“Muero como fiel servidor del Papa, pero como servidor de Dios en primer lugar”
Los pasajes clave (los saltos de párrafo fueron agregados por nosotros) reprenden a Francisco por su imprudencia, su ambigüedad deliberada, por fomentar el error, sembrar la desunión, sus inauditas calumnias a los fieles, e incluso por reducir la fe a una ideología—precisamente el error por el que acusa a los católicos ortodoxos:
Su Santidad, su pontificado parece estar marcado por una confusión crónica ... Esto fomenta entre los fieles una creciente inquietud …
En “Amoris Laetitia,” sus lineamientos parecen, por momentos, intencionalmente ambiguos, invitando así tanto a una interpretación tradicional de la enseñanza católica sobre el matrimonio y el divorcio, como a una que podría sugerir un cambio en dicha enseñanza …
Enseñar con semejante falta de claridad intencional arriesga inevitablemente pecar contra el Espíritu Santo, el Espíritu de la verdad. El Espíritu Santo es dado a la Iglesia, y en particular a usted, para disipar el error, no para fomentarlo.
Usted parece censurar e incluso burlarse de quienes interpretan el capítulo 8 de “Amoris Laetitia” según la tradición de la Iglesia, tildándolos de fariseos que arrojan piedras y encarnan un rigorismo sin misericordia. Esta clase de calumnia es ajena a la naturaleza del ministerio petrino ...
Semejante comportamiento da la impresión de que sus ideas no pueden soportar el escrutinio teológico, y por lo tanto deben ser defendidas con argumentos “ad hominem”.
Demasiadas veces, su comportamiento pareció rebajar la importancia de la doctrina de la Iglesia. Una y otra vez describe a la doctrina como muerta y académica, alejada de las preocupaciones pastorales cotidianas.
En sus propias palabras, sus críticos han sido acusados de convertir la doctrina en ideología. Pero es precisamente la doctrina cristiana … la que libera a la gente de las ideologías mundanas y asegura que en realidad prediquen y enseñen el Evangelio auténtico que da vida.
Quienes desprecian las doctrinas de la Iglesia [i.e., ¡Francisco!] se separan de Jesús, autor de la verdad… Lo que ellos [i.e., Francisco] poseen, y solo pueden poseer, es una ideología – una que se adapta al mundo del pecado y la muerte.
Los católicos fieles no pueden más que estar desconcertados ante su elección de algunos obispos, hombres que no solo parecen abiertos a posturas contrarias a las creencias cristianas sino que incluso las apoyan y las defienden.
Lo que escandaliza a los creyentes, e incluso a algunos obispos, no solo es que usted haya nombrado a tales hombres como pastores de la Iglesia, sino que usted también parece hacer silencio frente a sus enseñanzas y prácticas pastorales…
Como resultado, muchos de los fieles que encarnan el “sensus fidelium,”están perdiendo confianza en su pastor supremo.
La Iglesia es un cuerpo, el Cuerpo Místico de Jesucristo, y el mismo Señor le encargó a usted el promover y fortalecer su unidad. Pero sus acciones y palabras muchas veces parecen pretender lo contrario …
Usted ha hablado muchas veces de la necesidad de transparencia en la Iglesia. Usted ha promovido frecuentemente….que todas las personas, especialmente a los obispos, den su opinión sin miedo a lo que el Papa pueda pensar. Pero… lo que muchos [obispos] han aprendido de su pontificado es que usted no está abierto a la crítica, sino que la resiente… Muchos temen que al dar su opinión resulten marginalizados o incluso peor.
Muchas veces me he preguntado a mí mismo: “¿Por qué Jesús ha permitido que esto ocurriera?” La única respuesta que viene a mi mente es que Jesús desea manifestar qué tan débil es la fe de muchos dentro de la Iglesia, incluso entre muchos de sus obispos.
