Estaba comentando el pasado lunes, 24 de julio, una frase del papa Francisco el último día de su viaje a Paraguay, aquélla en la que termina diciendo que la fe, sin solidaridad es una fe sin Cristo, es una fe sin Dios, es una fe sin hermanos. Por así decirlo, "demostré", basándome en el Nuevo Testamento y en las verdades que siempre ha enseñado la Iglesia que la virtud por excelencia del cristiano no es la solidaridad sino la caridad .
Pero fue el comienzo de la frase completa el que me sacó de mis casillas y que no comenté en el post aludido, aunque dije que lo haría. Éstas fueron las palabras del Papa: "POR MÁS MISA DE LOS DOMINGOS, si no tienes un corazón solidario, si no sabes lo que pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil o es enferma o está muerta (...)"
Si en general, toda persona debe hablar siempre con sencillez y rigor para no dar lugar a posibles malinterpretaciones por parte de quien la escucha, en el caso de nuestro Papa esto adquiere una importancia especial ... y las advertencias del Señor a sus discípulos sobre el particular son muy claras y no ha lugar a ningún tipo de interpretación distinta a lo que se ha dicho: "Sea, pues, vuestra palabra: 'Sí, sí', 'No, no'. Lo que pasa de esto del Maligno viene" . No hay comentarios.
En esta entrada voy a comentar algo acerca de esa expresión del papa Francisco, cuando dice: "POR MÁS MISA DE LOS DOMINGOS, si no tienes un corazón solidario, ...
- De entrada, ir a Misa los domingos es una obligación grave para todo cristiano, hasta el punto de que comete pecado mortal quien falta a Misa los domingos y días de precepto. Cuando eso ha sido impuesto así por la Santa Madre Iglesia que, como tal Madre cuida de sus hijos para que éstos no se desvíen del recto camino, sus razones tendrá, y razones de peso, sin duda alguna.
La expresión papal utilizada: "por más Misa de los domingos" da lugar a cierta confusión. No dice "por más Misas", lo cual ya sería grave, aun refiriéndose a la Misa diaria, sino que (y ahora sí, de modo explícito), hace referencia nada menos que a la Misa del domingo sabiendo, como sabe, que un cristiano peca gravemente si no va a misa los domingos y días festivos, a menos que haya una causa de tal calibre que lo haga imposible.
Por supuesto, como no podía ser de otra forma, tal expresión fue difundida por todos los medios de comunicación, lo cual añade aún más gravedad al asunto, puesto que llega a un mayor número de personas, con el consiguiente daño.
¿Por qué hablo de daño? La respuesta es sencilla y creo que la entenderemos con facilidad: a muy poco que se profundice, hablar así de la Misa, sin venir a cuento y sin explicar realmente por qué se dice lo que dice, supone una clara desvalorización de la Santa Misa ... como si el ir a Misa o dejar de ir fuese algo banal. El pueblo cristiano está tan acostumbrado a oír decir aquello de que la misa es un "banquete" que se lo ha tomado "demasiado" en serio ... ¿Qué pasa si no asistes a un banquete? Nada. ¡Pues eso, pero con la Misa!
- ¡Y no es así! La Misa es infinitamente más que un simple banquete. Dios mismo se hace presente, realmente presente, en la Eucaristía. No es ningún recuerdo. No se hace memoria de algo que ocurrió, sino que es algo que está ocurriendo, de verdad, en ese momento. ¿Es que el papa Francisco da por sentado que los cristianos no creen en la Presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía? Porque si así fuese (que, por desgracia, lo es en el caso de miles y miles de cristianos) eso sí, precisamente eso, tendría que ser motivo de una gravísima preocupación por parte del Santo Padre, pues los católicos, que forman la Santa Iglesia, están, a día de hoy, confundidos y "abatidos", como "ovejas sin Pastor".
