La Santa Sede ha respondido, de forma completamente deshonesta -cuando no mintiendo descaradamente- a la Carta de Corrección filial al Papa Francisco por la propagación de herejías (CORRECTIO FILIALIS DE HAERESIBUS PROPAGATIS), firmada por decenas de clérigos, teólogos y académicos de numerosos países (ver aquí), a través de unas declaraciones efectuadas a la agencia de noticias ANSA ("ANSA Latina" en su versión en español, con sede en... ¡Buenos Aires!) que titula y subtitula dicha información, publicada ayer, 25 de septiembre, de la siguiente manera: "Computadoras cerradas a denuncia de herejía. Signatarios sin competencia teológica".
Dicho título hace referencia a la primera reacción que tuvo la Santa Sede tras hacerse público el mencionado documento: ante la imposibilidad de censurar dicha Carta en todo el mundo para que no la pudiera leer nadie, y mucho menos adherirse a ella firmándola -desde que la mayor parte de la población tiene acceso a Internet, es muy difícil ponerle puertas al campo-, lo que ha hecho es impedir que se puedaacceder afirmar dicha carta desde ningún ordenador de la Ciudad del Vaticano. En cuanto al subtítulo, es totalmente falso: los signatarios tienen competencia académica y teológica más que sobrada para escribir dicha carta, como veremos más adelante.
Como dato complementario, téngase en cuenta que desde el pasado 21 de septiembre todas las comunicaciones de la Santa Sede están en manos de la Compañía de Jesús (los jesuitas, vamos; la misma orden cuyo superior niega la historicidad, y por tanto la veracidad, de los Santos Evangelios porque "no había grabadoras" en época de Jesús), como confirmaron ellos mismos a través de Radio Vaticano (ver aquí). A buen entendedor, pocas palabras bastan.
Aquí transcribo algunas de lasbarbaridadesafirmaciones -varias de ellas falsas-, tal como las publica la ya mencionada agencia de noticias, con mis comentarios en rojo:"(ANSA) - CIUDAD DEL VATICANO, 25 SET - La petición de tradicionalistas y lefrebvianos [sic] que acusa al papa Francisco de herejía puede leerse en las computadoras públicas del Vaticano pero si alguien desea adherir a la iniciativa deberá "firmarla" desde otro equipo que no tenga una dirección IP de la Santa Sede...".
Vamos, que reconoce la censura. Eso sí, trata de engañar -que es lo mismo que mentir-: ni los firmantes son tradicionalistas -si hay algunos, gracias-, ni mucho menos lefebvrianos -que sólo hay 2 entre los firmantes-.
"...el Vaticano, sin querer, llamó hoy la atención sobre una cuestión hasta ahora descuidada: ¿quiénes firmaron la petición que acusa al pontífice y a toda la asamblea de obispos católicos de herejía?".
Ni esta carta de corrección, ni ninguna otra similar (ha habido varias desde que comenzaron los Sínodos ordinario y extraorinario de la Familia), ha acusado jamás a "toda la asamblea de obispos" de nada, por la sencilla razón de que "toda la asamblea de obispos" rechazó en votación los puntos polémicos que se debatieron en el sínodo (ver aquí) y que después Francisco incluyó en "Amoris laetitia".
"Comprender quiénes firmaron significa evaluar los fundamentos y la sensatez de las acusaciones. Y tener algún elemento sobre el momento de la publicación".
La sensatez de lo expuesto deriva del propio contenido de la carta y no de quiénes la hayan redactado o subscrito. La verdad es la verdad, la diga Agamenón o su porquero.
"El primer signatario es un psicólogo y periodista holandés, el segundo un jurista estadounidense jubilado, sigue un sacerdote diocesano y la lista prosigue en esta línea".
Eso es, simplemente, mentira. Aquí pueden leer, por orden alfabético, el nombre y título/puesto de casi medio centenar de firmantes -y siguen aumentando-, que son rectores de seminarios, rectores de universidades, académicos, catedráticos, profesores e investigadores universitarios, casi todos de Facultades de Teología, Filosofía e Historia de la Iglesia -hay también de otras materias-, muchos de ellos de Universidades Pontificias (incluyendo el 'Seraficum'). Y la lista sigue creciendo, pues ya van setenta y nueve (79) firmas (he excluido a los que son "simples curas o párrocos" que, además, son minoría):"Se suman otros curas diocesanos de diversos países".
- Prof. Jean Barbey, Historiador y Jurista, Catedrático emérito de la Universidad de Maine (EE.UU.)
- Philip M. Beattie, Profesor adjunto de la Universidad de Malta (Malta).
- Dr. Philip Blosser, Catedrático de Filosofía del Seminario Mayor del Sagrado Corazón de la Archidiócesis de Detroit (EE.UU.).