Irónicamente, su pontificado ha dado a quienes albergan posturas teológicas y pastorales dañinas el permiso y la confianza para salir a la luz y exponer su oscuridad antes escondida …El padre Weinandy revela que decidió publicar esta carta histórica sólo después de haber recibido un signo inconfundible del cielo. Tal como lo cuenta aquí, tras repetidos “ruegos a Jesús y María, San Pedro y todos los Papas santos enterrados allí, para que hicieran algo para rectificar la confusión y la agitación en la Iglesia de hoy, el caos y la incertidumbre que siento que el mismo papa Francisco ha causado”, pidió un pequeño signo específico del cielo para saber si debía escribir la carta: que al día siguiente se encontrara con alguien a quien no veía desde hace mucho tiempo y que no esperaba encontrar en Roma, que no fuera de los Estados Unidos, Canadá o el Reino Unido, y que dicha persona dijera una frase exacta: “Continúe con sus buenos escritos.”
Al día siguiente, durante el almuerzo, se le dio un signo. Un viejo amigo que no veía desde hacía más de veinte años y que jamás habría esperado encontrar en Roma, que ahora es arzobispo, apareció de golpe entre dos autos estacionados, y después de renovar su amistad, al referirse a uno de los libros del padre Weinandy, dijo “Continúe con sus buenos escritos.”
El P. Weinandy escribe: “No podía creer que esto ocurriese en cuestión de minutos. Pero en mi mente ya no quedaban dudas de que Jesús quería que escribiera algo. También pienso que es significativo que Jesús se haya valido de un arzobispo. Lo consideré un mandato apostólico.”
¿Podemos dudar que se trate de un mandato apostólico? ¿No podemos ver en el P. Weinandy una voz alzada por el mismo cielo para decir, desde dentro del establishment eclesiástico post-conciliar, cosas que exceden por su candor lo que incluso ciertos comentaristas tradicionalistas se animaron a decir?
Como confirmando la validez de su acusación al pontificado actual, tan solo un día después de la publicación de la carta, la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos demandó al P. Weinandy que renuncie a su puesto como consultor para los obispos norteamericanos. Lo ha hecho.
El P. Fessio, del Catholic World Report, otra voz en la creciente oposición a Francisco, observa que “Al realizar esa demanda, pareciera que la Conferencia Episcopal ratifica cada punto del P. Weinandy sobre el miedo y la falta de transparencia.”
La intervención del P. Weinandy nos da la esperanza de que el plan para rehacer la Iglesia según la mente de Bergoglio encontrará, en última instancia, una resistencia que pondrá un fin a la dictadura de estilo latinoamericano que Francisco impuso en la Iglesia, incluso mientras él habla de diálogo, colegialidad, descentralización y parresia (pero sólo para quienes concuerdan con él). El plan que finalmente debe fallar podría fallar incluso mientras Francisco intenta llevarlo a cabo.
Que Nuestra Señora de Fátima interceda pronto para frustrar los designios de Francisco y rectificar el grave daño que ya ha provocado.
La intervención del P. Weinandy nos da la esperanza de que el plan para rehacer la Iglesia según la mente de Bergoglio encontrará, en última instancia, una resistencia que pondrá un fin a la dictadura de estilo latinoamericano que Francisco impuso en la Iglesia, incluso mientras él habla de diálogo, colegialidad, descentralización y parresia (pero sólo para quienes concuerdan con él). El plan que finalmente debe fallar podría fallar incluso mientras Francisco intenta llevarlo a cabo.
Que Nuestra Señora de Fátima interceda pronto para frustrar los designios de Francisco y rectificar el grave daño que ya ha provocado.
Christopher A. Ferrara
(Traducido por Marilina Manteiga.
[Una muestra de cuáles son las preferencias de Francisco]
“¡No nos gustan ustedes, católicos ‘rígidos’!”
El papa Francisco se reúne con el líder luterano, el obispo Munib Younan, en Suecia |