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jueves, 4 de mayo de 2017

Sacerdote venezolano deplora "el mutismo de Francisco sobre la realidad totalitaria, dictatorial y violenta del régimen de Nicolás Maduro

(Información sacada de Infobae, Vaticano y Secretum Mihi Meum)

LA ENTREVISTA DEL SANTO PADRE CON LOS PERIODISTAS DURANTE EL VUELO DE REGRESO DE EGIPTO A ROMA puede leerse al completo en la página web del Vaticano, pinchando aquí. Está fechada el sábado, 29 de abril de 2017De ella copio tan sólo la pregunta que le hicieron concerniente a Venezuela. 


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Periodista Antonio Pelayo:

Santo Padre, la situación en Venezuela ha degenerado últimamente de modo muy grave y ha habido muchas muertes. Quisiera preguntarle si la Santa Sede, y usted personalmente, piensan relanzar esa acción, esa intervención pacificadora, y qué formas podría asumir esta acción.

Papa Francisco:

Hubo una intervención de la Santa Sede bajo pedido fuerte de los cuatro Presidentes que estaban trabajando como facilitadores, y … la cosa no resultó. Y quedó ahí. No resultó porque las propuestas no eran aceptadas, o se diluían, o era un «sí, sí» pero «no, no». 


Todos conocemos la difícil situación de Venezuela, que es un País al que yo quiero mucho. Y sé que ahora están insistiendo; no sé bien de dónde –creo que de los cuatro Presidentes– para relanzar esta facilitación, y están buscando el lugar. 

Yo creo que tiene que ser con condiciones ya. Condiciones muy clarasParte de la oposición no quiere esto. Porque es curioso, la misma oposición está dividida

Y, por otro lado, parece que los conflictos se agudizan cada vez más. Pero hay algo de movimiento. Hay algo de movimiento, estuve informado de eso, pero está muy en el aire todavía. Pero todo lo que se pueda hacer por Venezuela hay que hacerlo. Con las garantías necesarias. Si no, jugamos al «pin-pin pirulero», y no va la cosa. Gracias.

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Hay un artículo de infobae, una revista de Venezuela, del 3 de mayo, firmado por Fernanda Kobelinsky, en donde el sacerdote de una parroquia pobre de Maracaibo, el padre José Palmar afirma lo siguiente: "En Venezuela nos estamos muriendo de hambre, el mutismo del papa Francisco es lamentable".

Esta noticia aparece también en Secretum Mihi Meum, que la reproduce  y yo la incluyo igualmente aquí:



Días atrás, durante el viaje de regreso de Egipto, el papa Francisco habló con los periodistas en el avión y se refirió a la crisis venezolana. En esa suerte de conferencia de prensa afirmó que estaba dispuesto a mediar entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición, siempre y cuando se acuerden "condiciones muy claras". 

En esa declaración, el Pontífice declaró que uno de los problemas para su acción pacificadora "son las divisiones dentro de la oposición venezolana". Esa reflexión suscitó la respuesta de la Mesa de Unidad Democrática y el enojo de algunos miembros de la iglesia venezolana como el padre José Palmar.

Este cura, que lleva lleva 27 años como párroco de Nuestra Señora de Guadalupe en Maracaibo, está indignado con la declaración de Francisco. "Yo la califico como de alto desconocimiento de la realidad en Venezuela", sentenció en diálogo con Infobae.


Padre José Palmar

Lograr hablar con este "cura pobre", como él mismo se define, no fue fácil. Ni él ni su parroquia tienen teléfono. La propia Arquidiócesis de Maracaibo tiene que contactarse con familiares para ubicarlo.


Infobae llegó a él a través de un vecino que, con mucha voluntad, caminó hasta la iglesia para hacer contacto. Luego, Rosa -otra colaboradora de la parroquia- se ofreció a ir a buscarlo y darle su propio celular para facilitar la conversación.

"Lamento mucho que el Papa haya emitido una opinión sobre la oposición venezolana, porque no conoce la realidad. Aquí hay dos elementos: la oposición política y la oposición ciudadana… que somos los que hemos puesto los muertos, los que hemos puesto los presos, los que hemos puesto el pecho a las bombas, somos los hombres y mujeres que enfrentamos a los esbirros y violentos del chavismo y a los cuerpos represivos en cualquier avenida y calle de Venezuela", dice emocionado.

Para él, es lamentable "el mutismo de Francisco sobre la realidad totalitaria, dictatorial y violenta del régimen de Nicolás Maduro".

Que el Papa hablara de "división de la oposición" fue un golpe para el cura: "Se atrevió a decirlo porque carece de elementos".

