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lunes, 3 de abril de 2017

Aclarando ideas (IV) Diálogo y protestantización de la Iglesia [Froilán Aulé]


- En ninguna parte de los Evangelios y del Nuevo Testamento se habla de dialogar con el mundo sino de convertirlo anunciando el Evangelio. "Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura. El que crea y será bautizado será salvo, pero el que no crea será condenado" (Mc 16:15-16) 

- ¿Quién se atreve hoy a decir esto? ¿Dónde se escucha esto en la Iglesia? ¿No se dice acaso que no hay que hacer proselitismo y sí respetar las demás creencias? Arguyen que no hay que imponer nada a nadie. ¿Y quién impone? Anunciar no es imponer. Anunciar la salvación es el mayor acto de misericordia que podamos imaginar


¡Como si el anuncio fuera compulsiva exigencia de conversión! La exigencia es para quien cree en Cristo como Salvador, para la verdadera Iglesia, ésa que lleva en sí san Pablo cuando dice: "Ay de mí si no anuncio el Evangelio!" (1 Cor 9: 17). Dirá en ese pasaje de su primera carta a los corintios que, siendo libre, se hizo esclavo de todos para ganar a todos. Para ganarlos a la salvación.



Sí, al Evangelio se lo anuncia


- El Señor no dio alternativas al anuncio porque no las hay. Es por la predicación como se llega a la verdad de la fe. "Todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. Pero, ¿cómo invocarán a Aquél en quien no han creído? ¿Y cómo creerán en Aquél de quien no han oído hablar? ¿Y cómo oirán si nadie les predica?" (Rom 10: 13-15).



Post-Concilio. Influencias modernistas.
Gestos equívocos y equivocados


- Además, a eso contribuyeron gestos e iniciativas equívocos como el beso de Juan Pablo II al Corán (como si fuera Palabra de Dios, cuando sólo se besa la Sagrada Escritura y en particular el Evangelio). Debemos pensar que a cometer ese grave error lo llevó un ímpetu entusiasta y no el reconocimiento de una falsa religión. 

- También fue totalmente errado el encuentro de Asís de 1986 con todas las religiones que iría a abrir las compuertas al indiferentismo religioso en el que una religión vale tanto como otra. En ese encuentro se vieron animistas con sus ritos en las iglesias de Asís, un Buda sobre un sagrario, etc. No se puede dudar de la buena intención de un Papa santo como Juan Pablo II que buscaba asociar otras religiones a la paz y procurar la convivencia pacífica entre ellas


- Sin embargo, fue un grave error, señalado por Cardenales como el Cardenal Giacomo Biffi y también por el mismo Ratzinger. Lástima que, pese a ser crítico con ese encuentro, 25 años más tarde y ya como Papa, Benedicto XVI permitió la reedición de Asís, por más que fuera con atenuantes. La única respuesta a ese aparente desdecirse es que grandes deben haber sido las presiones internas. Grandes también las otras fuerzas exteriores, al punto que -unas y otras-posteriormente lo obligaran a renunciar.


- Aquellos gestos de acercamiento, aquellas iniciativas, por buenas que fueran las intenciones, llevaron y llevan a la confusión de los fieles, a pensar que todas las religiones son buenas, que en todas hay algo de verdad

- Se entra así por el plano inclinado donde al final lo mismo da una religión que otra, cada una tiene su verdad, pero ninguna la tiene por completo, etc. Y se llega al sincretismo y a negar a Cristo como Verdad absoluta y por tanto a toda la Revelación en la única salvación de Jesucristo. 


[Ahí tenemos, por ejemplo, el vídeo del papa Francisco, de enero de 2016, en donde lo importante es amarse y que todos somos hijos de Dios, y que Dios es el mismo para todos; o que todas las religiones conducen a la salvación.  De modo que, sin meternos en las intenciones, que suponemos buenas, lo cierto y verdad es que toda la confusión reinante actual, en este sentido, fue introducida por el papa Juan Pablo II]




La Iglesia se ha ido "protestantizando"


- Por ejemplo, eso lo vemos ya en los documentos del Concilio cuando el Papa Pablo VI tuvo que intervenir -luego de redactada la Lumen Gentium- mediante una nota explicativa previa que aludía al capítulo 3. Por medio de un texto ambiguo se pretendía relativizar el dogma de la Infalibilidad, proclamado por el Vaticano I. El texto estaba imbuido de una eclesiología (concepto de Iglesia) protestantizada la cual disminuía la autoridad del Papa en vistas a una sinodalidad (colegialidad) en la que el Papa se igualaba a los demás obispos.


- Ya, casi al final de su vida, Pablo VI advertía a su amigo Jean Guittón que la Iglesia iba por un camino de protestantización y que llegaría el día en que se vería reducida a un pequeño resto. Y también decía, con amargura, "esperábamos una primavera después del Concilio y vino un crudo invierno". Y muy conocida es su frase que "por alguna grieta de la Iglesia ha penetrado el humo de Satanás".

- La referencia exacta de la charla de Pablo VI con su amigo Guittón, filósofo y miembro de la Academia Francesa, a fines de su pontificado, en 1977, es ésta: 


"Hay una gran perturbación en este momento en el mundo y en la Iglesia, y lo que está en cuestión es la fe. Ahora me ocurre repetir aquella frase oscura de Jesús en el Evangelio de san Lucas: "Cuando el Hijo del hombre vuelva, ¿encontrará aún la fe en la tierra?"... A veces releo el Evangelio del fin de los tiempos y constato que emergen en este momento algunos signos de este fin. ¿Estamos próximos al fin? Esto jamás lo sabremos. Hay que estar siempre prontos, pero puede aún durar mucho tiempo. Cuando considero al mundo católico, lo que me llama la atención es que dentro del catolicismo parece a veces predominar un pensamiento de tipo no católico, y puede ocurrir que este pensamiento no católico mañana se vuelve el más fuerte. Pero jamás representará el pensamiento de la Iglesia. Es preciso que subsista un pequeño rebaño, por más pequeño que sea"

[¡Verdaderamente profético, pues es lo que está ocurriendo hoy en día!]

- Estamos ante lo que el entonces Cardenal Karol Wojtlyla definió como el enfrentamiento final entre la Iglesia y la anti-Iglesia. Así lo dijo en un Congreso Eucarístico, el de Filadelfia, en 1976:  En esta lucha la Eucaristía es el centro del ataque por más que no lo parezca. ¿Qué estaba, si no, en juego, en el Sínodo de la Familia? ¿No era acaso el acceso a la Eucaristía de los divorciados vueltos a "casar"? 

- De hecho, Lutero destrozó todo lo cristiano



  1. los dogmas, negando su posibilidad; 
  2. la fe, devaluándola a mera opinión; 
  3. las buenas obras, negando su necesidad;
  4. la Escritura, desvinculándola de Tradición y Magisterio; 
  5. la vida religiosa profesada con votos, 
  6. la ley moral objetiva, 
  7. el culto a los santos, 
  8. el Episcopado apostólico, 
  9. el sacerdocio ministerial y el sacrificio eucarístico, 
  10. y todos los sacramentos, menos el bautismo...

- En octubre de 1995 el Cardenal primado de Holanda, Adrianus Simonis, denunciaba en una entrevista concedida a la revista 30 Días: "La situación de la Iglesia es hoy dificilísima. Puede uno preguntarse si no está en acto, en el mundo occidental, una sedicente segunda Reforma (protestante) [...] Esta segunda Reforma me parece aún más peligrosa que la primera"

- Él sabía muy bien de qué hablaba: baste recordar el herético catecismo holandés.



Continuará