No logro entender este fenómeno que ha ocurrido en Torreciudad hace una semana: ¿Estaría de acuerdo con ello San José María Escrivá de Balaguer? (fallecido hace 41 años, el 26 de junio de 1975). Estoy seguro de que no. He leído, si no todos sus libros, sí la mayoría de ellos: él no consentiría que se diese este "espectáculo" bochornoso en Torreciudad: plantar un olivo como símbolo del compromiso de las diversas tradiciones religiosas ... y de la comunidad científica (¿?) en la conservación del medio ambiente. Y se toma, además, como referencia, la Laudato SI, (¡tela!).
Sobre dicha encíclica tengo algunas entradas en este blog. Pueden verse, entre otras, las siguientes: aquí aquí y aquí. Y, sobre todo, están los estupendos artículos de Fray Gerundio (aquí y aquí) y de Roberto de Mattei, un experto en la materia (aquí).
Y es que, por razones que ignoro, hay una cierta deriva en el Opus Dei, y no para mejor (aunque no en todos sus miembros, afortunadamente ... de momento). Sobre este tema del Opus Dei hablé de las tres campanadas de San José María (Véase, por ejemplo, la introducción) También hay un artículo de Cesareo Marítimo, sobre los nuevos rumbos del Opus Dei, con el nombramiento deMario Fazzio, nuevo vicario general del Opus Dei, desde el 9 de diciembre de 2014, y acérrimo defensor del Papa (que no del Papado, como debiera ser)
-------------------------
Coloco el artículo original de Zenit aquí
Los Exponentes Del Congreso De Científicos Y Líderes Religiosos En Torreciudad (Foto ©Torreciudad) |
(ZENIT – Roma).- Concluyó en España la segunda y última jornada del Seminario Internacional de Ciencia y Religiones por el Medio Ambiente (ISSREC), que reúne a científicos y líderes religiosos de 15 países y 8 confesiones religiosas para dialogar sobre cómo pueden colaborar la Ciencia y las principales religiones en la conservación del medio ambiente.
El coordinador del último informe científico del Panel Intergubernamental de la ONU sobre el Cambio Climático, Thomas Stocker, explicó en el encuentro de dos días realizado en el Santuario de Torreciudad, que “la ciencia aporta los datos para definir el problema del cambio climático”, pero que “los líderes religiosos han de conocerlos y ser capaces de hablar de ello, porque es fundamental para nuestra supervivencia”.
Por eso, “el diálogo entre los científicos y los líderes religiosos tiene un enorme potencial” ya que “tanto la ciencia como la religión tienen que ofrecer una misma versión”. Por otra parte, el profesor Stocker explicó que la lucha contra el cambio climático y el desarrollo humano están estrechamente vinculados ya que “los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU serán inalcanzables si no limitamos las consecuencias del cambio climático”.
Por su parte, otra conferencista, la directora del Instituto Faraday para la Ciencia y la Religión, y profesora asociada de la Facultad de Teología de la Universidad de Cambridge, Hillary Marlow, destacó que “los científicos solos no son capaces de resolver el problema ambiental porque hay que afrontarlo desde una perspectiva de valores, de comportamientos éticos, sobre los que las grandes religiones de todo el mundo, durante muchos siglos, nos han venido hablando”.
“Si miramos -prosiguió la profesora- cómo se habla de la naturaleza en la Biblia, aprendemos que hay un valor de la naturaleza para Dios al margen del valor que tiene para el hombre”.
Por ello la profesora Marlow explicó que “la Laudato Si’ sitúa los problemas medioambientales en un contexto más amplio, con los problemas humanos y sociales -como la injusticia y la desigualdad- y los ha integrado en un único discurso”.
El Seminario ha abordado ese concepto de la ecología integral propuesto por la Laudato Si’, a la luz de las distintas tradiciones religiosas. Así, Nanditha Krishna, profesora de la Universidad de Madrás y presidenta de la Fundación C. P. Ramaswani Aiyar, explicó que la tradición hindú puede enseñar su “larga tradición de conservación de la naturaleza otorgándole una dimensión espiritual”.
Por su parte Wael Farouq, presidente del Centro Cultural Tawasul para el Diálogo Inter-civilizaciones, explicó la complejidad del problema ya que: “los valores ambientales del islam se ven dificultados en la práctica por las condiciones económicas y sociales de muchas sociedades musulmanas”.
De otro lado, el rabino Yonatan Neril, de Jerusalén, señaló que “algunas comunidades religiosas ven un problema en la secularización y el agnosticismo a la hora de entablar un diálogo con la ciencia, por eso es muy importante contar con científicos en los seminarios religiosos, de manera que las personas de fe se sensibilicen de los problemas ecológicos”.
Por la tarde se ha celebrado un coloquio sobre los valores ambientales comunes en diferentes tradiciones religiosas, donde se abordó el papel del diálogo interreligioso para promover los valores necesarios que favorezcan resolver los problemas ambientales y la importancia de la educación ambiental de los líderes religiosos.
Para clausurar el Seminario, todos los participantes plantaron un olivo en el Santuario de Torreciudad, como un símbolo natural del compromiso de las diversas tradiciones religiosas y de la comunidad científica en la conservación del medio ambiente.
Esta noticia ha sido comentada también por don Terzio, del blog Ex Orbe. Coloco su contenido a continuación:
-----------
O tempora, o mores !! Y recurro a Cicerón como cierto consuelo clásico, templando el ánimo con letras antiguas que ya se lamentaban por las cosas que pasaban antes de Cristo. Pero el mundo sigue siendo mundo, se pastelea hoy tanto como siempre, y la observación de las promiscuidades es un buen metro para calibrar la integridad y la identidad de las cosas y las personas.
No puedo precisar exactamente, al detalle, el ánimo que fundamentó y guió la erección de Torreciudad, doctores tiene la Prelatura que lo sabrán explicar. Pero dudo que entre los fines estuviera el hospedar encuentros pan-religiosos ético-ecológicos globalizadores, que es lo que ha habido allí:
Concluyó en Torreciudad el Seminario Internacional de Científicos y Religiones sobre la conservación del Medio Ambiente
Asistieron y actuaron gente variopinta, de distintas procedencias, culturas y creencias. Hubo también 'ellas', of course. Se lucieron atuendos orientales, como manda el protocolo (no escrito) de este tipo de saraos. Supongo que degustarían, por lo menos como prevista alternativa, una dieta vegetariana (y un menú de ramadán para el mahometano).
Se ha hablado del cambio climático en tono trascendental, invocando suras, mantras y midráshes, cada cual cantando su peculiar romance pio-naturista con devota convicción. Por nuestra parte, la católica, se ha citado la 'Laudato SI', monumental documento, hito memorable.
Como no se dice nada, deduzco que no hubo romería con tres partes del Rosario, ni confesión en confesonario, ni Misa por la intención de la ocasión, ni Salve final a la Virgen de Torreciudad.
... O a lo mejor hubo algo ... pero no se cuenta para no herir posibles susceptibilidades de los concurrentes.
Yo, por mi parte, me permito concluir como empecé: O témpora, o mores !!! [¡Oh, tiempos! ... ¡Oh, costumbres!]