Hace unos días hablábamos del deseo de la Universidad de Navarra de “tender puentes”, expresión puesta de moda por el Papa Francisco y que, sinceramente, todavía no sé muy bien qué significa.
Ayer me enviaron una noticia que había pasado desapercibida, al menos para mí, y que hacía referencia a unas jornadas ecuménico-ecológicas que habían tenido lugar en Torreciudad en junio del año pasado.
Las jornadas se celebraron con la presencia, según se nos informa de “Científicos y líderes religiosos de 15 países y 8 confesiones religiosas que acordaron una Declaración para fomentar la colaboración de la Ciencia y las principales religiones en la conservación del Medio Ambiente, como colofón del Seminario Internacional de Ciencia y Religiones por el Medio Ambiente (ISSREC)”.
¡Cáspita! me dije, esto parece mega-super importante. Así que, ni corto ni perezoso, decidí hacer “periodismo de investigación”, al menos como se hace hoy, sin salir de casa. Encendí el ordenador y me puse a buscar en la red.
Efectivamente, el tal seminario se había celebrado y, cómo no, había contado con la presencia de Monseñor Sánchez Sorondo, presidente de la Pontificia Academia de las Ciencias, quién afirmó “es importante que la ciencia y las religiones entiendan que la crisis medioambiental, es un clamor de la tierra y un clamor de los hombres”. Del clamor de los más de 6.000 millones de personas que no conocen a Cristo no dijo nada.
Por su parte El profesor Stocker, codirector del Grupo de Trabajo I del Grupo Intergubernamental de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (IPCC), explicó “las evidencias científicas sobre el cambio climático”. De las manipulaciones del IPCC, denunciadas y, cuando ya no tuvo más remedio, reconocidas por las Naciones Unidas nada dijo.
En las fotos se puede apreciar que no faltaba nadie, hay un sacerdote, una monja budista, otra hinduista, un rabino etc por lo que los resultados supongo que estarán a la altura de semejante despliegue.
Yo no sé qué más hay que hacer para evitar que se vacíen las Iglesias. En los últimos 30 años hemos visto: Misas con payasos, misas de sacerdotes de la teología de la liberación con fusiles, cartas de Obispos con loas a Fidel Castro, hemos cantado el Padrenuestro con música de Simon y Garfunkel, los curas villeros argentinos han dejado claro siempre que lo primero es el peronismo y luego, ya sí eso, un poquito Cristo etc. Más recientemente el obispo Osoro ha participado en reuniones donde se repartía limonada ecológica, un obispo italiano probó su nueva bicicleta dándose un paseo por la Catedral, banderas arco iris sobre el altar, al cardenal Schonborn organizando una Eucaristía con los miembros más destacados de lobby-gay austríaco y al Papa Francisco organizando una comida en el interior de la catedral de Bolonia en la que se habían instalado 2 urinarios.
Sorprendentemente, tanta creatividad no ha dado resultado.
Es como los atentado islamistas, perdón, fundamentalistas, tras los cuales la gente se pinta las manos, declara que el Islam es paz, un pianista toca en la manifestación de turno y la gente deja flores donde se produjeron los asesinatos. Incompresiblemente siguen produciéndose atentados en suelo europeo.
Puede, y sólo digo puede, que ambas estrategias estén radicalmente equivocadas.
No fue el caso de esta reunión donde, cómo se puede apreciar en la foto, en un ataque de audacia y singularidad se decidió… ¡plantar un olivo!
Capitán Ryder