- Prof. Mario Caponnetto, Catedrático universitario, Mar del Plata (Argentina)
- Salvatore J. Ciresi, Director del Grupo Bíblico San Jerónimo y Profesor de la Escuela de Graduados Notre Dame de la Universidad Christendom, Washington, D.C. (EE.UU.).
- Prof. Matteo D’Amico, Catedrático de Historia y Filosofía, Instituto de Enseñanza Secundaria de Ancona (Italia).
- Dra. Chiara Dolce, Doctora Investigadora en Filosofía Moral de la Universidad de Cagliari, Cerdeña (Italia).
- Petr Dvorak, Jefe del Departmento de Estudios del Pensamiento Antiguo y Medieval del Instituto de Filosofía de la Academia Checa de Ciencias, Praga; y Catedrático de Filosofía de la Facultad de Teología de los Santos Cirilo y Metodio de la Universidad Palacky, en Olomouc (República Checa).
- Christopher Ferrara, Fundador Presidente de la Asociación Americana de Juristas Católicos.
- Prof. Michele Gaslini, Catedrático de Derecho Civil de la Universidad de Udine (Italia).
- Prof. Corrado Gnerre, Catedrático del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de Benevento, de la Pontificia Universidad de Teología del Sur de Italia.
- Dr. Ettore Gotti Tedeschi, ex Presidente del Instituto para las Obras de Religión (IOR) y Catedrático de Ética de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán (Italia).
- Dr. Maria Guarini, Licenciada en Sagrada Teología por la Pontificia Facultad de Teología de San Buenaventura (Seraphicum) de Roma; Editora del sitio "Chiesa e postconcilio".
- Prof. Robert Hickson, Catedrático emérito de Literatura y de Estudios Estratégico-Culturales.
- P. John Hunwicke, ex Investigador Principal, Pusey House, Oxford (Reino Unido).
- Prof. Isebaert Lambert, Profesor Titular de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
- P. Serafino M. Lanzetta, Profesor de Teología Dogmática de la Facultad de Teología de Lugano (Suiza).
- Prof. Massimo de Leonardis, Catedrático y Director del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán (Italia).
- Mons. Prof. Antonio Livi, Académico de la Santa Sede; Deán emérito de la Pontificia Universidad Lateranense y Vicerrector de la iglesia de San Andrés en Via Flaminia, Roma (Italia).
- Dr. Carlo Manetti, Catedrático en varias Universidades privadas de Italia.
- Prof. Pietro De Marco, Catedrático emérito de la Universidad de Florencia (Italia).
- Prof. Roberto de Mattei, Catedrático emérito de Historia de la Cristiandad en la Universidad Europea de Roma (Italia) y ex Vicepresidente del Consejo Nacional de Investigación (CNR).
- P. Cor Mennen, Profesor de Derecho Canónico del Seminario Mayor de la diócesis de ‘s-Hertogenbosch (Países Bajos); Canónigo Catedralicio de la misma diócesis.
- Prof. Stéphane Mercier, Profesor de Filosofía de la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica).
- Martin Mosebach, Escritor y Ensayista.
- Prof. Lukas Novak, Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Charles de Praga (República Checa).
- Prof. Paolo Pasqualucci, Catedrático emérito de Filosofía de la Universidad de Perugia (Italia).
- Prof. Claudio Pierantoni, Catedrático de Filosofía Medieval de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Chile y ex Catedrático de Historia de la Iglesia y Patrolofía en la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
- Prof. Enrico Maria Radaelli, Filósofo y editor de la obra de Romano Amerio.
- Dr. John Rao, Profesor adjunto de Historia en la Universidad de San Juan de Nueva York (EE.UU.).
- Dr. Carlo Regazzoni, Licenciado en Filosofía de la Universidad de Friburgo (Suiza).
- Dr. Giuseppe Reguzzoni, Investigador externo en la Universidad Católica de Milán (Italia) y ex asistente editorial de Communio, International Catholic Review (edición italiana).
- Prof. Arkadiusz Robaczewski, Catedrático emérito de la Universidad Católica de Lublin (Polonia).
- P. Settimio M. Sancioni, Licenciado en Ciencias Bíblicas.
- Prof. Andrea Sandri, Investigador asociado de la Universidad Católica del Sagrado Corazón de Milán (Italia).
- Dr. Joseph Shaw, Tutor de Filosofía Moral en el St Benet's Hall, Universidad de Oxford (Reino Unido).
- P. Paolo M. Siano, Doctor en Historia Eclesiástica.
- Dra. Cristina Siccardi, Historiadora de la Iglesia.
- Dra. Anna Silvas, Investigadora adjunta de la Universidad de Nueva Inglaterra, Nueva Gales del Sur (Australia).
- Prof. Dr Thomas Stark, Profesor de Filosofía y Teología de la Universidad de Filosofía y Teología Benedicto XVI de Heiligenkreuz (Austria).
