La información original parece ser que procede de One Peter Five de un artículo de Maike Hikson, con fecha 2 de enero de 2017
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Se extiende el clima de temor en el Vaticano. Según varios medios, el motivo sería haber disentido, en privado, de algunas de las actuaciones públicas del Papa Francisco.
Según el vaticanista Marco Tosatti, Müller recibió la orden de despedir a tres de sus mejores hombres, los cuales llevaban trabajando para él durante mucho tiempo sin haber recibido ninguna explicación. Tal y como recoge el especialista en asuntos del Vaticano, Müller recibió varias cartas oficiales en las que se le pedía “devolver a cada uno de ellos a su Diócesis de origen o a la Orden Religiosa a la que pertenecía”.
Ante dicha petición, Müller quedó bastante sorprendido, ya que los sacerdotes eran tres de los mejores hombres con los que contaba dentro de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Por ello, desde un primer momento intentó no despedir a los religiosos y en varias ocasiones pidió una audiencia con el Papa.
Tras varios intentos, logró reunirse con Francisco. Estas fueron sus palabras: “Su Santidad, he recibido las cartas, pero no he hecho nada porque estas personas son lo mejor que hay en mi Dicasterio…¿qué es lo que han hecho?”.
La respuesta del Papa -según narra Tosatti- fue la siguiente: “Yo soy el Papa, y no necesito dar ninguna explicación sobre mis decisiones. He decidido que tienen que irse, y tienen que irse”. One Peter Five cuenta que, a continuación, el Papa se levantó y extendió la mano al cardenal indicando que la audiencia había finalizado.
El 31 de diciembre, dos de los tres hombres abandonaron -sin saber la razón de su expulsión- el Dicasterio donde habían trabajado durante años. El tercer y último hombre señalado parece seguir todavía en el Dicasterio “por una breve prórroga”.
Según varios medios, unos de los dos sacerdotes había disentido, en privado, sobre ciertas decisiones y actuaciones públicas del Papa Francisco. Concretamente, un estrecho colaborador del Papa escuchó uno de los comentarios y, al poco tiempo, el miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe recibió una llamada del Papa y el despido no tardó en llegar.
Tosatti habla de una “fiebre autocrática que parece haber estallado en el Vaticano” y concluye preguntándose dónde está la “verdadera misericordia”. Por último, cuestiona la manera y el método en el que el Papa Francisco “despide o margina a prelados ortodoxos, sacerdotes o cualquiera que tenga una posición de influencia en el Vaticano”.
Así las cosas, los empleados del Vaticano tienen miedo de decir cualquier cosa por temor a ser descubiertos por cualquiera de los informadores, que se encuentran en todas partes. Sin ir más lejos, el pasado mes de noviembre relataba InfoVaticana la purga de académicos “críticos” que ha tenido la Academia Pontificia por la Vida.
“Hasta las paredes tienen oídos”, es la frase que se repite en los dicasterios.
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