En el siguiente vídeo de título España en guerra ... más o menos civil (duración 1:58 min) el director de Hispanidad nos cuenta algo que ya nos había adelantado en un artículo anterior el cual reproduzco también aquí: sus previsiones fueron acertadas.
- Independientemente del resultado final, el neo-comunista Pablo Iglesias se convierte en el eje ideológico de España.
- Es decir, son tiempos de guerra civil. Eso sí, distinta a la 1936: ahora será una guerra de todos contra todos.
- Y tiempos de persecución clara contra los católicos, en una mezcla de cristofobia y anticlericalismo.
- En particular, los neocomunistas (Podemos) y progres varios (PSOE), con el PP en su línea habitual: mirando hacia otro lado.
- Mimbres de esa persecución: ideología de género, ecopanteísmo e identificación de cristianismo con fascismo.
- Y la persecución ya ha comenzado: si no lo creen, atrévase a poner en duda la ley contra la violencia de género y verá lo que le ocurre.
Los votos escrutados todavía no pueden considerare definitivos cuando redacto está crónica pero, en cualquier caso, ya se vislumbra lo que son estas elecciones: desastre del PP, desastre del PSOE, Ciudadanos se desinfla y Podemos se convierte en el eje ideológico de España. No sé si “los olorosos” de Pablo Iglesias, como se le conocen en la derecha más reaccionaria, entrarán en el Gobierno pero eso es lo de menos: ahora todo pivota sobre un profe de políticas de escaso currículo, ignorante, pedante, chavista, engreído, grosero (“nosotros no hacemos el amor, nosotros follamos”), agnóstico (es decir, ignorante), amante de la propiedad pública (o sea, del dinero de los demás) al que si le dejamos –y le estamos dejando- acabará como sus adorados Hugo Chávez y Nicolás Maduro: con homicidios selectivos y profanación de iglesias. Su modelo es ese, el chavismo, una revolución comunista que ya ni oculta los asesinatos que perpetra hasta en los mítines electorales del adversario.
Y por cierto, los chicos de Podemos son tan corruptos como los partidos de la casta. Todavía no han sido pillado en grande robos porque tampoco han tenido un gran poder. Pero dentro de sus dimensiones han resultado terribles: todo tipo de pillerías laborales y fiscales, el apoyo chavista, etc, etc.
Pablo Iglesias es una neocomunista: es decir un bolchevique violento y demagogo, que vendería a su madre por lograr el poder. E insisto: lo de menos es que consiga ese poder, lo malo del 20 de diciembre es que le ha entronizado como eje ideológico. Es decir, que en España impera el pensamiento débil.
Y a partir de ahí, los españoles, especialmente los católicos, que son lo opuesto al neocomunismo de Podemos, pero también al progresismo del PSOE, de Ciudadanos y del PP, deben prepararse para enfrentar, una vez más, como en 1936, al neocomunismo, que es la vieja tiranía comunista pero que ahora pretende llegar al poder por la vía de las urnas, no de las armas.
Verbigracia: el puñetazo que un menor propinó a Rajoy no hubiera sido posible sin el ambiente creado por el neocom (neo-comunista) Pablo Iglesias. Hasta los proetarras de Bildu le han dejado el campo libre a Iglesias quien, como el viejo Lenin, ha sabido aglutinar a todos los extremismos e independentismos habidos en España, además de feminismos, homosexualismo, verdes de religión panteístas, clérigos progres y demás mariachis.
En definitiva, son tiempos de guerra civil. Si lo prefieren, de enfrentamiento civil, porque no será una guerra como la de 1936. Será una guerra de todos contra todos. Comenzará como ya ha comenzado: con el imperio de lo políticamente correcto: ideología de género, identificación de cristianismo y fascismo, eco-panteísmo y la tradicional envidia comunista que se concreta en los recortes a la propiedad privada y en la sustitución de las libertades por los derechos. Esa persecución de lo políticamente correcto ya ha comenzado: consiste en que todo aquel que se queja de las directrices progres sea calificado de antidemocrático, fascista y claramente perseguible por la ley. Ejemplo: los delitos de odio. Ejemplo concreto: atrévase a poner en duda la ley contra la violencia de género y verá lo que le ocurre.
Y serán tiempos de persecución clara contra los católicos, en una mezcla de cristofobia y anticlericalismo. En particular, los neocomunistas (Podemos) y progres varios (PSOE), con el PP en su línea habitual: mirando hacia otro lado. En eso si nos parecemos al periodo 1931-1936: el verdadero enemigo del espíritu miliciano era la iglesia.
Españoles, especialmente católicos españoles, preparaos para luchar, otra vez, contra el comunismo.
Eulogio López