- Prof. Giovanni Turco, Profesor adjunto de Filosofía del Derecho Civil de la Universidad de Udine (Italia), Miembro Corresponsal de la Pontificia Academia de Santo Tomás de Aquino.
- Prof. Arnaldo Vidigal Xavier da Silveira, Catedrático emérito de la Pontificia Universidad de São Paulo (Brazil).
- Mons. José Luiz Villac, Ex Rector del Seminario de Jacarezinho (Brasil).
- S. E. Mons. Rene Henry Gracida, Obispo emérito de la diócesis de Corpus Christi, Texas (EE.UU.).
- Dr. Riccardo Calzavara, Catedrático.
- Dr. Riccardo Cavalli, Catedrático.
- P. Andrew Pinsent, Director del Centro Ian Ramsey de Ciencia y Religión de Oxford (Reino Unido).
- Prof. Leonardo Schwinden, Catedrático de Filosofía de la Universidad Federal de Santa Catarina (Portugal).
Y no sólo curas: además de Mons. Fellay, también firma otro obispo: el emérito de la diócesis de Corpus Christi.
"El grupo inicial de firmantes no tiene ninguna competencia ni título para dirigir al sumo pontífice y a los obispos reunidos en sínodo acusaciones tan graves como la de herejía".
Otra mentira. El grupo de firmantes incluye a casi todos los anteriormente citados, que tienen más competencia académica, y no digamos honestidad moral, que loscoriferosportavoces papales (que además de realizar sólo ataques ad hominem, por lo visto desconocen el Código de Derecho Canónico -o fingen no conocerlo-, que en su canon 212:2-3 reconoce tal derecho -y deber- a cualquier fiel, aunque fuere un iletrado). En cuanto a la segunda afirmación, ya se ha demostrado su falsedad (ver más arriba): los obispos reunidos en la asamblea del Sínodo rechazaron con su voto los puntos que posteriormente Francisco, por propia voluntad, quiso meter -y metió- en "Amoris laetitia" (muchos de ellos escritos por su íntimo amigo "Tucho" Fernández años antes de los sínodos de 2014 y 2015, y éste sí que no tiene ni competencia ni título alguno para imponer a toda la Iglesia sus heterodoxas ideas).
"Tal vez ni siquiera un consejo estaría legitimado para acusar a Bergoglio y al sínodo de obispos de lo que la petición llama 'propagación de algunas herejías desarrolladas a través de la exhortación apostólica 'Amoris laetitia' y mediante otras palabras, actos y omisiones de Su Santidad'".
Tercera vez que se repite la mentira de que las partes heterodoxas recogidas en "Amoris laetitia" se deben a la aprobación de las mismas por parte del sínodo de los obispos, que en realidad las rechazó por votación. Las partes escritas hace años por "Tucho" Fernández, que son fruto de la polémica, sólo fueron incluidas en "Amoris laetitia" (como la posibilidad de administrar sacrílegamente los Sacramentos a los adúlteros, que aparece de forma sibilina como nota al pie), por expresa voluntad de Francisco.
"...diversos puntos de la exhortación apostólica "Amoris laetitia", que Francisco escribió después de la celebración de los dos sínodos dedicados a la familia".
Está demostrado desde hace bastante tiempo que muchas de las partes no las escribió Francisco -aunque esté de acuerdo con ellas-, sino "Tucho" Fernández, años antes de ambos sínodos (sus palabras se han copiado casi literalmente).
"La petición asume como elementos heréticos incluso las intervenciones de los obispos o conferencias episcopales en favor de esta línea e indica como culpables de tal deriva también a un par de cardenales, entre ellos Christoph Schönborn y Kevin Farrell, por otra parte, criticando el nombramiento de este último como prefecto del nuevo Dicasterio para los Laicos y la Familia".
Por una vez dice la verdad: ciertos obispos y resoluciones de algunas -poquísimas, gracias a Dios- Conferencias Episcopales, como la simoníaca Conferencia Episcopal Alemana o la de Malta, han incurrido en herejía y hasta en los anatemas (excomunión), proclamados solemnemente por el Sacrosanto y Ecuménico Concilio de Trento (dogmático).
"Por su parte, Bergoglio no respondió a sus acusadores de herejía y sigue adelante, con serenidad, su camino confirmando su línea orientada a la misericordia con diversas medidas, entre ellas, la reciente refundación del Instituto Giovanni Paolo II para los estudios sobre el matrimonio y la familia, anunciada la semana pasada".
Esto también es verdad: Francisco sigue con su agenda, y después de él... el diluvio, como suele decirse. Aquí se aclara, para quien tuviera dudas, por qué se eliminó el Instituto Juan Pablo II de Estudios sobre el Matrimonio y la Familia y se ha creado uno nuevo con un nombre similar, pero con intenciones completamente contrarias al anterior: para adaptarlo a "Amoris laetitia" (ver aquí). Lo pueden decir más alto, pero no más claro.
CATHOLICVS