BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



viernes, 29 de diciembre de 2017

División en la Iglesia: Parresía sin misericordina



Tormentosa Navidad, este año, en el Vaticano (Sandro Magister) [Acerca del "Belén" del Vaticano]


"Belén" en la Plaza de San Pedro del Vaticano, navidad 2017 

Añado en esta entrada, con traducción personal, el tercero de los goles a los que alude Sandro Magister en su artículo publicado en
Settimo Cielo:

-------

[En este Belén] no hay ni buey ni asno, ni ovejas, ni pastores. Apenas se puede distinguir a Jesús, José y María que se encuentra en el fondo de una cúpula de san Pedro, en ruinas. Un pesebre, sin gracia y sin poesía, cuya intención es más bien representar una a una las siete obras corporales de misericordia.

Se trata de un regalo hecho al Papa por el santuario de la abadía de Montevergine, ubicado en una montaña sobre Avellino, no lejos de Nápoles. El Gobierno de la Ciudad del Vaticano ha precisado que el proyecto, llevado a cabo por el artesano napolitano Antonio Cantone, había sido sometido previamente a la decisión del Secretario de Estado y del Papa Francisco, quienes lo aprobaron .


Pero la aprobación de la asociación Arcigay de Nápoles y de su presidente Antonello Sannino ha sido aún más entusiasta. Esto es lo que ha declarado a la periodista americana Diane Montagna, para LifeSiteNews: 


"La presencia de este pesebre en el Vaticano es motivo de alegría, más que nunca, porque para la comunidad homosexual y transexual de Nápoles es un símbolo importante de inclusión e integración".

El santuario de Montevergine alberga una imagen de la Virgen - reproducida en el pesebre de la Plaza de San Pedro - que ha sido adoptada desde hace mucho tiempo como la patrona de una amplia comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales). Y una vez al año, el 2 de febrero, fiesta de la presentación de Jesús en el templo, conocida popularmente como "la Candelaria", se organiza una procesión hacia el santuario, llamada "juta dei femminielli", la subida de los afeminados.

Se trata de una "mezcla de lo sagrado y lo profano", una especie de "orgullo gay ancestral", explicó Sannino. En el año 2002, el abad de Montevergine de aquel momento, Tarcisio Nazzaro, había protestado contra la dimensión política que comenzaba a tomar esta peregrinación en la que ese año había participado el parlamentario transexual Vladimir Luxuria.

Pero en la "Candelaria" de 2014, Luxuria apareció en el santuario para leer una carta que le había escrito al Papa Francisco en nombre de la comunidad LGBT.

En 2017, un grupo LGBT, flanqueado de nuevo por Luxuria, se encontró con el nuevo abad Luca Guariglia y éste, según lo que informaron más tarde, les dio su bendición en un "clima de diálogo".

El pueblo de Ospedaletto d'Alpinolo, punto de partida del ascenso al santuario, ha nombrado este año a un "matrimonio" de homosexuales, ciudadanos honorarios, que ha inaugurado un baño "sin género" para los "femminielli" y ha plantado en la entrada del pueblo un letrero con esta inscripción: "Ospedaletto d'Alpinolo está en contra de la homotransfobia y la violencia de género"
No es de extrañar, por lo tanto, que Sannino esté convencido de que una mayor apertura de la Iglesia en materia de homosexualidad depende también del hecho de que los dirigentes del Vaticano "sean muy conscientes" del vínculo que existe entre el pesebre de la Plaza de San Pedro y la comunidad LGBT. "La iglesia está tardando mucho tiempo en transformarse", agregó. "Pero espero que finalmente desarrollará una apertura real, conforme a las palabras del Papa: '¿Quién soy yo para juzgar?'".
Mientras tanto, en esta época de Navidad, los peregrinos y turistas que han viajado a Roma desde todas las partes del mundo contemplan, visiblemente desconcertados, la cuna instalada en el centro de la columnata de Bernini y, en particular, su hombre desnudo con esos músculos que sobresalen y que parecen aspirar a todo, excepto a ser vestidos misericordiosamente.

Como cada año, en la tarde del 31 de diciembre, después del "Te Deum", el Papa Francisco se dirigirá también al Belén de la Plaza de San Pedro, pero nadie sabe hasta qué punto es "consciente" del berenjenal en el que se ha metido. Sin duda alguna, la comunidad LGBT estará muy atenta para analizar e interpretar cada uno de sus gestos y expresiones.

Para una reconstrucción detallada de este caso, aquí hay un enlace al artículo de Diane Montagna:

> Vatican's "sexually suggestive" nativity has troubling ties to Italy's LGBT activists


Sandro Magister