Por estos tiempos turbulentos en la barca de Pedro, el actual sucesor de éste parece tener mucha misericordia no sólo con los alejados, con los periféricos, sino también con los de dentro que afirman herejías, mientras que se les aplica mano dura a quienes pretenden seguir siendo fieles a los Evangelios que recogen las enseñanzas de Jesús.
Parece realmente el mundo del revés. Ese que observábamos hasta hace poco en el mundo ahora lo tenemos como lamentable espectáculo dentro de la Iglesia Católica bajo el pontificado actual de Francisco.
Y si no adviértanse estos hechos:
- Luego del Sínodo de la Familia, la Exhortación Amoris Laetitia es tan confusa en el tema acceso a los sacramentos y a la comunión de los casados por Iglesia que se han divorciado y se han vuelto a casar por lo civil, y no tienen propósito de enmienda; porque unos quieren interpretar que no han habido cambios en la doctrina bimilenaria de la Iglesia y otros, conferencias episcopales, obispos y sacerdotes, entienden que se les ha dado vía libre para admitir a los sacramentos a éstos en forma más o menos libre. Ya incluso ni si habla de discernimiento sino que se invoca alegremente el fuero interno y la conciencia olvidando que ésta no es la norma suprema sino que lo es la Revelación, en este tema, como en todos los temas de fe y moral.
- Tan confuso es el panorama, que en vez de confirmar en la fe y la moral el papa nos viene confirmando en el error y en la duda.
- Y como a las dudas legítimas (“dubia”) que cuatro cardenales le plantearon a Francisco sobre este punto, con todo derecho, éste no las ha respondido, aquellos, decidieron hacerlas públicas, siguiendo siempre el Derecho Canónico y la solicitud pastoral de sus altas investiduras de Senadores de la Iglesia.
- Ante este silencio apareció la Conferencia Episcopal de Filipinas admitiendo que interpretan la Amoris Laetitia en sentido amplio al igual que los obispos de Buenos Aires, que incluso recibieron carta del papa afirmando que la de admitir a los divorciados vueltos a casar a la comunión, es la única interpretación posible, con el discernimiento del caso a caso.
- Pero el tema se complicó cuando recientemente los dos prelados de Malta no sólo adhieren a esa interpretación generosa sino que van más allá y dicen que si el vuelto a casar se siente en paz con Dios, a pesar de su situación objetiva, y sin discernimiento alguno con su confesor, puede comulgar. Lo que se confirmó cuando los mismos obispos malteses han comunicado a los sacerdotes incardinados en sus diócesis que quien tenga otra interpretación podrá ser suspendido “a divinis”. Más recientemente los laicos de Malta, invocando a cartas de San Pablo, han anunciado que no acatarán las instrucciones de sus obispos por no ser conforme a los Evangelios.
- En Colombia, un sacerdote que expresó que disentía de tal interpretación de la Exhortación y que no daría la comunión a los adúlteros, por defender la doctrina de los Evangelios, que recogen la enseñanza de Jesús sobre la indisolubilidad del matrimonio, fue suspendido “a divinis” por su obispo (*).
- Y por si fuera poco, recientemente, una monja supuestamente católica, Lucía Caram, ha declarado que San José mantenía relaciones sexuales con la Virgen María, yendo contra un dogma de la Iglesia, y hasta ahora nada ha pasado.
Como mínimo se observan dos claros patrones de conducta de parte de la autoridad eclesiástica que el relato nos exime de abundar.
Por ello lo del título: vara dura para unos, claramente injusta y tolerancia total con otros que deberían de ser amonestados. Así vamos, la barca de Pedro parece hundirse pero debemos confiar porque es el Señor que la conduce realmente por el mar embravecido de la historia, y no ninguno de sus vicarios, como lo recordó Benedicto XVI al dejar su ministerio petrino. Se ha colado el humo del infierno dijo el beato Pablo VI, “pero las puertas del infierno, no prevalecerán ... ” nos enseñó el mismo Cristo. ¡¡¡Esa es nuestra única esperanza!!!
Carlos Alvarez Cozzi
(*) N.de R. Posteriormente la sanción ha sido levantada. Véase