Ayer, viernes 28 de octubre, fue publicado en el Boletín oficial de la Santa Sede la lista de los 27 nuevos miembros de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos (CCD) nombrados por el Papa Francisco. En la misma puede destacarse el nombramiento del nefasto Piero Marini (en la foto que abre esta entrada, junto a S. S. Benedicto XVI) y la exclusión de la misma a los Cardenales Pell y Burke.
Cabe destacar que en esta Congregación, así como en todos los demás dicasterios romanos, todos los "asuntos de mayor importancia" y todas las "cuestiones de carácter general" están reservados a la reunión "plenaria extraordinaria" -que generalmente se realiza una vez al año-, a la que son convocados todos sus miembros, como establece la Constitución Apostólica Pastor Bonus sobre la Curia Romana, de San Juan Pablo II. Por otra parte, todos los miembros que residan en Roma también participan en las más frecuentes reuniones "plenarias ordinarias". La pertenencia a un dicasterio curial se mantiene hasta que el miembro es apartado de la misma o al cumplir 80 años. Por tanto, Piero Marini, que ahora tiene 74 años, seguirá siendo miembro de la CCD hasta que sea apartado de ella o cuando cumpla 80 años, que será el 13 de enero de 2022.
Esta es la lista de los nuevos miembros de la CCD, tal y como aparecen en el Bolletino de ayer -he resaltado algunos nombres en amarillo-:
Miembros de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos a los cardenales :
Rainer Maria Woelki, arzobispo de Köln (Germania);
John Olorunfemi Onaiyekan, arzobispo de Abuja (Nigeria);
Pietro Parolin, Secretario de Estado ;
Gérald Cyprien Lacroix, arzobispo de Québec (Canadá);
Philippe Nakellentuba Ouédraogo, arzobispo de Ouagadougou (Burkina Faso);
John Atcherley Dew, arzobispo de Wellington (Nueva Zelanda);
Ricardo Blázquez Pérez, arzobispo de Valladolid (España);
Arlindo Gomes Furtado, obispo de Santiago de Cabo Verde (Cabo Verde);
Gianfranco Ravasi, Presidente del Pontificio Consejo de la Cultura;
Beniamino Stella, Prefecto de la Congregación para el Clero;
a los arzobispos y obispos:
Dominic Jala, arzobispo de Shillong (India);
Domenico Sorrentino, arzobispo obispo de Assisi Nocera Umbra Gualdo Tadino (Italia);
Denis James Hart, arzobispo de Melbourne (Australia);
Piero Marini, arzobispo y presidente del Comité Pontificio para los Congresos Eucarísticos Internacionales;
Bernard Nicolas Aubertin, arzobispo de Tours (Francia);
Romulo G. Valles, Arzobispo de Davao (Filipinas);
Lorenzo Voltolini Esti, arzobispo de Portoviejo (Ecuador);
Arthur Joseph Serratelli, obispo de Paterson (Estados Unidos);
Alan Stephen Hopes, obispo de East Anglia (Gran Bretaña);
Claudio Maniago, obispo de Castellaneta (Italia);
Bernt Ivar Eidsvig, obispo de Oslo (Noruega);
Miguel Ángel D'Annibale, obispo de Rio Gallegos (Argentina);
José Manuel Garcia Cordeiro, obispo de Bragança Miranda (Portugal);
Charles Morerod, obispo de Lausanne, Genève et Fribourg (Suiza);
Jean Pierre Kwambamba Masi, obispo auxiliar de Kinshasa (Rep. Democrática del Congo);
Benny Mario Travas, obispo de Multan (Pakistán);
John Bosco Chang Shin Ho, obispo auxiliar de Daegu (Corea).
Como puede verse, los anteriormente miembros de la CCD, los Cardenales Pell y Burke han sido excluidos de la lista y, por tanto, han perdido su calidad de miembros de este dicasterio.
Entre los nuevos miembros, cabe destacar que Mons. Arthur J. Serratelli, como encargado del Culto Divino de la Conferencia Episcopal Estadounidense, se opuso en una carta de hace unos meses a la aplicación del llamamiento del Cardenal Robert Sarah a que la Santa Misa fuera oficiada ad Orientem.
Asimismo, el Cardenal Dew fue una de las figuras más radicales en los Sínodos de la Familia de 2014 y 2015, con su defensa de que la Iglesia debe "cambiar su lenguaje" y su oposición a denominar los actos homosexuales como "intrínsecamente desordenados" -que es como aparece en el Catecismo de la Iglesia Católica-.
Piero Marini, por su parte, además de sus declaraciones pro-homosexualistas y sus desastres litúrgicos durante el Pontificado de San Juan Pablo II, reside en Roma, lo que significa que asistirá a las sesiones plenarias ordinarias, lo cual es un motivo más de preocupación.
