Es sabido que el Partido Socialista tuvo que redireccionarse hace un mes. La explicación iba de la mano de la locura en que había caído el Secretario General (Pedro Sánchez), cuando comenzó a conversar-dialogar-chalanear-planear con los izquierdistas más chuscos, chabacanos y de totalitarismo de baja estofa. Se le había subido tanto el cargo a la cabeza, se le había aumentado tanto la ambición, que estaba dispuesto a destrozar el partido con tal de llegar al poder. Encabritó, incluso a los que lo habían colocado en el puesto. La respuesta no se dejó esperar. Se formó lo que ellos llaman una “Gestora” que en un plis plas lo descabalgó de la Secretaría, nombró a un señor no-ambicioso para poner orden y concierto, y destrozó de golpe y porrazo lo que hubiera sido un descalabro para todo el Partido y -por supuesto-, para España.
No digo esto para poner como ejemplo a los socialistas, que tanto daño han hecho aquí y allá. Tampoco lo digo para poner en la picota a los actores de tamaña resolución. Es que se me ha ocurrido esto durante el rezo de Nona (con perdón), al repensar y recalcular los males que este llamado Papa está causando en la Iglesia. Los actos del pasado lunes en Lund (Suecia) están dividiendo a la Catolicidad, como otrora dividieron a la Cristiandad los de su amiguete Lutero. Ha sido de escándalo su afirmación de lo mucho que debemos a la Reforma y al Reformador. Basta ver lo que las páginas más cuidadosas con su persona y más delicadas a la hora de expresarse, están poniendo estos días. Se puede ver por aquí, o por aquí. Pero es que todas ellas tiene razón: este hombre está para que le coja por banda una Gestora de Urgencias y lo ponga de patitas en la calle.
La capacidad de enredo de este señor es impresionante. Incluso está dividiendo también a los mismos protestantes. Es increíble -y he de reconocer que muy divertido y jocoso-, ver el comunicado que hoy ha hecho la página protestante digital, poniendo en solfa el luteranismo de los suecos y suecas, enredados en lesbianismos y en una difícilmente aceptable fidelidad a Lutero (sic). Total que Francisco, cuando tiende puentes y abre espacios de diálogo superiores al tiempo, irrita incluso a los propios protestantes. No se conforma con amostazar a los católicos que todavía piensan, sino que además cabrea a los protestantes que todavía quieren que la Iglesia Católica abandone más su catolicidad. Ahora va a resultar que los pepinillos en vinagre que critican el viaje del Papa a Suecia están en comunión con los de protestante digital. Algo va mal. En Roma deberían analizar este tema, si el Jefe les deja.
Resultado: un fiasco, un lío y un fracaso. Todo, para seguir destruyendo el Catolicismo y la Tradición de la Iglesia que ya dejó claro en Trento por dónde iban los tiros.
Yo creo que haría falta una Gestora de Cardenales, como se habría hecho en otro tiempo, que le diga BASTA YA y que lo mande a beber mate en un sanatorio con buenos aires y con la puerta de salida cerrada.
Lamentablemente, los Cardenales que deberían actuar no lo hacen. No sé si por miedo, por complacencia, por acongojo o por imposibilidad. Lástima que ahora resulte que los socialistas son más valientes para sus cosas que los cardenales para las suyas. Tal como dijo el Señor: Los hijos de las tinieblas, son más sagaces que los hijos de la luz.
Esperaremos en el monasterio alguna declaración del pronto-flamante cardenal Osoro. O de alguno de los cardenales de Papúa, Mauricio, Chichihuahua o lo que sea. Porque ahora los cardenales ya se sabe que no son de Toledo, o de cualquier diócesis de tradición secular. Quizá por eso la Corte Pontificia está ahora tan dispersa.
Si no se formara la Gestora, al menos podría formarse un buen lío si alguno o algunos, se levantaran ya de una vez en contra de este Totalitarismo Personal. Como le dijo Dios a Abraham: –Si hubiera diez justos, no destruiría Sodoma.
Pues eso. A ver si conseguimos una Gestora con diez representantes.