(26 octubre 2015)
Kasper se ha mostrado “muy satisfecho” por el trabajo realizado en el Sínodo, ya que se ha producido una “cierta apertura” y se “ha abierto la puerta a la posibilidad de conceder la comunión a los divorciados vueltos a casar”.
A pesar de su satisfacción, ha reconocido que “la cuestión no está resuelta del todo” y que le corresponde al Papa Francisco la decisión final y la tarea de elaborar un documento que, basado en la “relación final” del Sínodo, profundice en estos temas y “refleje la alegría del matrimonio cristiano”.
Un documento que el cardenal espera que se haga público durante el Año de la Misericordia-“sería una buena señal”, ha afirmado- aunque ha reconocido que “no se puede hacer de un día para otro”.
Ha añadido que, si bien “no está en cuestión la indisolubilidad del matrimonio”, se debe tener en cuenta la misericordia del Evangelio.
En cuanto a la cuestión de la comunión de los divorciados vueltos a casar, el cardenal Kasper ha declarado que los sacerdotes que acompañan espiritualmente a estar personas deberán tener en cuenta “si se hizo todo lo posible para salvar el primer matrimonio”, para que se pueda hablar de un verdadero camino de arrepentimiento.
Durante su entrevista, el prelado ha querido hacer hincapié en la necesidad de “reflexión y acompañamiento” en esta tarea, porque “el divorcio es un desastre y provoca una experiencia traumática” y “se necesita tiempo para superar las heridas de una separación”.
Asimismo, Kasper ha negado que esta “apertura” del Sínodo que según él se ha producido sea una forma de avalar el divorcio. “No abre en absoluto la puerta al divorcio, los pastores deben hacer todo lo posible para reconciliar a la pareja”, ha sostenido, aunque no ha aclarado qué supone que no se logre esa reconciliación.
El cardenal también ha salido en contra de los que han advertido de una “conspiración aperturista” en la organización de la Asamblea de obispos: “El Sínodo no ha sido manipulado, seguimos adelante en nuestra labor y según la agenda establecida sin dejarnos manipular por elementos externos”.
Respecto a las críticas acerca de que el Sínodo no ha solucionado el problema de los “matrimonios homosexuales”, Kasper ha defendido que “el tema del sínodo era la familia y los gays no son familia”. El prelado ha confesado que los obispos se han centrado en este Sínodo, no tanto en el tema del “matrimonio gay”, sino “en la presencia de personas con tendencias homosexuales en el seno de una familia”. A este respecto, ha asegurado que “la Iglesia debe ayudar a vivir esta situación, debe ayudar a no hacer discriminación”.
Lola González