Papa Francisco y Spadaro |
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Los partidos comunistas clásicos tenían sus "intelectuales orgánicos". Pero también los tiene el Papa Francisco. Se llaman Antonio Spadaro, Marcelo Figueroa, Víctor Manuel Fernández.
El primero es italiano y jesuita, director de "La Civiltà Cattolica". Los otros dos son argentinos y el segundo no es ni siquiera católico, sino que es pastor presbiteriano, a pesar de lo cual Francisco lo ha puesto como director de la edición de Buenos Aires de "L'Osservatore Romano".
Spadaro ha transformado "La Civiltà Cattolica" en el órgano de la Casa Santa Marta, es decir, del Papa. Y junto a Figueroa ha firmado en el último número de la revista un artículo que se ha abatido sobre los Estados Unidos como un tornado: en él acusa a las corrientes conservadoras, tanto católicas como protestantes, de actuar en ese país "con una lógica que no es distinta de la que inspira el fundamentalismo islámico"; ni más ni menos que el de Osama bin Laden y el Califato.
¿Y respecto a qué luchan estos católicos y protestantes juntos como "neocruzados"? Respecto a "temas como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la educación religiosa en las escuelas"; en otras palabras, acerca de "una particular forma de defensa de la libertad religiosa"; con el resultado, según los dos autores del artículo, de fomentar un "ecumenismo del odio", que siente nostalgia de "un estado de rasgos teocráticos"; lo opuesto totalmente al ecumenismo de Jorge Mario Bergoglio, Papa "de la inclusión, la paz y el encuentro".
El problema es que la defensa de la vida, la familia, la libertad religiosa están, desde hace más de un decenio, en el primer puesto de la agenda de la Iglesia católica americana; que, por consiguiente, no podía no reaccionar al ver "a una parte de sus creyentes atacados por propios correligionarios sólo porque combaten por lo que su Iglesia ha creído siempre que es verdad".
La protesta de más alto nivel ha venido del arzobispo de Filadelfia, Charles Chaput, que ha tachado el artículo de Spadaro y Figueroa como "un ejercicio simplista e inadecuado". Pero otros comentarios han sido mucho más duros y les ha sido fácil individuar en el artículo una serie de burdos disparates históricos y lógicos.
Cualquier otra revista habría tirado a la basura un artículo como éste, ha escrito, por ejemplo, el canadiense Raymond J. de Souza en "Crux", el portal de información católica de los Estados Unidos más importante y equilibrado.
Pero en Santa Marta, en el escritorio de Francisco, no ha sucedido esto. Más bien al contrario, el artículo de Spadaro y Figueroa ha sido plenamente aprobado y ha causado impresión porque se le ha considerado expresión real no sólo del pensamiento del Papa, sino también de su estilo de gobierno: en este caso, un ataque de una fuerza inaudita contra el liderazgo "ratzingeriano" de la Iglesia católica de los Estados Unidos, lanzado por interpuestas personas.
En el campo doctrinal, el padre Spadaro es muy desenvuelto, teoriza que "en teología 2 más 2 suman 5", y es infalible cuando pronostica las grandes y pequeñas revoluciones de Bergoglio.
Pero entre los consejeros y los confidentes, hay uno que está aún más cercano al Papa que él. Es el argentino Víctor Manuel Fernández, un teólogo cuya opera prima y reveladora fue, en 1995, un volumen titulado: "Sáname con tu boca. El arte de besar".
No sorprende que tras este inicio y después de otras publicaciones suyas no menos discutibles, Roma se opusiera al nombramiento de Fernández como rector de la Universidad Católica Argentina. Pero en 2009 tuvo que plegarse ante el entonces arzobispo de Buenos Aires, que removió cielo y tierra para obtener el nihil obstat con el fin de promover a su pupilo.
En 2013, apenas elegido Papa, Bergoglio incluso hizo arzobispo a Fernández. Desde entonces, este personaje pasa más tiempo en Roma que en Argentina, ocupadísimo como consejero y escritor fantasma de su amigo Papa.
Se ha descubierto que párrafos enteros del capítulo octavo de "Amoris laetitia", el documento del Papa Francisco que más terremoto ha causado dentro de la Iglesia, han sido copiados íntegros de artículos de Fernández escritos hace una decena de años.
Entre las críticas al artículo de Spadaro y Figueroa, tal vez la más definitiva ha sido la de Thomas D. Williams, publicada en "Crux" el 28 de julio:
> "Ecumenism of hate" unjustly defames real Catholic-Evangelical dialogue
No sorprende que tras este inicio y después de otras publicaciones suyas no menos discutibles, Roma se opusiera al nombramiento de Fernández como rector de la Universidad Católica Argentina. Pero en 2009 tuvo que plegarse ante el entonces arzobispo de Buenos Aires, que removió cielo y tierra para obtener el nihil obstat con el fin de promover a su pupilo.
En 2013, apenas elegido Papa, Bergoglio incluso hizo arzobispo a Fernández. Desde entonces, este personaje pasa más tiempo en Roma que en Argentina, ocupadísimo como consejero y escritor fantasma de su amigo Papa.
Se ha descubierto que párrafos enteros del capítulo octavo de "Amoris laetitia", el documento del Papa Francisco que más terremoto ha causado dentro de la Iglesia, han sido copiados íntegros de artículos de Fernández escritos hace una decena de años.
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Entre las críticas al artículo de Spadaro y Figueroa, tal vez la más definitiva ha sido la de Thomas D. Williams, publicada en "Crux" el 28 de julio:
> "Ecumenism of hate" unjustly defames real Catholic-Evangelical dialogue
Sandro Magister