No ha sido la sala de prensa vaticana la que ha comunicado la noticia, sino el imán de Perugia, Abdel Qader Moh’d, en una entrevista de TV 2000. El papa Bergoglio se reunirá en Georgia y Azerbaiyán del 30 de septiembre al 2 de octubre, con ortodoxos y musulmanes, y estará en Lund (Suecia) el 31 de octubre para conmemorar el quinto centenario de la reforma protestante. Las iniciativas ecuménicas constituyen la brújula de su pontificado, que al parecer se ha propuesto construir una plataforma común entre las religiones, corriendo el riesgo, señalado por muchos, de vaciar el catolicismo y favorecer la creación de una superreligión sincretista.
El almuerzo del pasado 11 de agosto con 21 refugiados sirios, todos ellos musulmanes, llegados a Italia tras el viaje pontificio a la isla de Lesbos, se ajusta a esta actitud de opción preferencial por los no católicos. Semejante estrategia exige la negación de la existencia de guerras de religión.
Y esto pese a que la Iglesia sufre persecución en todo el mundo. Monseñor Dominique Lebrun, arzobispo de Ruán, ha manifiestado su intención de incoar un proceso de beatificación que lleve al reconocimiento del martirio del padre Jacques Hamel, asesinado por odio a la fe como tantos cristianos de nuestro tiempo.
¿Llegará de Roma una palabra de aprobación? ¿Habrá un gesto de apoyo a los tres prelados españoles enjuiciados por haber criticado la ley recién aprobada en Madrid, que promueve la transexualidad? El Observatorio español contra la LGBTfobia ha denunciado al obispo de Getafe, monseñor Joaquín María López de Andújar, a su auxiliar José Rico Pavés y al titular de la diócesis de Alcalá, monseñor Juan Antonio Reig Pla, por «incitación al odio y a la discriminación contra la comunidad homosexual».
Pero vamos de mal en peor. Un grupo satanista estadounidense ha organizado para el 15 de agosto la celebración pública de una misa negra con el beneplácito de las autoridades locales ante el Ayuntamiento de Oklahoma City. El arzobispo de la ciudad, monseñor Paul Coakley, ha exhortado a los fieles a implorar la intercesión de San Miguel Arcángel, de la Virgen y de todos los ángeles y santos para que el Señor proteja su ciudad del mal y de sus muchas manifestaciones destructivas y violentas.
Pero no es sólo una diócesis de EE.UU. la que es objeto de ataque por parte del mal, sino toda la Iglesia. Desorientados, los fieles se dirigen al Vicario de Cristo para solicitarle que no sólo manifieste su paternidad para con los lejanos, sino también con los más cercanos, que están más necesitados que nunca de claridad y aliento en esta tempestuosa e histórica crisis.
Roberto de Mattei
Fuente: Adelante la Fe