Duración 1:25 min
- Creyentes y no creyentes estamos de acuerdo en que la Tierra es una herencia común, cuyos frutos deben de beneficiar a todos.
- Sin embargo, ¿qué pasa en el mundo donde vivimos?
- La relación entre la pobreza y la fragilidad del planeta requiere otro modo de ejercer la economía y el progreso, concibiendo un nuevo estilo de vida.
- Porque necesitamos una conversión que nos una a todos, liberarnos de la esclavitud del consumismo.
- Y este mes te hago una petición especial: que cuidemos de la creación recibida como un don que hay que cultivar y proteger para las generaciones futuras. Cuidar la casa común.
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La casa común de los católicos es la Iglesia que es Una, Santa, Católica y Apostólica. El Papa, en cambio, se dirige en este vídeo a los creyentes y a los no creyentes, como si fuese el papa de todos, y todos tuvieran que regir su conciencia por las opiniones papales.
Todos debemos de cuidar la casa común, que es la Tierra, tanto creyentes como no creyentes. Lo cual, por una parte, está bien (no hay nada que objetar) y es de sentido común ... aunque no acierto a entender por qué nombra también a los no creyentes; no creo que éstos se sientan representados por él, aun cuando fuera cierto lo que dice.
Porque la cuestión de fondo, en la que -en mi opinión- no caemos, es que no es misión del Papa el cuidado del medio ambiente; al menos no es un tema -desde un punto de vista religioso- que puede tener la importancia que sí tienen otros temas más acuciantes y que, éstos sí, son específicos de la iglesia. Pensemos, por ejemplo, en la Evangelización de todas las gentes. La misión fundamental y básica del sucesor de san Pedro es la que le fue dada ya al primer Papa por el mismo Jesucristo, el fundador de la Iglesia católica, cuando, ya resucitado, dijo a sus apóstoles: "Id y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo cuanto Yo os he mandado" (Mt 28, 19-20). Pero no es ésto lo que vemos. Y en el año santo de la misericordia, ¿cabe misericordia mayor que la de llevar a la gente a Jesucristo, a quien no conocen?
No digo que no haya que proteger el medio ambiente. Por supuesto que sí. Eso es evidente. La contaminación es un problema que debe de ser atajado ... pero su resolución no depende del santo Padre. Si a un profesor de Matemáticas le dijeran que debe de operar a un enfermo de cáncer, en el mejor de los casos, tal vez si tuviese algún familiar o amigo que fuese oncólogo, podría dar una opinión ... a nivel particular. Pero no dejaría de ser una mera opinión, aun cuando tuviese razón en lo que dijese. Es la opinión de un experto cirujano, en ese tema, la que, de verdad, nos interesa. Pues algo parecido. Ya hay mucha gente especializada en la cuestión del cuidado del medio ambiente, de mod que lo que diga el Papa, en este asunto, no posee mayor trascendencia ...
... En principio, no la tiene. Pero sí la tiene no tanto por lo que dice cuanto por lo que omite. Por ejemplo, podría haber dicho que se trata de un problema de índole moral. Y, además, dentro de ese medio ambiente, hay que proteger al ser humano que es el rey de la creación. No hay derecho, por ejemplo, a que se estén produciendo tantos crímenes contra los cristianos en casi todo el mundo. Ése es el medio ambiente más importante que hay que cuidar. Y, de igual modo, deben de ser protegidos todos los seres humanos desde el instante de su concepción hasta el final natural de su existencia. Sí, esto sí sería lo propio: un ataque directo contra la cultura de la muerte, concretada, por ejemplo, en esos tres frentes: el asesinato de seres inocentes por el mero hecho de ser católicos; el asesinato y eliminación de esos otros seres humanos, más inocentes todavía e indefensos, que se encuentran en el vientre de su madre; y, finalmente, la eliminación de los ancianos, porque ya no son útiles al Sistema,
... Y darle a esta protección una importancia infinitamente mayor que la que pudiera suponer la extinción de algunas especies animales; volviendo a recordar, a quienes lo hubieran olvidado, que los seres humanos son los dueños de la creación ... y no se puede anteponer nunca una planta (o un animal) a un ser humano. La Tierra sería, en todo caso, nuestra hermana, como criatura de Dios, pues también nosotros lo somos; pero nunca sería nuestra madre, como se ha dicho tantas veces (a veces también, y por desgracia, en medios oficiales de la Iglesia) cuando se ha hablado de la Tierra como la madre Tierra o la pacha mamma. Eso es un auténtico disparate.
La crisis de nuestro mundo es de índole moral y sólo una conversión de esta índole es la que podría llevar a resolver los problemas ecológicos. Y estos temas de moral sí que son específicos y propios de lo que un representante de Cristo en la Tierra debe de resaltar, pues la Iglesia no deja de ser un referente moral incluso para aquellos que no la siguen.
La crisis de nuestro mundo es de índole moral y sólo una conversión de esta índole es la que podría llevar a resolver los problemas ecológicos. Y estos temas de moral sí que son específicos y propios de lo que un representante de Cristo en la Tierra debe de resaltar, pues la Iglesia no deja de ser un referente moral incluso para aquellos que no la siguen.
La encíclica Laudato SI, que hace referencia a este tema del medio ambiente, es, lamentablemente, una especie de batiburrillo en la que, junto a afirmaciones laudables, aparecen otras que las contradicen. Por ejemplo, cuando cita a Teilhard de Chardin o la “Carta de la Tierra”, documentos que no se armonizan con la doctrina de la Iglesia en muchos puntos, ocultando aspectos importantes y definidos en la Iglesia para amalgamarse con el mundo. Una vez más, de modo solapado -o incluso ya claramente- aparece el peligro del sincretismo religioso. Por cierto, la cruz pectoral del Papa sigue sin verse (sigue tapada) también en este segundo vídeo del Papa (igual que lo estaba en el primero): ¿Un intento de agradar a todos? No lo sé. Sí sé lo que decía san Pablo: "Si aún tratara de agradar a los hombres no sería siervo de Cristo" (Gal 1, 10). Esto no es ningún juicio. Son hechos.
Sobre la encíclica Laudato SI se puede consultar lo que dice el Denzinger-Bergoglio, que presenta documentación importante y relevante.
José Martí