Siempre lo he dicho y lo cierto es que lo han dicho gente mucha más sabia que yo (apenas cuatro o cinco en el mundo): el mejor periodismo no se hace en los grandes medios sino en la prensa local.
A ver, dos detalles extraídos de un periódico local sevillano (El Correo de Andalucía), en un mismo ejemplar, la edición del domingo seis de marzo.
Son dos declaraciones revolucionarias que contradicen dos grandes mentiras feministas.
Concretamente, dos mujeres que contradicen varios topicazos feministas. Y ya se sabe que en el siglo XXI hay dos tipos de mujeres: las inteligentes y las feministas.
Vamos con la primera: es una investigadora, Ana Isabel Borrás Martos. Ojo al dato: “Más valientes (más valientes que ella, una científica), son las mujeres que, para ser madres, renuncian a un empleo”.
¿Cómo se atreve? ¿Acaso no sabe usted, señora Borrás Martos, que las mujeres que sacrifican, trabajen o no -pues a lo mejor no pueden dejar de hacerlo- su carrera profesional a la crianza -es decir, al cariño- de sus hijos son imbéciles, o cobardes, o algo peor: machistas?
Y encima, una científica con tres hijos y especializada en física de materiales. ¡Dónde hemos llegado, señor, señor!
Y en la misma edición, para no perder el compás, llega la segunda andanada a cargo de Elena Jesús Espinar Martínez, una empresaria que se quedó en paro y aprovechó para montar su propia empresa de moldes de pastelería que ahora exporta a varios países: resulta que “no hallé discriminación al quedarme en paro por ser mujer, sí por la edad”.
Pero, ¡qué me dice, doña Elena! Menos hablar de su propia experiencia y más escuchar a nuestros políticos: la mujer está siempre y permanentemente discriminada y sojuzgada por el hombre. Cobra menos por el mismo cargo (mentira), le impiden subir en el escalafón por el machismo imperante (mentira), si le dejaran, llegaría a la luna sin colaboración varonil alguna (mentira) y la maternidad le impide medrar profesionalmente (verdad). Precisamente por este último y verdadero motivo luchamos en Hispanidad por el salario maternal, única solución a la desesperación de la sociedad actual.
Y claro, la mujer que renuncia a explicarle la regla de tres a un montón de niños para enseñarle el universo entero a sus hijos, no es más tonta: es más inteligente y, sobre todo, más valiente.
El feminismo actual es homicida y conduce al lesbianismo. Pero afortunadamente existen aún mujeres inteligentes que no están dispuestas a dejarse lavar el cerebro por el hembrismo.
Mis felicitaciones, señoras. Resulta gozoso ver a mujeres inteligentes rebelarse contra la idiocia feminista y contra la ideología de género.
Eulogio López