Selección de dos vídeos cortos que tratan sobre los nuevos cambios litúrgicos introducidos por el papa Francisco, cuyo objetivo no es otro que el logro del ecumenismo, mal entendido.
Duración 1:26 minutos
Duración 2:23 minutos
Nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que procede de Dios (1 Cor 2, 12), el Espíritu de su Hijo, que Dios envió a nuestros corazones (Gal 4,6). Y por eso predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los gentiles, pero para los llamados, tanto judíos como griegos, es Cristo fuerza de Dios y sabiduría de Dios (1 Cor 1,23-24). De modo que si alguien os anuncia un evangelio distinto del que recibisteis, ¡sea anatema! (Gal 1,9).
Cardenal Walter Kasper |
"Su proyecto es perseguido tan activamente que consigue en numerosos lugares la acogida de personas de todo tipo, seduciendo, incluso, a numerosos católicos con la esperanza de que así se formaría una unión que es acorde, en apariencia, al sentir y al deseo de nuestra Madre la Santa Iglesia, la cual, en realidad, no tiene en su corazón ninguna otra cosa que la de recuperar y traer de vuelta a su seno a sus hijos extraviados. Pues de hecho, bajo estas palabras seductoras y halagadoras, se esconde, sin ningún genero de duda, un error sustancial que destruye, desde sus cimientos, los fundamentos de la fe católica"El error en cuestión consiste en reducir las diferencias entre católicos y protestantes únicamente a cuestiones discutibles seleccionadas en favor del "diálogo ecuménico", el cual está basado en verdades supuestamente más fundamentales. Como explicó Pío XI:
"Es preciso pues, dicen, olvidar y desechar las controversias, incluso las más antiguas, así como las divergencias de doctrina que desgarran, todavía hoy, el nombre cristiano, y, valiéndose de otras verdades doctrinales, constituir y proponer una cierta regla de fe común: en la profesión de esta fe, no sólo sabrán sino que sentirán que son hermanos; una vez reunidos en algún tipo de federación universal, las múltiples iglesias o comunidades podrán oponerse con fuerza y con éxito al progreso de la irreligiosidad"En otras palabras, el "movimiento ecuménico" conduciría inexorablemente a la aceptación por los católicos de una forma de cristianismo más "light", siendo el factor determinante el incesante declive moral y espiritual de las sectas protestantes cuyos seguidores no están en absoluto por la labor de someterse a la autoridad del Papa y del Magisterio.
"Se comprende, pues, venerables hermanos, por qué la Sede Apostólica no ha autorizado jamás a sus fieles tomar parte en las asambleas de los no-católicos: no está permitido, en efecto, a los cristianos, que apoyen, de ninguna manera, estas reuniones si no es con vistas a la vuelta y a la conversión de los disidentes a la única verdadera Iglesia de Cristo, de la cual tuvieron la desgracia de separarse".Y hoy, ironía de las ironías, los protestantes más conservadores (como los del Sínodo luterano de Missouri) no quieren nada que ver en relación a la insana búsqueda del "ecumenismo católico" del Vaticano con denominaciones protestantes totalmente degeneradas, incluyendo a los anglicanos. Los protestantes más conservadores rechazan el indiferentismo religioso que conlleva tal "ecumenismo".