[Se trata de una realidad que ha ido "in crescendo" desde hace cincuenta años, y cuyo origen se encuentra en el Concilio Vaticano II, un Concilio que, dicho sea de paso, es el único no dogmático sino sólo pastoral y sin embargo es también el único que pretende imponerse "dogmáticamente", incurriendo así en una contradicción. Es más: hay algunos puntos de algunos documentos de este Concilio, precisamente aquellos en los que se está haciendo hincapié, que son bastante conflictivos y ambiguos y que se prestan a diversas interpretaciones, como se ha puesto de manifiesto con el paso del tiempo. Es muy ilustrativa, en este sentido, la lectura del libro "Vaticano II: una explicación pendiente", del cardenal Brunero Gherardini. La Iglesia actual se encuentra en penumbra, por no hablar de oscuridad total, sobre todo en una gran parte de la Jerarquía Eclesiástica. Pero en fin: no es éste el tema que ahora nos ocupa, de modo que continuamos para no perder el ripio]
- Santo Padre, permítame que le hable con franqueza, como un miembro más del Cuerpo Místico de Cristo: ¡La Misa de los domingos -y cualquier Misa- es más importante que tener un corazón solidario!. Porque, además, en esa expresión así utilizada, se está dando por supuesto, de modo implícito, que la gente que va a Misa los domingos lo hace sólo por cumplir, para "salvarse" ellos solos ... como si el mero hecho de ir a Misa supusiera que son unos insolidarios y que el resto de la gente les importa un pimiento. Confunde Su Santidad -o parece confundir- el "ir a Misa" con la "beatería" hasta el punto de que los que van a Misa, por el simple hecho de ir a Misa, serían, sin más, unos beatos ... Y, lo que es peor, unos hipócritas porque van a Misa y luego son insolidarios con los demás.
¡Eso es emitir un juicio ... y además, condenatorio! ... lo que no casa muy bien con sus palabras de otra ocasión, dirigidas a los gays: ¿Quién soy yo para juzgar? En el mejor de los casos no deja de ser muy extraño. Yo me pregunto: ¿Por qué no se da la presunción de inocencia "también" a los que van a Misa, sea diariamente o sea sólo los domingos? ¿Por qué se les considera, de entrada, unos hipócritas? ¿Por qué a ellos, precisamente a ellos- tendría que faltarles un corazón "solidario"?
Y no encuentro una respuesta lógica ... porque no la hay. ¿Que es cierto que hay algunos católicos que van a Misa y que luego son insolidarios? Nadie lo niega. También los hay, y en mayor cantidad, entre los que no van a Misa. Pero para eso está la confesión: de ello tendrán que arrepentirse y confesarse ... Lo que desde luego es falso, a todas luces, es que si son insolidarios, la causa no hay que buscarla en la santa Misa: No se puede juzgar al todo por la parte. (No se puede juzgar a la Iglesia ateniéndose a aquellos cristianos que no viven conforme a su fe). Y no se pueden sacar la consecuencia de que sean las misas de los domingos la causa de su insolidaridad para con los demás ... Sí, ya sé que no es eso lo que ha dicho, pero hay mucha gente que se ha quedado con esa idea (por su falta de claridad al hablar) o, en el mejor de los casos, y esto es indiscutible, se ha quedado con la idea de que el ir o no ir a Misa los domingos es algo que no tiene más trascendencia ... y que lo realmente importante es ser solidario, lo que no es verdad.
Estoy convencido; bueno, sé a ciencia cierta, por la experiencia de las demás ocasiones, de que enseguida habrá muchos que acudirán al consabido "el Papa no ha querido decir eso", "el Papa ha sido malinterpretado", "hay una corriente conservadora que se opone a todo lo que dice el Papa" y otras sandeces por el estilo.
Todo eso es rizar el rizo. La verdad es la verdad, la diga quien la diga. Y lo mismo ocurre con la mentira que lo es la diga quien la diga. De manera que pueden decir lo que quieran, pero lo cierto y verdad es que el Papa ha dicho lo que ha dicho. Punto. Y nosotros somos libres de usar nuestra razón para opinar acerca de sus palabras. Nuestra fidelidad al Papado es total, pero no a lo que diga cualquier Papa en cualquier momento y menos aún si contradice o da a entrever que contradice la doctrina multisecular de la Iglesia.
Por supuesto que el Papa no ha dicho, de modo expreso, que la Misa sea algo accesorio y poco importante: ¡Faltaría más! Una declaración formal de ese tipo supondría una herejía y podría ser depuesto como Papa.
