Fuente: Infocatólica
Hoy se ha publicado en InfoCatólica que el P. Juan Masiá, jesuita, niega la virginidad de Nuestra Señora. Desgraciadamente -y aunque conviene publicitarlo de vez en cuando- no es noticia.
El P. Masiá lleva años y años negando públicamente ese dogma y decenas de otras doctrinas católicas. Escandalizando y destruyendo la fe de los sencillos de forma pública y notoria. Impunemente.
Vemos algunos ejemplos, tomados de sus artículos que pueden encontrase en Internet.
El P. Masiá niega explícitamente las enseñanzas de la Iglesia sobre:
- La anticoncepción (también aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí)
- Las parejas del mismo sexo (y aquí y aquí y aquí, aquí, aquí y aquí y aquí y aquí)
- Los milagros de Cristo (viuda de Naín, bodas de Caná (y aquí), Emaús, la resurrección de Lázaro, Pentecostés)
- El catolicismo y las religiones no cristianas (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí)
- Los evangelios de la infancia
- La Inmaculada Concepción (y aquí y aquí)
- La concepción virginal de Cristo (y aquí y aquí y aquí)
- La indisolubilidad del matrimonio (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí)
- La Trinidad y la divinidad de Cristo (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí)
- El sacerdocio reservado a los varones (y aquí y aquí y aquí y aquí)
- La virginidad perpetua de la Virgen (y aquí y aquí)
- La resurrección corporal de Cristo (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí)
- La Asunción de nuestra Señora (y aquí)
- La eutanasia (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí)
- El aborto (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquíy aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí)
- La fornicación
- La existencia de actos intrínsecamente malos
- Las absoluciones colectivas
- La Escritura (y aquí y aquí)
- Los dogmas (y aquí y aquí y aquí)
- La Redención (y aquí y aquí)
- El infierno (y aquí)
- La transubstanciación eucarística (y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí y aquí)
- El primado de Pedro
- La fecundación in vitro (y aquí y aquí y aquí)
- La investigación con embriones humanos
- La cirugía de cambio de sexo
- Los ángeles
- El pecado original (y aquí)
- El juicio final (y aquí)
- La creación directa del alma por Dios
- La autoridad de la Iglesia en materia moral (y aquí y aquí)
- La necesidad de estar bautizado para recibir la comunión
- El descenso de Cristo a los infiernos
Si se limitara a un par de casos aislados podría pensarse que, simplemente, se trataba de frases desafortunadas, pero esta multitud de desvaríos tiene, a mi juicio, una fuerza abrumadora. Obviamente, quien no cree en estas doctrinas con seguridad tampoco creerá en muchas otras, que están relacionadas con ellas. Por resumir, uno estaría tentado de pensar que el P. Masiá no cree en nada. Al menos en nada que pueda calificarse, siquiera lejanamente, como católico.
Si sólo fuera eso, no pasaría nada. En el sentido de que el hecho de que alguien pierda la fe es triste pero a quien daña es principalmente al pobre interesado, que merece más oraciones que otra cosa. El que esté en pie, cuidado no caiga.
En este caso, sin embargo, el problema no se limita a la falta de fe. El P. Masiá parece estar animado por un deseo irrefrenable de escandalizar y destruir la fe de los demás. Con decenas y decenas de artículos dedicados a negar la fe de la Iglesia.
Y no quiero ni imaginar cómo deben ser sus clases en diversas universidades y colegios católicos del Japón (y todavía hay algunos que se sorprenden de que en el Japón cada vez haya menos católicos, mientras los obispos se dedican a protestar contra las centrales nucleares).
Según dice Wikipedia, “como consiliario de la Asociación de Médicos católicos de Japón y colaborador en comisiones de bioética de la Conferencia Episcopal japonesa se ha ocupado de tratar en perspectiva teológica las cuestiones de ética de la vida. Hoy es coadjutor en la parroquia de Rokko, de los jesuitas, en Kōbe (Japón) y profesor de Bioética en la Universidad Católica Santo Tomás, de la diócesis de Osaka. También es colaborador en Tokio de la comisión católica de Justicia y Paz y de la sección japonesa de la Conferencia Mundial de Religiones por la Paz”.
Este escándalo público dado por un religioso exige la actuación de sus superiores, para defender a los pequeños y a los sencillos, es decir, a los pobres fieles que, sin culpa alguna por su parte, ven pervertida su fe por este cúmulo de disparates heterodoxos.
Este escándalo público dado por un religioso exige la actuación de sus superiores, para defender a los pequeños y a los sencillos, es decir, a los pobres fieles que, sin culpa alguna por su parte, ven pervertida su fe por este cúmulo de disparates heterodoxos.
Pero llevamos años y años en esta situación y el P. Masiá sigue escandalizando públicamente, con su voz amplificada por Internet y por la acogida de medios cuyo mayor gozo está en deformar el catolicismo y socavar la fe. La desistencia de la autoridad en la Iglesia es un veneno con raíces muy profundas.
La responsabilidad del propio P. Masiá es grande. Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
La responsabilidad del propio P. Masiá es grande. Es inevitable que haya escándalos, pero ¡ay de aquel que los ocasiona! Más le valdría que le ataran al cuello una piedra de moler y lo precipitaran al mar, antes que escandalizar a uno de estos pequeños.
Mucho mayor aún, sin embargo, es la responsabilidad de aquellos que tienen la misión y la autoridad de evitar estas cosas y no lo hacen. Mejor dicho, llevan décadas sin hacerlo, mientras esos pequeños se extravían y pierden la fe por su inacción. Dios les perdone y les ilumine para que se decidan a cumplir su misión.
Bruno Moreno
NOTA: De interés es también el escrito de Chistopher Fleming, titulado "El fenómeno Masiá" publicado en febrero de 2015 en Adelante la Fe.