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En ese sentido, el Papa no es el único responsable de "la gravedad de la situación, que empeora continuamente". Los cardenales y obispos que han demorado la adopción de medidas hasta ahora, están, de manera involuntaria, intensificando el escándalo de los fieles. Lo que el Papa está haciendo está mal, piensan los laicos, pero cuando incluso los pastores fieles y ortodoxos de la Iglesia no logran abordar (el problema) adecuadamente, ¿significa eso que hemos sido abandonados?
Y mientras estas dudas sobre la infalibilidad de la Iglesia se introducen diariamente en las mentes de los fieles, los obispos de todo el mundo continúan avanzando con sus propias interpretaciones subjetivas de lo que Amoris Laetitia significa para sus rebaños, todo lo cual tendrá que ser desenredado una vez la Iglesia recupere la cordura.Hoy, en la reunión de la Asamblea General de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos 2017, se presentó el tema de la agenda de un "plan pastoral renovado sobre matrimonio y vida familiar a la luz de la exhortación apostólica del Papa Francisco 'la alegría del amor', Amoris Laetitia" tema que fue llevado a la mesa por el obispo Richard Malone, quien sirve en el Comité de Laicos, Matrimonio, Vida Familiar y Juventud de la USCCB.
En la discusión que siguió, el popular orador católico, el obispo Robert Barron se lamentó: "Creo que ha sido realmente una tragedia que la recepción de este documento [Amoris Laetitia] haya sido tan pobre en nuestro país. Si haces una búsqueda web de Amoris Laetitia, obtienes una montaña de literatura, pero de un capítulo en particular e incluso de una nota al pie de página concreto dentro de ese capítulo. Aunque esa cuestión sea importante, creo que ha llevado a pasar por alto (el resto de) este documento extraordinariamente rico, así que creo que es bueno para nosotros tomar el control de ese proceso, porque creo que hemos sido posicionados (de una determinada manera) por muchísimas personas en la blogosfera, (una blogosfera) que obliga a la gente a leer este documento de una manera particular ".
"¿Un montón de gente en la blogósfera"? Me pregunto a quién podría estar refiriéndose. ¿"Forzar a la gente"? ¿Con qué, con nuestros increíbles poderes mentales? "¿Tomar el control"? De hecho, mencionó la palabra "captar", que, si queremos hablar sobre la fuerza, significa "agarrar de repente y por la fuerza", y la usa dos veces más en sus breves comentarios.
No tuve la paciencia para escuchar más su debate.
El despido del profesor Seifert.
La humillación del profesor Stark.
El despido del p. Thomas Weinandy.
La campaña de ad hominem sostenida contra los cardenales dubia así como también contra cada teólogo, sacerdote y laico que apoyan una realista y auténtica crítica de la exhortación.
Las interpretaciones heterodoxas promovidas por el Vaticano de la propia exhortación, junto con los artículos vertidos por el Vaticano, dieron cobertura a estas interpretaciones (falsarias) a través de una ofuscación intencional de la enseñanza de la Iglesia y los parámetros de la autoridad Magisterial.El "clima de miedo" en el Vaticano, donde se informa de cualquier crítica y de personas sospechosas de oponerse a la agenda oficial son monitoreadas en formas que recuerdan a las técnicas de la KGB. Todo el aparato de la Dictadura de la Misericordia.
Es en estas cosas donde reside la verdadera fuerza en el asunto.
La única razón por la que la contra-narrativa ortodoxa ha sido capaz de llegar hasta la cima es porque aquellos de nosotros que nos preocupamos por la verdad somos implacables en nuestra búsqueda de ella, y porque Dios ha bendecido esos esfuerzos. Aunque hay mucho que podemos hacer, todos estamos agotados por ser constantemente superados en número, y aislados.
Por eso, Cardenales Burke y Brandmüller, si leen esto, deben saber que el tiempo es esencial. Quizá lo saben. Continúo escuchando susurros de que la corrección formal en sí misma no se ha detenido. Pero la pregunta después de eso será la misma que ahora: ¿Entonces, qué? ¿Qué sucede cuando se ignoran todos los esfuerzos? ¿Cómo se va a desarrollar todo a partir de ahí?
¿Se convocará un concilio? ¿Se declarará al Papa que se ha depuesto a sí mismo por una herejía pertinaz y obstinada? ¿Se reunirá un nuevo cónclave entre el pequeño remanente de los fieles obispos? ¿Volveremos a tener dos demandantes rivales en la sede petrina?
¿O será algo completamente diferente?
Todos quieren saber qué pueden esperar. Todos se lo preguntan y se sienten frustrados. Todo el mundo está especulando sobre lo difícil que pueden llegar a ser las cosas, pero nadie parece pensar que serán peores de lo que lo son ahora. Una certeza incómoda es preferible a la interminable y continua incertidumbre y la duda.
Algo tiene que suceder. Por favor, Señor, déjalo que suceda pronto. Concede a los sucesores de tus apóstoles el coraje y la sabiduría para que esto ocurra y comiencen así a restaurar la Iglesia.
Steve Skojec