En fin: sigamos con el discurso del santo Padre. El Sínodo ha significado muchas cosas y, según sus palabras, parece que han sido cosas buenas ... El cómo ha llegado a esa conclusión es una pregunta que me hago, aunque la respuesta a la que llego no coincide con sus aseveraciones, pues, con los pocos datos de que dispongo, lo que he podido observar no coincide, sino que es más bien todo lo contrario de lo que el papa Francisco expone en su alocución.
Lo que yo he visto es demasiada división (y no precisamente enriquecedora) entre el conjunto de los cardenales; y esto con respecto a unas cuestiones que ni siquiera debieran haber sido planteadas nunca, pues no admiten discusión ... siendo lo más grave, a mi entender, el hecho de que tales cuestiones, cuya respuesta ya se conoce desde el comienzo del cristianismo, hayan sido planteadas al pueblo cristiano en forma de encuesta (Véase aquí y aquí).
Y luego está la situación que, en términos generales, se está viviendo actualmente en la Iglesia, a nivel de altas jerarquías y que es muy preocupante. Por poner algún ejemplo:
- ¿Dónde ha quedado la realeza de Cristo, de la que no se habla? Todo el mundo sabe que la Iglesia no es una democracia ni puede serlo, en modo alguno. Tuvo un Fundador, que es Jesucristo ... y el Papado como Institución tiene un carácter divino. Jesucristo encomendó a Pedro el cuidado de su Iglesia. Y este cuidado se lo encomendó sólo a Pedro ... y a todos sus sucesores, en comunión con Pedro, que han sido los diferentes Papas, vicarios de Cristo en la Tierra, cuya misión ha sido, es y seguirá siendo, la de transmitir con fidelidad la Doctrina recibida.
Cualquier intento de democratizar a la Iglesia queda fuera de la voluntad de su Fundador (ver aquí y aquí) ... La Constitución Jerárquica de la Iglesia le es esencial. La Iglesia de Cristo es únicamente la Iglesia católica: ésta -y ninguna otra- es la Iglesia verdadera, que es gobernada por el sucesor de Pedro y por los obispos en comunión con él.
El conjunto de los obispos o colegio episcopal, si si separa del Papa, deja de tener autoridad. Sin embargo, hay muchos obispos, en especial los alemanes, que no tienen muy clara esta idea. El propio Papa se define a sí mismo como el obispo de Roma ... que ciertamente lo es, pero no al modo y manera en que pueda serlo cualquier otro obispo, pues en cuanto Papa tiene un Primado absoluto. El mero hecho de hablar de Papa emérito, refiriéndose al cardenal Ratzinger (que, además, sigue vistiendo de blanco, como si aún mantuviera su condición de Papa) indica que hay un clima de confusión en el seno de la Jerarquía Eclesiástica, clima que no hace ningún bien al sencillo pueblo cristiano.
- Tenemos luego el hecho de que, desde el primer día en que Francisco tomó el relevo de Benedicto XVI, lo primero que hizo fue el pedir ser bendecido por los fieles. Es el Papa el que tiene que bendecir como Vicario y representante de Cristo en la tierra que es. Causa verdadero estupor el ir observando cómo el santo Padre pide continuamente ser bendecido ... incluso por miembros de otras religiones: rabinos, imanes, anglicanos, etc ... como si eso fuese señal de humildad siendo, como es, signo de capitulación ante el mundo y de avergonzarse de Jesucristo como el único que nos puede salvar (Hech 4, 12).
- La pastoral católica debería de pasar por dar a conocer a los católicos el auténtico contenido de su fe, de modo que sepan dar razón de su esperanza a todo el que se lo pida (1 Pet 3, 15), pero no es eso lo que está ocurriendo. Dentro de las obras de misericordia está aquella que dice: "Enseñar al que no sabe". Esta obra de misericordia, tan necesaria, no se está practicando en la Iglesia.
- Y, sin embargo, no es este desconocimiento -real- que posee la inmensa mayoría de los fieles cristianos lo que preocupa al santo Padre, sino que su máxima preocupación, según se deduce de los hechos, parece estar centrada en temas como el ecumenismo, el diálogo inter-religioso y el medio ambiente, entre otros.
- Nos encontramos también con el hecho de que el papa Francisco es considerado por la inmensa mayoría de la gente como el papa de los pobres. Pero lo que se viene observando en la Iglesia, desde el Concilio Vaticano II es, en cambio, un gran derroche de dinero, en particular en viajes papales. Desde 1962 han tenido lugar 148 de estos viajes (de ellos 11 el papa Francisco) y lo peor de todo es que no se puede hablar de que haya habido en esos viajes una verdadera Evangelización, puesto que los hechos cantan. Y según éstos, es cada vez menor el número de católicos que viven conforme a su fe, una fe que -en realidad- desconocen.
El papel principal del Papa, según se puede leer en el link anterior, es el de salvaguardar la pureza de la fe, mantener la integridad de la moral católica, y disciplinar a aquellos católicos, bien sean sacerdotes, obispos o líderes cívicos, que causen escándalo debido a su enseñanza heterodoxa y mal ejemplo ... Sin embargo, lo que hoy en día se observa es justamente lo contrario: nos encontramos ante una Iglesia en descomposición, empeñada en eliminar cualquier vestigio de sobrenaturalidad que se encuentre como si se tratara de un virus que hubiera que extirpar lo más pronto posible. Son hechos reales -aunque poco conocidos, por ser silenciados-el lamentable caso de los Franciscanos de la Inmaculada (pinchar aquí y aquí), el caso de la destitución de Monseñor Liviéres, recientemente fallecido (pinchar aquí y aquí), un obispo con ideas ortodoxas y fiel a la Tradición, etc...
Todo esto -y mucho más- es causa de sufrimiento para todos aquellos que pretenden vivir su fe con fidelidad a las enseñanzas de Jesucristo pues, al fin y al cabo, todos -si estamos en estado de gracia- somos parte del Cuerpo Místico de Cristo. Tal vez ese sea el sacrificio que hoy nos está pidiendo el Señor a todos los cristianos: hacer realidad en nuestra vida las palabras del apóstol san Pablo: "Tengo que completar en mi carne lo que falta a la Pasión de Cristo por su cuerpo, que es la Iglesia" (Col 1, 24)
(Continuará)