Aclarando ideas [Froilán Aulé]
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Del primer sínodo sale una relación intermedia escandalosa, la Relatio post disceptationem, verdadera manipulación donde se ponen puntos que no se habían debatido en la sala. ¡Tan escandalosa fue que el Cardenal Müller gritó “Vergogna!" [Vergüenza] y que el relator Cardenal Erdü, pese a ser considerado un progresista no quiso leerla y dirigiéndose a Mons. Bruno Forte, lo conminó a hacerlo ya que él -descubrió el Cardenal- era el autor. Forte es uno de los colaboradores cercanos a Francisco.
Al final terminó todo en indefinición con un tema central, escogido por Kasper con el acuerdo de Francisco, sobre el caso de parejas irregulares que desean comulgar. Caso totalmente marginal. En las secciones sobre homosexualidad, sexualidad y divorciados vueltos a casar -como apuntaba Mons. Schneider- el texto representa una ideología neopagana radical.
El final de la historia es la Exhortación Post Sinodal "Amoris Laetitia" (AL) de Francisco y ese capítulo VIII, con sus notas al pie, que le piden cardenales, de una parte, y un grupo de 45 teólogos, filósofos y pastores de almas de distintas nacionalidades sea anulado porque es herético y contra toda enseñanza de la Iglesia.
Entre los 45 firmantes hay prelados católicos, estudiosos, profesores, autores y sacerdotes de varias universidades pontificas, seminarios, colegios, institutos teológicos, órdenes religiosas y diócesis de todo el mundo. Ellos pidieron al Colegio Cardenalicio que, en su calidad de consejeros oficiales del Papa, dirigieran al Santo Padre una petición en la que se rechacen "los errores listados en el documento, en manera definitiva y final y se afirme, con autoridad, que Amoris Laetitia no exige que ninguno de esos sea creido o considerado como posiblemente verdadero".
Otros solicitan que quite lo que va contra la doctrina de la Iglesia, como por ejemplo donde Familiaris Consortio de san Juan Pablo II (n. 84) confirmaba la praxis, fundada sobre la Sagrada Escritura, de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados vueltos a casar mientras la Amoris Laetitia lo hace posible. Detrás del motivo pastoral se presenta un verdadero cambio de doctrina arropado en notas (como las 329, 336 y 351) y no explícitamente formulado como debería haber sido. El pedido unánime es que además de eliminar las inaceptables notas, las ambigüedades sean explicadas.
Ninguna solicitud tuvo respuesta de Papa Bergoglio como tampoco la tuvo la de Cardenales como Caffarra y la de los otros 13 Cardenales firmantes de aquella carta dada al Papa Francisco en plena sesión sinodal. Aquella carta fue calificada por la prensa como complot.
¡Vaya complot ése, con firmantes a cara descubierta que piden aclaraciones y rectificaciones por el bien de la Iglesia y la salvación de las almas! Los Cardenales Walter Brandmüller (presidente emérito del Pontificio Comité de Ciencias Históricas), Carlo Caffarra (Arzobispo emérito de Bolonia), Raymond L. Burke (Patrón de la Soberana Orden de Malta), y el Cardenal alemán Joachim Meisner, enviaron el 19 de septiembre de 2016 al Papa Francisco y al Cardinal Müller, una serie de cuestiones en la forma canónica de las "dubia" (que reclaman como respuesta sí o no) con respecto a Amoris Laetitia.
Como no tuvieron ninguna respuesta dieron publicidad a su petición. Ésta fue publicada íntegramente por Corrispondenza Romana (Roberto de Mattei) y por Sandro Magister el 14 de noviembre de 2016 (...) Las dubia se refieren a las notas cuya ambigüedad lleva a interpretaciones heterodoxas.
AL presenta la ley de Dios sobre la indisolubilidad del matrimonio como un ideal inalcanzable para muchos, al que es necesario remediar humanamente . Desconoce la gracia y abre la puerta a la comunión a quienes viven en situación permanente de pecado.
En AL, como en otras expresiones de este pontificado, campea la ausencia de sobrenaturalidad, del humanismo sin la gracia, en el fondo sin Dios. Es tanto y tan grave lo que se expone en el capítulo VIII y en otras afirmaciones pastorales donde se niega o se hace ambigua la verdad, que personalidades católicas mundialmente reconocidas el 27 de septiembre de 2016 publicaron una Declaración en defensa de la familia y de la verdad.
Entre los 80 firmantes iniciales (la lista luego se agrandó mucho), hay Cardenales como Caffarra, Burke, Pujats; obispos como Negri, Laise, Laun, Schneider; filósofos como Spaemann y Seifert, von Stockhausen, Waldstein; historiadores como De Mattei; teólogos, liturgistas, como Bux, Jindracek vicedecano del Angelicum, Iraburu; otros estudiosos y personalidades como Gotti Tedeschi.
(Continuará)