo): ¿Cómo es posible que un cristiano, que piense según el sentir de la Iglesia de veinte siglos, pueda ser acusado de fundamentalista por el papa Francisco? ¿Tiene razón el Papa al hacer esa afirmación? Bueno, no tenemos más que analizar sus afirmaciones, una por una, y constatar su veracidad o falsedad. Analicemos las acusaciones del Papa contra estos cristianos y veamos si son ciertas:


1. Un grupo fundamentalista, su estructuraaunque no mate a nadie, aunque no le pegue a nadie, ... , es violentaLa estructura mental del fundamentalismo es violencia en nombre de Dios. Es violenta.


Ya hemos hablado sobre ello en la primera parte y es cierto que tal fundamentalismo violento existe en el caso de los islamistas y también de los judíos. Pero ¿qué violencia contra los demás puede haber en un cristiano que, sencillamente, cree de verdad que Jesucristo es el Hijo de Dios y que ha dado su vida para redimirnos del pecado y hacer posible nuestra salvación? ¿Acaso estos cristianos que aún tienen fe coaccionan a los demás para que tengan también fe? El Papa sabe muy bien que eso es falso


2El saludo del fundamentalista es ... ¡a ver dónde te puedo pegar! ... al menos ideológicamente. No es un saludo que acerqueEl fundamentalismo defiende.


Como digo, en el caso de islamistas y judíos puede darse tal alejamiento. Pero en el caso de un cristiano que tiene fe y que, por lo tanto, ama a los demás con el mismo amor de Dios [un amor que continuamente cultiva  mediante la oración, los sacramentos y el trato con Jesucristo en el Sagrario], ¿cómo su saludo a los demás va a suponer una actitud de defensa y un alejamiento de ellos, cuando en su corazón late el propio Amor de Dios? También aquí el Papa acusa sin base.


3. "Las tres religiones tenemos nuestros grupos fundamentalistas, pequeños en relación con todo el resto.

Bien, EN ESTO TIENE TODA LA RAZÓN ..., al menos en el caso de los cristianos ... porque, efectivamente, son pocos, y cada vez son menos

No deja de ser curioso, sin embargo, el hecho de que, aun siendo tan pocos, le "preocupen" tanto ... como si se tratase de cristianos hipócritas, a los que acusa de "tristes" y "con cara de pepinillo avinagrado". Buena prueba de ello es que con ellos no hace uso de su famosa "misericordia", la cual reserva sólo para los enemigos declarados de la Iglesia.


Lo más incomprensible de todo esto es que el único "delito" que han cometido estos cristianos es el de mantenerse fieles a la Tradición de la Iglesia, a la iglesia de toda la vida [no a la Iglesia que ahora, desde hace cincuenta años se está inventando por los hombres] ¿Tan grave es esto? Por lo visto, para el papa Francisco, sí lo es. Parece ser que el problema más urgente que tiene la Iglesia -según su peculiar enfoque- es el de hacer cumplir las consignas "más problemáticas" del Concilio Vaticano II, cuales son las del ecumenismo a toda costa [un ecumenismo mal entendido], el diálogo interreligioso [que no es sino intentar conseguir la cuadratura del círculo, lo que todo el mundo sabe que es imposible] y la libertad religiosa, entre otras [como si diera lo mismo tener una religión u otra, pues en todas ellas los hombres se van a salvar igualmente


¿No se da cuenta el Papa de que son estos cristianos, precisamente éstos y no otros, los que van a hacer posible que "las puertas del Infierno no prevalezcan contra la Iglesia" (Mt 16, 18)? ...  ¡Pues todo indica que no!  [ ¿O tal vez sí?]. Lo que es evidente -lo estamos viendo- es que el papa Francisco, por las "razones" que sean, no es muy amigo de la Tradición ... ¡Y lo que es aún peor: en mi opinión, la "renovación" que el Papa pretende que tenga lugar en la Iglesia [y ojalá que me equivoque], si se llevara a cabo [lo que pienso que Dios no permitirá, a menos que nos encontremos ya en los últimos tiempos o muy cerca de ellos], acabaría con la verdadera Iglesia, de la cual sólo quedaría un pequeño resto[que, además, sería perseguido por la "nueva Iglesia", por la Iglesia "oficial"], cumpliéndose así las palabras proféticas del mismo Jesús: "Os expulsarán de las sinagogas [entiéndase templos]; más aún: se acerca la hora en la que quien os dé muerte piense que así sirve a Dios" (Jn 16, 2). Y nos da una razón: "Esto lo harán porque no conocieron a mi Padre ni a Mí tampoco" (Jn 16, 3). 


La Iglesia que nos espera sería la que, según el padre Alfonso Gálvez, podría llamarse "catacumbal". Pero estamos ya advertidos: "Esto os lo he dicho para que no os escandalicéis" (Jn 16, 1). "Os digo esto para que cuando llegue la hora os acordéis de ello, de que ya os lo anuncié". (Jn 16, 4a). Y continúa diciendo, más adelante: "Os aseguro que lloraréis y os lamentaréis, y en cambio el mundo se alegrará; vosotros estaréis tristes, pero vuestra tristeza se convertirá en alegría" (Jn 16, 20).


La gran alegría es, fundamentalmente, la de permanecer junto a Jesús y poder escuchar de su boca estas palabras dirigidas a nosotros: "Vosotros sois los que habéis permanecido junto a Mí en mis tribulaciones. Por eso Yo os preparo un Reino como mi Padre me lo preparó a Mí, para que comáis y bebáis a mi mesa, en mi Reino, y os sentéis sobre tronos para juzgar a las doce tribus de Israel" (Lc 22, 28-30). Por eso, nuestra actitud nunca puede ser desesperanzada. No tenemos ningún motivo para ello. Al contrario. Escuchemos lo que nos dice nuestro Maestro y Amigo: "Os he dicho esto para que tengáis paz en Mí" (Jn 16, 33a). De modo que, en medio de todo tipo de tribulaciones, podemos considerarnos verdaderamente dichosos, pues lo somos desde el momento en que estamos unidos a Jesucristo y compartimos su Vida, incluidos sus sufrimientos.


Ya sólo nos queda abrir bien nuestros oídos y estar muy atentos para poder percibir en lo más intimo de nuestro corazón, esas hermosas palabras que Jesús nos dirige, y que nos llevan a mirar hacia adelante con esperanza y con ilusión: "En el mundo tendréis sufrimientos; pero confiad: Yo he vencido al mundo" (Jn 16, 33b)



 (Continuará)