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Surge un problema: Si prácticamente todos los partidos son pro-abortistas, ¿qué le queda, entonces, a un católico? ¿Puede o no puede votar? A mí se me ocurren dos o tres opciones posibles:
¡Hoy todo el mundo es demócrata! A la vista de lo cual me pregunto: ¿qué es la democracia? Abro entonces el diccionario y leo: Sistema de gobierno en el que los gobernantes son elegidos por los ciudadanos mediante votación. No se especifica nada más. Etimológicamente democracia es "el gobierno del pueblo", término usado por primera vez por Platón y luego también Aristóteles, en el siglo IV antes de Cristo.
Todo esto que, en teoría y en principio, suena bien, sin embargo, cuando se aplica a la práctica, nos encontramos con el hecho irrefutable de que casi siempre llegan al Poder aquellos que tienen comprados a casi todos los medios de comunicación, a través de los cuales influyen en la gente ... y no precisamente porque digan la verdad, como es su obligación, sino siendo tendenciosos con vistas a obtener, como sea, el voto de la gente ... pues la gente vota según la información de que dispone ... y esta información le viene de la prensa, la radio, la televisión, internet, redes sociales, etc...
Si los medios de comunicación fueran siempre veraces y objetivos, como debería de ser, entonces no habría problema. Al contrario: lo deseable es que la gente esté bien informada, para que voten con conocimiento de causa. El problema surge, en realidad, porque la información que le llega a la gente suele estar falseada y tergiversada; y, además, siempre aparece en ella un componente que apela al enfado y a la crispación de la gente y no a su inteligencia, haciendo hincapié, una y otra vez, en lo mal que lo están haciendo los otros y lo bien que lo harán ellos si les votan y llegan al Poder.
En mi opinión, es todo un montaje esto de las elecciones. Todos se consideran a sí mismos como demócratas (¿?) y respetuosos con la libertad de las personas, pero esa palabra, en realidad, tiene un significado equívoco y da lugar a confusión. Todo el mundo es demócrata y así lo manifiesta, con orgullo, ... , pero luego -si se remueve un poco el tema- resulta que cada cual entiende por democracia cosas completamente diferentes.
Y a los hechos me remito: aquéllos que se proclaman a sí mismos como los más demócratas del planeta son los comunistas y los socialistas ... ¡precisamente ellos que, cuando llegan al Poder, son los más totalitarios! ... y una vez aferrados al Poder difícilmente lo sueltan, pues no es el bien común lo que les interesa sino sólo el medrar y, sobre todo, luchar contra todos aquellos que no comparten sus ideas; de un modo especialísimo, contra los católicos, a quienes odian.
(Continuará)