Según dijo, sintió la "inestima" con la que el Pontífice trató a los venezolanos. "No nos dio nada que nos levante, no nos dio una motivación que nos levante el alma o la esperanza. Estamos en tiempos de Pascua, y lo que nos dijo fue como si le hubiera dicho a Lázaro, que estaba muerto en la cueva: 'Mira, no vas a resucitar, te vas a quedar allí, podrido en una cueva'", sentencia.

Cuando Infobae le preguntó que hubiera esperado de Francisco, Palmar exigió una interpelación a Nicolás Maduro. "No le dijo nada al régimen, no se expresó sobre el estado de hambruna, muerte y miseria. Habló de nuestra división… ¿Y del otro lado qué?, allí están unidos para hacer daño, para hacer añicos nuestro país".

Palmar esperaba la "denuncia profética" de Francisco. Porque, según reconoció, un "regaño" a la oposición no hubiese sido un problema si también dedicaba una palabras contra el régimen de Maduro, "que está inmerso en el narcotráfico y el terrorismo". Y agregó enojado: "No dijo nada de ello, nada".

Cuando el cura habla del "desconocimiento de la realidad venezolana" que, a su entender, muestra Francisco, le está exigiendo que se implique más en la crisis.

"El Papa está muy lejos, sólo recibe informes. Me gustaría que enviara a un comisionado que se reuniera con nosotros, porque mandó a un delegado pontificio que sólo se juntó con el sector partidista y los curas de barrio, los curas pobres, nunca tuvimos acceso", reclama.

La realidad que describe, y la que quiere que vea Francisco, es muy cruda: "Nos estamos muriendo de hambre, no hay nada que comer, no hay insumos para pacientes, aquí los niños se nos mueren y el Papa debería decirle a Nicolás Maduro que permita que vengan los barcos con comida, los aviones con medicina".

Palmar cuenta lo que ve"Habla un cura de un barrio donde los pobres están todos los días comiendo basura. El domingo hacemos un olla comunitaria para que coman 300 personas y esa es la única comida caliente que tienen en el día".

Para él, Francisco debería hablar de la ayuda humanitaria, debería "abogar por los presos políticos y exigir que se respete la Constitución".

Lo que quiere el religioso es que "se llamen a las cosas por su nombre".

Y lo dice sin miedo a represalias: "En Venezuela estamos en dictadura totalitarista".

Noticias de Infobae

TESTIGOS DE LA CRUZ׃ ESTA ES NUESTRA FE por el R P Custodio Ballester


Duración 9:36 minutos

Este vídeo tiene cinco meses. Pues bien: el Vaticano le ha dado la razón. Podemos leerlo, por ejemplo, en Adelante la Fe, en un artículo titulado "Para que conste: el Obispo diocesano local confirma que Medjugorje es un fraude" de Rorate Caeli, con fecha 1 de marzo de 2017. Más información en Secretum Meum Mihi

El demonio de la ira (The Wanderer)



Después de dedicar algunos días al ayuno de noticias eclesiales y luego de pasar un par de semanas sin escuchar ni leer nada sobre las correrías del papa Francisco y de su corte de imitadores, me ha llamado la atención la virulencia y una suerte de obsesividad con su figura que aparece en muchos comentarios, blogs y mails que recibo. 

Y en lo primero que caigo en la cuenta, es que yo mismo he tenido durante años esa conducta que, por decir lo menos, tiene algunos peligros. Y quiero referirme a uno de ellos que no es, por cierto, el menor: es una conducta que nos lleva muy fácilmente a caer presa del pecado de la ira y a alimentar nuestra alma con él pensando que estamos luchando el buen combate cuando, en todo caso, lo estamos perdiendo.

Evagrio Póntico fue un monje del desierto egipcio que vivió en la segunda mitad del siglo IV. De todos los Padres del Desierto, fue el más instruido y el que dejó más escritos. Fue el primer sistematizador de la espiritualidad cristiana y en él abrevan los escritos de los grandes maestros como San Juan Casiano o San Juan de la Cruz. A él debemos, por ejemplo, la división de la vida espiritual en tres grandes etapas, según hemos aprendido por santos posteriores como Santa Teresa de Jesús, o por escritores contemporáneos como el P. Garrigou-Lagrange.

Uno de los aspectos menos conocidos de su enseñanza es su psicología. Considera que todo pecado se inicia por un pensamiento malvado detrás del cual se esconde un demonio, y enumera ocho pensamientos de este tipo (que, con el correr de los siglos, darán lugar a los siete pecados capitales). El mecanismo es el siguiente: el demonio de la fornicación o de la tristeza, por ejemplo, lanza contra el hombre un pensamiento malvado de ese vicio concreto. Si el hombre no está atento y lo deja entrar en su mente, el pensamiento moviliza las pasiones y, de eso modo, termina pecando. Y el pensamiento malvado que se ha colado, anida en el corazón y cuanto más tiempo pasa, más difícil será erradicarlo. 