También hay que recordar que el Arzobispo Domenico Sorrentino fue Secretario de la CCD entre 2003 y 2005, siendo apartado de ella en 2005 y degradado a la diócesis de Asís -aunque manteniendo el título personal de Arzobispo-, lo que fue atribuido entonces a su oposición a la visión litúrgica que S. S. Benedicto XVI quería llevar a cabo, así como a sus querencias bugninistas.
Con estos nuevos nombramientos, el Cardenal Robert Sarah está siendo aislado poco a poco, pese a mantener su cargo de Prefecto de la CCD. No olvidemos que el secretario del dicasterio, Mons. Arthur Roche, es cualquier cosa menos tradicional en sus inclinaciones litúrgicas; o que el Papa Francisco apartó sin contemplaciones a dos subsecretarios del Pontificado de Benedicto XVI: Mons. Anthony Ward y Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche, conocido por sus claras inclinaciones tradicionales en la liturgia y la música sacra, y a quien se atribuyen las propuestas concretas para una "reforma de la reforma" de la liturgia-, a los que reemplazó con el P. Corrado Maggioni, muy cercano a Mons. Piero Marini.
Los hechos han demostrado que la supuesta indiferencia del Papa Francisco en materia litúrgica no es tal, y que al tener la última palabra no duda en utilizar su autoridad para hacer cumplir una determinada línea. Se vio claramente cuando ordenó al Cardenal Sarah decretar el permiso para que se pudieran lavar los pies de las mujeres en Jueves Santo, o cuando el Cardenal Sarah hizo un llamamiento a los sacerdotes para oficiar la Santa Misa ad Orientem a partir de este Adviento, lo que le valió ser desautorizado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede con una rapidez inusitada. Bolletino y Rorate Caeli.
Como puede verse, los anteriormente miembros de la CCD, los Cardenales Pell y Burke han sido excluidos de la lista y, por tanto, han perdido su calidad de miembros de este dicasterio.
Entre los nuevos miembros, cabe destacar que Mons. Arthur J. Serratelli, como encargado del Culto Divino de la Conferencia Episcopal Estadounidense, se opuso en una carta de hace unos meses a la aplicación del llamamiento del Cardenal Robert Sarah a que la Santa Misa fuera oficiada ad Orientem.
Asimismo, el Cardenal Dew fue una de las figuras más radicales en los Sínodos de la Familia de 2014 y 2015, con su defensa de que la Iglesia debe "cambiar su lenguaje" y su oposición a denominar los actos homosexuales como "intrínsecamente desordenados" -que es como aparece en el Catecismo de la Iglesia Católica-.
Piero Marini, por su parte, además de sus declaraciones pro-homosexualistas y sus desastres litúrgicos durante el Pontificado de San Juan Pablo II, reside en Roma, lo que significa que asistirá a las sesiones plenarias ordinarias, lo cual es un motivo más de preocupación.
También hay que recordar que el Arzobispo Domenico Sorrentino fue Secretario de la CCD entre 2003 y 2005, siendo apartado de ella en 2005 y degradado a la diócesis de Asís -aunque manteniendo el título personal de Arzobispo-, lo que fue atribuido entonces a su oposición a la visión litúrgica que S. S. Benedicto XVI quería llevar a cabo, así como a sus querencias bugninistas.
Con estos nuevos nombramientos, el Cardenal Robert Sarah está siendo aislado poco a poco, pese a mantener su cargo de Prefecto de la CCD. No olvidemos que el secretario del dicasterio, Mons. Arthur Roche, es cualquier cosa menos tradicional en sus inclinaciones litúrgicas; o que el Papa Francisco apartó sin contemplaciones a dos subsecretarios del Pontificado de Benedicto XVI: Mons. Anthony Ward y Mons. Juan Miguel Ferrer Grenesche, conocido por sus claras inclinaciones tradicionales en la liturgia y la música sacra, y a quien se atribuyen las propuestas concretas para una "reforma de la reforma" de la liturgia-, a los que reemplazó con el P. Corrado Maggioni, muy cercano a Mons. Piero Marini.
Los hechos han demostrado que la supuesta indiferencia del Papa Francisco en materia litúrgica no es tal, y que al tener la última palabra no duda en utilizar su autoridad para hacer cumplir una determinada línea. Se vio claramente cuando ordenó al Cardenal Sarah decretar el permiso para que se pudieran lavar los pies de las mujeres en Jueves Santo, o cuando el Cardenal Sarah hizo un llamamiento a los sacerdotes para oficiar la Santa Misa ad Orientem a partir de este Adviento, lo que le valió ser desautorizado por la Oficina de Prensa de la Santa Sede con una rapidez inusitada. Bolletino y Rorate Caeli.
CATHOLICVS
Nota: el cardenal Sarah lo va a tener muy difícil, pues no cuenta - por lo que parece- con el apoyo del santo Padre. Puede releerse la entrada de The Wanderer en la que alude, precisamente, a esta dificultad con la que el cardenal Sarah va a encontrarse.