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Se trata de un video oficial de la Santa Sede. Ya no hay espacio para pensar en maldades de los periodistas o en interpretaciones equivocadas de la prensa.
La toma final del video en la que aparecen, en igualdad de posiciones, una imagen de Nuestro Señor junto a la de un ídolo -Buda- y a los símbolos de otras religiones no cristianas, es signo suficiente de apostasía: El Santo Padre no creería -al menos eso es lo que demuestra- en la Redención única y universal de Jesucristo, el Hijo de Dios, y en la necesidad del bautismo y de la conversión para la salvación. La nueva religión que él proclama es la religión universal del amor. Y lo dice con todas las letras. Y, sin darse cuenta, confirma todas las profecías e interpretaciones, desde Malaquías a Castellani, pasando por Benson y Malachi Martin.
Con este vídeo, de un modo definitivo e irrefutable, tira por tierra dos mil años de historia: ¿qué sentido pueden tener ahora las discusiones que nuestros padres en la fe mantuvieron con los paganos y las enseñanzas de los Concilios Ecuménicos y de los Papas?
Más aún, ¿qué sentido tiene la sangre de innumerables mártires derramada justamente por sostener la divinidad de Nuestro Señor y la falsedad de los ídolos y de las otras religiones?
Como acota Ludovicus, hay una declaración implícita de apostasía cuando dice que entre el conglomerado de religiones hay una sola certeza. Y una mentira: que esa certeza es que para todos somos hijos de Dios: ni un budista, ni un musulmán dirían eso; más aún, les resultaría absurda la idea. Y un sofisma: que porque la mayoría de los habitantes del planeta se reconocen creyentes, hay que dialogar entre las religiones.
Cuando Bergoglio fue elegido Papa advertimos con alarma, tristeza e inquietud, desde este sitio, lo que esto significaría para la Iglesia y la posibilidad de que las fuerzas más oscuras hubiesen sido desatadas.
Pareciera, en efecto, que las puertas de Mordor están abiertas y que un Falso Profeta está sembrando la mentira y la confusión entre los débiles y entre los fuertes.
No queda mucho tiempo para que algún signo se manifieste.
The Wanderer