El original puede leerse pinchando aquí
Por otro lado, aparece el llamado “video del Papa”, para el mes de mayo. Su título: Las mujeres en la sociedad. Un video que es presentado como medio para divulgar las intenciones del “Apostolado de la Oración”. Si hay una cosa de que no habla Francisco es de oración; menos todavía de Dios, de salvación eterna, de gracia y de pecado… y ni se diga de los mandamientos o algo que se le parezca.
Las frases, no muy coherentes entre sí, parecen más propias de una arenga sindicalista; buscan lo que los franceses llaman sensiblerie, y nosotros llamamos sin tapujos “sensiblería idiota”. Veamos algunas: “Hemos hecho muy poco por las mujeres que se encuentran en situaciones muy duras, despreciadas, marginadas, e incluso reducidas a esclavitud”. ¿Ese “hemos hecho” se refiere a él, en concreto, Jorge Bergoglio, o a algún público en particular? ¿Se olvida que la Iglesia, por medio de muchas congregaciones de religiosos, masculinas o femeninas, se ha dedicado y se dedica a salvar las mujeres de todas estas situaciones? ¿Quiénes “hemos hecho” muy poco? ¿Los católicos de a pie que practican los Mandamientos, van a Misa, se confiesan, rezan el rosario?
Otro slogan: “Debemos condenar la violencia sexual que sufren las mujeres y eliminar los obstáculos que impiden su plena inserción en la vida social, política y económica”. Perfecto discurso de un candidato a la presidencia del gobierno, de la ONU, de cualquier ONG. Lo políticamente correcto. Un socialista podría decir lo mismo perfectamente. ¿Es lo que podían esperar millones de católicos del Obispo de Roma? ¿Nada más?
“Si pensás (sic) que esto es justo manifestá (sic) esta petición conmigo”. Dejando de lado el lenguaje porteño, legítimo, pero no universalmente conocido en el universo del habla hispana, la frase no tiene mucho nexo. Y menos con la siguiente “intención de oración”: “para que en todos los países del mundo las mujeres sean honradas y respetadas y sea valorizado su imprescindible aporte social”.
Eso ¿qué quiere decir? ¿aporte social? Cuando oímos ese discurso en boca de cualquier político ya sabemos lo que significa: feminismo, aborto, igualdad de género, etc. ¿Qué entenderá Francisco por “aporte social”? La frase de San Pablo a los Gálatas: “todos los bautizados en Cristo os habéis revestido de Cristo: ya no hay judío ni griego; ni esclavo ni libre; ni hombre ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús” (Gal 3, 27-28) se refiere a la acción de la gracia en las almas; pero la acción del Espíritu Santo no anula las diferencias entre griegos y judíos, entre alemanes y turcos, entre mujeres y hombres.
Por otro lado, queremos preguntar a Francisco si piensa hablar de este asunto con los inmigrantes musulmanes que está queriendo traer a Europa, pues este asunto de las mujeres es principalmente un problema del mundo árabe. ¿O no es políticamente correcto levantar el asunto con ellos? Que los problemas a que se refiere el Obispo de Roma existen en nuestro siglo XXI (violencia sexual, dificultades para la inserción social, personas – hombres y mujeres – despreciados, marginados o reducidos a esclavitud) es real. Pero nos recuerda al pastor que, en lugar de proteger sus ovejas contra los lobos, se dedica a espantar las moscas que las molestan.
Estas son las “intenciones de oración” de Bergoglio, mientras los lobos del adulterio generalizado (para solo hablar de los problemas de la mujer) del aborto, de la contracepción promovida, de la inmoralidad galopante, del fin del recato, devastan el rebaño; los lobos de la falta de fe, ausencia de bautismo y de otros sacramentos, relativismo en las confesiones, carencia de catequesis, de la cual se huye más que de la lepra, etc., corrompen el pueblo santo de Dios, redimido por el sangriento sacrificio del Calvario.
Y éste es el video que Francisco nos regala a los católicos en mayo, el mes de María… Exacto. Mayo, María, mujer. Qué mejor que usar el mes de María para incentivar “los derechos de la mujer”, pensará Francisco. Ya sabemos que estas intenciones mensuales son “universales”, para todos los hombres. En realidad, más que “intenciones” son “programas” de conducta, líneas éticas que valen para cualquier religión o “dios” como ya analizamos en los videos anteriores (ver aquí y aquí).
Denzinger-Bergoglio