Pero, puestos a nombrar la Santa Misa, ya que lo ha hecho, ha omitido decir de ella que es la esencia del Cristianismo y que tiene un valor infinitamente mayor que todos los corazones "solidarios" de toda la gente que existe, ha existido y existirá. Ha omitido decir que es Cristo mismo quien se hace realmente presente en la Santa Misa. ¿Y hay algún corazón más "solidario" que el de Jesucristo? ... ¡Y mucho más que solidario!
Hay, además, otra cosa que no me cuadra: para decir que debemos de tener un corazón "solidario" (aunque preferiría que hubiese hablado de caridad en lugar de solidaridad) ¿qué necesidad hay de nombrar la Misa y además, de esa manera, como si se tratase de algo banal?
Si quien lo oye es católico, o bien se queda extrañado (si tiene las ideas claras) de que el Santo Padre hable así, o bien se queda confundido y escandalizado (si no tiene un verdadero conocimiento de su fe) ... o lo que sería peor, esas palabras dan lugar a que el católico en cuestión tranquilice su conciencia si no va a Misa los domingos: ¡No pasa nada, no hay que darle tanta importancia a lo que no la tiene ... lo realmente importante es ser solidario!. ¿Realmente eso es así?
Y si quien lo oye no es católico, pues ... viva la pepa. ¿Qué más da ser católico o no serlo? ¿Qué necesidad tiene de convertirse al catolicismo? Le basta ser "solidario" y se salvará de modo que puede dormir tranquilo y seguir viviendo como lo ha hecho hasta ahora ... Vamos, ... ¡como si la salvación fuera posible sin la unión con Jesucristo! Se confunde así el amor cristiano con la "filantropía" o el "altruísmo" que, aunque están bien, se quedan a medio camino, en lo puramente humano, sin tener en cuenta a Jesucristo.
Se olvida también que "es la causa la que hace al mártir": Los cristianos que están siendo masacrados en la actualidad, un día sí y otro también, sin que intervenga ningún Gobierno para impedirlo (de lo cual tendrán que dar cuenta ante Dios, por permitir ese genocidio) están dando su vida por no renegar de Jesucristo, en quien creen con toda su alma, con todas sus fuerzas y con todo su ser, porque aman a Jesús más que a nada en el mundo, más que a su propia vida. Si lo esencial fuese el ser "solidarios", simplemente dirían: No me maten que a partir de ahora voy a ser solidario. Así se salvarían ... ¡Pero no, no es ése el problema!
El amor que un cristiano profesa a los demás -y esto es lo propio y lo específico de un cristiano- no es simple filantropía sino que tiene una razón de ser, que le es esencial; y es que quiere que todos conozcan a Jesús para que sean realmente felices, ya en esta vida. ¿Acaso se puede querer y desear un bien mayor para los demás si no es el que se enamoren perdidamente de Jesucristo? El aspecto material [llamémosle solidaridad o mejor un aspecto de la caridad, que es muy importante], es sólo consecuencia de ese Amor (con mayúsculas), porque en Jesucristo -y sólo en Él y con Él- tiene algún sentido llamar hermanos a los demás e hijos todos de un mismo Padre.
Si quitamos a Jesucristo de nuestra vida, nos quedamos sin nada, absolutamente sin nada. Los demás ya no serían mis hermanos. De nuevo, como está ocurriendo en tantos lugares en los que se ha rechazado a Jesús, el hombre sería un lobo para el hombre; y regiría la ley del más fuerte. No habría ley. Sin Jesús, la vida es una pasión inútil, como diría el existencialista Sartre, una persona que vivió amargada.
Por más solidario que se sea con los demás, si no hay una causa para ello, todo acaba en agua de borrajas, cuando no en otras cosas peores (caso de bastantes ONG´s que se quedan con el dinero que, presuntamente, es para los necesitados). El amor cristiano es diferente, es algo completamente distinto a la pretendida solidaridad. El que ama se preocupa de verdad por el otro; el otro le importa y daría su vida por él, que eso -y no otra cosa- es la caridad hacia los demás. Tal actitud es imposible por nuestras solas fuerzas, pero sí lo es en unión con Jesucristo (¡y sólo así!) pues de Él recibimos la gracia que necesitamos para hacer realidad esta misión ... ¡imposible sin la santa Misa! La Misa es esencial para un cristiano que quiera serlo de veras y que ame a Jesucristo. El amor hacia los demás viene solo cuando se ama a Dios.
(Continuará)