Faltan los videos
Un excelente comentario del mismo puede verse en el Denzinger-Bergoglio pinchando aquí. Copio tan solo unos cuantos párrafos de dicho comentario:
(...) Después de su resurrección, el Señor encomendó a los apóstoles “Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo” (Mateo 28, 19). Él podría haber también mandado que se valorasen y salvasen las culturas locales, con la vasta secuela de excentricidades antievangélicas que comportan. Pero no nos dio esa consigna. Al contrario. Nos dijo que si los pueblos no aceptan el Evangelio hay que salir de ellos sacudiéndose el polvo de las sandalias…
Gracias a la evangelización, la identidad y la misma existencia de muchos pueblos hundidos en el paganismo, en la barbarie y hasta en cultos diabólicos, fueron heridas de muerte con la “espada de la Palabra”, al mismo tiempo en que se regeneraban con enorme beneficio para las almas y los cuerpos de las “víctimas”. Esa es la historia de las naciones americanas gracias a los misioneros venidos de España y de Portugal.
(...) La identidad de un pueblo vale en la medida en que se geste y brote en sí el ideal del Reino de Dios. ¿No queremos acaso un solo rebaño y un solo pastor? ¿O estaremos apostando por una religión relativista y ecléctica del tipo que predican los teólogos de la liberación?
La llamada intención universal viene ilustrada con un video “El video del papa – Respeto a los pueblos indígenas” en el cual no aparece ningún signo distintivo de la religión católica. En cambio, en los figurantes, diversos atuendos, collares, vinchas, adornos, plumas, aros, pipas… El propio Francisco aparece sin que se le vea, como ya es normal en esta serie de videos, la extraña cruz pectoral que normalmente usa sobre la sotana blanca. Ni una cruz en la pared, ni una imagen de la Virgen en el escritorio. Nada. Parece todo elaborado en un laboratorio de marketing anticristiano.
La joven indígena que aparece ante un micrófono con aires desafiantes es, en realidad, una mediocre actriz maquillada en un estudio televisivo; algunas de las imágenes de los llamados pueblos originarios son chocantes por la barbarie o la sensualidad que expresan. Francisco pide respeto por sus formas de vida y sus tradiciones amenazadas, presentándonos como modelo figuras de dudosa autenticidad y aberrantes.
¿Respetar qué tradiciones? ¿La antropofagia, la poligamia, el incesto, la idolatría, el satanismo? No lo dice pero sibilinamente lo insinúa. Se diría que Bergoglio profesa la creencia en una inmaculada concepción de esas pobres criaturas junto a las cuales la luz del Evangelio aún no brilló con todo su fulgor.
(...) Semejante salvavidas que el Obispo de Roma lanza a esa pobre gente, además de ser anticristiano, es contradictorio, ya que su política de acoger a todo precio y sin discriminación a los refugiados en Europa, conlleva una renuncia a la identidad cristiana y occidental de países que sí están en riesgo de sucumbir ante la avalancha de la fanática barbarie musulmana. Eso no sólo parece no importarle, sino que además lo incentiva, como ya estudió el Denzinger-Bergoglio (Nota del DB: ver aquí).
En la Evangelii Gaudium Francisco anima a los europeos a no tener miedo de perder la propia cultura:
“Los migrantes me plantean un desafío particular por ser Pastor de una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos. Por ello, exhorto a los países a una generosa apertura, que en lugar de temer la destrucción de la identidad local sea capaz de crear nuevas síntesis culturales“. (Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, n. 210, 24 de noviembre de 2013)
¿Porqué estas “nuevas síntesis culturales” solo las quiere Francisco para los pueblos cristianos europeos? ¿Los pueblos indígenas son una raza superior que no puede sufrir ninguna “síntesis cultural”? ¿O es qué las tales “síntesis culturales” sólo le sirven a Francisco para acabar con los restos de la civilización cristiana occidental?
José Martí