Artículo sacado de Infovaticana. Original aquí
Tras la aprobación del decreto, el entonces prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos escribía a las Conferencias Episcopales para instarles a preparar al pueblo para adaptar el Canon de la Misa a las palabras originales en latín.
Diez años más tarde, en las diócesis españolas el pro multis todavía no ha sido introducido en la fórmula para la consagración durante la celebración de la Santa Misa, si bien fuentes episcopales sostienen que hace dos años que la Conferencia Episcopal Española envió a Roma el misal para su aprobación.
Según ha informado el cardenal Robert Sarah, actual prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, en declaraciones exclusivas a INFOVATICANA se espera que la Iglesia española introduzca el pro multis el próximo año.
‘Espero que en 2017 España celebre la misa con el pro multis’, aseguró Sarah en conversación con INFOVATICANA. De esta forma, se producirá la introducción de una traducción vernácula precisa de la fórmula pro multis (e.g., “por muchos,” “per molti,” etc.) en el misal que se utilizará en las iglesias españolas durante la celebración de la Santa Misa.
Entre los argumentos a favor de una interpretación más exacta de la fórmula tradicional pro multis se encuentra que en los evangelios sinópticos (Mt 26:28; Mc 14:24) se hace referencia específica a “muchos” por quienes el Señor ofrece el Sacrificio y es la expresión usada en los relatos de Institución de los evangelios: “Ésta es mi Sangre de la Alianza que se derrama por muchos” (Mc 14, 24)
Asimismo, el Rito Romano en latín siempre ha dicho pro multis y nunca pro omnibus en la consagración del cáliz. “Por muchos” es la fiel traducción de pro multis, mientras que “por todos” es más bien una explicación del tipo que pertenece propiamente a la catequesis.
En su carta a las conferencias episcopales en 2006, el prefecto de la Congregación para el Culto Divino explicaba que la expresión “por muchos” refleja “el hecho que esta salvación no ocurre en una forma mecánica sin la participación o voluntad propia de cada persona”. Es decir, no todos aprovechan los frutos de esta salvación que Cristo ofrece a todos, pues algunos pueden cerrarse a ella o pueden rechazarla.