Fuentes del PSOE han confirmado a Hispanidad que Pedro Sánchez (en la imagen junto a Rivera e Iglesias) ha convocado a sus próximos de la Comisión Ejecutiva federal del partido para institucionalizar lo que ultima: un gobierno tripartito de coalición entre Podemos, Ciudadanos y PSOE, a ser posible con la presencia de Pablo Iglesias y de Albert Rivera en el Ejecutivo. Una especie de Movimiento Nacional progre o todos menos el PP y todos contra el PP.
Las palabras de ‘Zapaterín’, como ya se conoce a Sánchez, en la Cadena Ser, a primera hora de la mañana del martes, identificaban a las fuerzas “del cambio” como estos tres partidos, mientras aseguraba -¡Uy qué mentiroso!- que él nunca se había opuesto a la entrada de líderes de Podemos o de Ciudadanos en el Gobierno.
Según las mismas fuentes socialistas, el acuerdo ya estaría ultimado y los protagonistas convencidos, a falta de pormenores y de la aprobación regia. Aquí hay que decir que, según fuentes de Ciudadanos a Hispanidad, Rivera aún no ha dicho sí. Y es que no es fácil explicar a unos votantes de derechas, ex-PP, que con, su apoyo, Rivera permite a los comunistas de Podemos entrar en el Gobierno.
Es decir, si se le dobla el pulso a Rivera, tendríamos en España un Gobierno tripartito formado por comunistas, socialistas y liberales jacobinos de derechas. Esto es mucho más que un compromiso histórico, es histérico, y sólo puede compararse con los gobiernos de izquierda de la II República, con Albert Rivera en el papel de Azaña o, si lo prefieren, de Alejandro Lerroux. Aquéllos también eran ‘centristas’. Como en los años 30, lo único que une a Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera es su cristofobia. Además, este Tripartito sería un memorial del Movimiento Nacional de Franco sólo que en versión progre.
Mientras Rajoy, que ahora sí le ve las orejas al lobo, culpa de la situación al Rey Felipe VI. Lo cierto es que la Reina Letizia está feliz con la entrada de Podemos en el Gobierno mientras Felipe VI se conformaría con pedirles seguridades respecto a la estabilidad pero, al final, cedería y sin hacer muchos ascos.
Los problemas para que la noticia se confirmen son dos: la soberbia infinita de Pablo Iglesias y la posición de tonto útil en la que quedaría Albert Rivera. No creo que muchos votantes de Ciudadanos le hayan otorgado su confianza para que posibilite la entrada de los leninistas de Podemos en el Gobierno de España.
Un desastre, sobre todo para los católicos.
Eulogio López