CONFERENCIA EPISCOPAL DE OBISPOS ALEMANES |
El cisma está a las puertas (1)
El cisma está a las puertas (2)
El cisma esta a las puertas (3)
El cisma está a las puertas (4)
El cisma está a las puertas (5)
El cisma está a las puertas (6)
------
Pero nos encontramos con el hecho innegable de que, en realidad, son pocos los verdaderos discípulos de Jesús, aquellos que están dispuestos a jugarse la vida por Él, aquellos que -en definitiva- formarían la verdadera Iglesia, en el caso de producirse un cisma.
El hecho de ser pocos en número podría llevar a muchos a preguntarse si acaso no serían ellos los que estuviesen en el error. Sin embargo, la verdad sobre algo no depende del número de los que la siguen. Y, luego, están las palabras de Jesús, quien ya contaba con que serían pocos los que le seguirían, pues dijo a sus discípulos: "No temas, PEQUEÑO REBAÑO, porque a vuestro Padre le ha parecido bien daros el Reino" (Lc 12, 32).
De manera que el hecho de ser pocos no es motivo para temer ni para pensar que estamos equivocados, si consideramos a Jesús como nuestro único Pastor, Aquél a cuyo Padre -y nuestro Padre también por gracia- le ha parecido bien darnos el Reino.
En el caso, más que previsible, por desgracia, de que se produjera tal cisma en la Iglesia, aquéllos que han tergiversado la Palabra de Dios y engañado al pueblo cristiano (los malos pastores) así como los "cristianos" que se han dejado engañar, a sabiendas, porque sólo escuchaban a quienes les halagaban los oídos y justificaban todas sus acciones, aunque fuesen intrínsecamente malas, ... todos éstos, que serán mayoría, se considerarán a sí mismos como los auténticos católicos, aduciendo que ellos se han limitado a seguir las directrices del papa Francisco y que eso es lo propio en un buen católico.
Y, sin embargo, cualquier cristiano, medianamente formado, sabe que la obediencia al Papa sólo es aplicable cuando lo que éste dice no se opone al Magisterio anterior o bien, si habla ex cathedra, porque entonces tendría la asistencia del Espíritu Santo, el cual no se puede contradecir a sí mismo. Nada iría en contra de lo que fue dado de una vez para siempre.
Como sabemos, en ningún momento Francisco ha hablado ex cathedra. Y sí tenemos, en cambio, infinidad de afirmaciones, declaraciones, escritos, entrevistas, etc ... de Francisco, todas ellas dirigidas en contra de cuanto ha sido la Iglesia durante el periodo anterior al Concilio Vaticano II. Para él la Iglesia -su verdadera interpretación- comenzó con el Concilio Vaticano II. Y él se limita a ir haciendo realidad muchas de las cosas que se dijeron en ese Concilio y que están todavía sin haberse llevado a la práctica. Por eso "concilia" el sueño, como él mismo dice. No le quitan el sueño ni las Dubia ni las no-Dubia. Tiene un programa establecido que está llevando a efecto, caiga quien caiga. Bueno, siempre caen los mismos: los católicos que son fieles a la Tradición multisecular de la Iglesia.
¡Y ese es el problema! Porque está luchando, desde dentro de la Iglesia, contra la Iglesia, oponiéndose -de hecho- al Magisterio anterior y, por lo tanto, a la verdadera Iglesia.
Lo que nos encontramos ahora ya no es la Iglesia de siempre: Una, Santa, Católica y Apostólica. Es una "nueva Iglesia". Toda referencia a lo sobrenatural va desapareciendo, aun cuando no se niegue explícitamente ... de momento. Pero, una Iglesia al estilo del hombre moderno, fabricada por el hombre para justificar a todos los hombres, una Iglesia cuyos valores se limitan a los valores mundanos, esa "Iglesia" no es la Iglesia, no es la verdadera Iglesia fundada por Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre.
Y es sólo unidos a Jesucristo, en el Espíritu Santo, y manteniéndonos fieles en el seno de SU Iglesia, como podremos salvarnos. No hay otra opción. No se puede ir al Padre sino a través del Hijo, y en el Hijo.
Y es que el origen de la Iglesia no es humano sino divino.
En este sentido, el Cristianismo es la única Religión verdadera, pues no es un invento del hombre, en un esfuerzo por llegar a Dios, a quien cada uno se fabrica a su manera ... sino que es Dios mismo quien, por puro amor, se manifiesta al hombre para que éste -si quiere- pueda conocerlo. Esta es la diferencia fundamental. Por eso, la Religión Católica es la Religión de los misterios, aquellos en los que se puede profundizar cada vez más pero sin llegar a comprenderlos del todo. Lo que no puede ser de otro modo. Pues Dios nos sobrepasa. O no sería Dios. Todo el cristianismo está lleno de ese sentido de lo sobrenatural que hoy se ha extinguido "prácticamente".
Pues bien: a todos aquellos que no crean en Jesucristo, el verdadero Jesucristo, el que existió históricamente y se manifestó en todo como lo que era: verdadero hombre (desde que nació hasta que murió: trabajo, descanso, hambre, cansancio, alegrías, penas, sufrimiento y muerte) y verdadero Dios (haciendo milagros, curando enfermos, dando la vista a los ciegos, resucitando muertos, perdonando los pecados y resucitando de entre los muertos al tercer día, por su propio poder); el que fundó su Iglesia, contra la que las puertas del infierno no prevalecerían nunca ...
... A todos los que no creen en Él -digo- les serán aplicadas estas palabras del mismo Jesucristo: "Si no hubiera venido y les hubiera hablado, no tendrían pecado; pero ahora no tienen excusa de su pecado" (Jn 15, 22).
(Continuará)