Cifuentes, en pocas palabras, ha posibilitado el lavado de cerebro homosexualista de los niños desde la infancia. Vamos, que PSOE, Podemos o Ciudadanos, también muy progre, se han quedado en poco menos que nada a su lado.
Es más, Cifuentes ha dado el paso mayor: no sólo serán los centros públicos los que tendrán que forzar la homosexualidad entre los pequeños sino también los concertados. Y los maestros de ceremonias sería el propio LGTB.
El juez Fernando Grande Marlaska, homosexual reconocido y casado con otro homosexual, niega que exista el lobby gay, al menos en la judicatura. Pues no sé yo si en la judicatura, pero jueces y fiscales están aprovechando las nuevas normas homosexualistas.
Pero las pruebas están aquí. Lo cuenta Manuel Morillo en sus ‘anotaciones’. Buen resumen de cómo adoctrinar a nuestros peques en la homosexualidad desde su más tierna infancia. En España han cundido las leyes de ideología de género, que, bajo la máscara de defender a los homosexuales de la homofobia no hacen otra cosa que imponer la homosexualidad. La gravedad la reflejaron los obispos madrileños de Alcalá y Getafe, cuando aseguraron que la ley Cifuentespervertía a la infancia y colocaba al Catecismo, es decir, a la Iglesia, en situación de ilegalidad. Porque la iglesia acoge a los homosexuales pero condena la homosexualidad.
Pero a Cifuentes le es igual. Inaugura el curso rodeada de niños, con los que no deja de fotografiarse y, si fuera necesario, repetiría besos, pero a los que envía a la perversión. Y lo más curioso. Silencio en el PP y silencio entre los colegios religiosos que, con tal de salvar el concierto, ni elevan la voz para protestar y dejan a los infantes desarmados ante lo que les viene encima.
Eulogio López