Enseña Evagrio que, de entre todos los pensamientos malvados, el más peligroso de todos es el de la ira, porque es el pensamiento propio de los demonios. Y su peligrosidad radica en que nubla el corazón y, además, engendra otros pensamientos malvados, sobre todo la tristeza

Escribe en el Tratado práctico: “No te abandones al pensamiento de la cólera, debatiéndote interiormente contra el que te ha contristado [...] pues [este pensamiento] oscurece el alma...”. Y en otra de sus obras: “Los vapores de la niebla sobrecargan el aire, y el ímpetu de la ira a la mente del iracundo. Una nube que pasa oscurece el sol, y así oscurece al intelecto el recuerdo de un mal sufrido

Es notable que en todos estos casos, y en muchos otros ejemplos que podría incluir, el autor compara a la ira con un oscurecimiento, comparable al que provocan en un cielo límpido la niebla y las nubes. Más allá que se trate de fenómenos que consisten sólo en simples y sutiles partículas de agua flotando en la atmósfera, sin embargo son capaces de oscurecer el sol. 

El hombre que comienza a “debatirse interiormente contra el que lo ha contristado” (por ejemplo, el papa Francisco), cae presa de este oscurecimiento. Las nieblas de la ira se introducen en su alma y el resultado es el que ya nos advierte Evagrio: no podrá pensar con claridad. Dicho de otra manera, será incapaz de ejercer su fin natural que es, justamente, el pensar.

¿No nos ocurre esto muchas veces, acaso, con los problemas de la Iglesia que debemos afrontar diariamente? 

- No se trata aquí de adoptar una actitud “negacionista” o “pasotista”, y mucho menos de aplaudir lo que vemos con claridad que está mal. 
- No se trata tampoco de aplazar el juicio crítico, lo cual sería también actuar contra nuestra propia naturaleza. 
- Se trata de no permitir que los pensamientos de ira infecten nuestro corazón y nos nublen el pensamiento. Y es esto lo que ocurre con mucha frecuencia. 

Y pongo un ejemplo para ilustrar lo que digo:

Algunos días antes de la Pascua, se difundió la tarjeta con la que el papa Francisco había saludado a los miembros de la Curia por la fiesta, y que es la que ilustra este post

Edward Pentin alertó de este hecho al mundo a través de Tweeter e inmediatamente comenzó la histeria colectiva de quiene creían ver un Cristo demasiado humano, o la Ascensión y no la Resurrección; otros se burlaban diciendo que era Superman y no faltaron muchos, replicados incluso en blogs tradicionalistas, que identificaron la obra con algunas de las figuras filogay del fresco de la catedral de Terni pintado por el argentino Ricardo Cinalli bajo la supervisión del impresentable arzobispo Paglia. 

Sin embargo, resultó ser que se trataba de la reproducción de un grabado del artista belga-argentino Víctor Delhez que, además de eximio grabadista, fue un católico devoto, ejemplar padre de familia y políticamente identificado con la derecha de la mejor línea. En breve, fue alguien “del palo”. El blog Info-caótica publicó algunos documentos interesantes al respecto.

Verdad es que ni Pentin ni ninguna otra persona está obligado a conocer a Delhez y a todos sus grabados, y mucho menos están obligados a gustar de ellos, pero también es verdad que a todos se nos exige un mínimo de prudencia antes de emitir un juicio público. 

La ira que nos embarga contra Bergoglio nos puede nublar fácilmente la inteligencia y terminar viendo lo que no existe y cometiendo, consecuentemente, injusticias y zafarranchos injustificables. Y, lo peor de todo, es que terminando perdiendo la calma y la paz del alma que son un don de Dios y un signo de su presencia.

Decía el cardenal Newman: “En general, las personas, cuanto más religiosas son, más serenas. Y siempre, en principio, la religión es en sí misma serena, moderada y consciente” (Sermón 13). 

Vale la pena prestarle atención. No sea que por defender la fe y desenmascarar a los falsos pastores, terminemos cayendo en las garras del demonio de la ira, cometiendo injusticias y perdiendo la serenidad que es signo del hombre verdaderamente religioso.

The Wanderer
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Nota: Un artículo muy importante, que debemos de tener muy en cuenta antes de emitir cualquier juicio: ¡serenidad! De lo contrario se daña incluso nuestra capacidad de pensar. No deberíamos olvidarlo ... y yo el primero.

José Martí