La oficina de prensa de la Santa Sede no difundió el texto íntegro de la carta enviada el pasado 9 de febrero por Benedicto XVI al prefecto de la Secretaría para la Comunicación, monseñor Dario Edoardo Viganò.
Pero Viganò la leyó (ver foto) en ocasión de la presentación a la prensa de la colección "La teología di papa Francesco", editada por la Libreria Editrice Vaticana y compuesta por once opúsculos, de distintos autores, sobre varios aspectos del magisterio escrito y oral del actual pontífice.
La carta está fechada el 7 de febrero y es la respuesta a una carta anterior de Viganò del 12 de enero. Pero puesto que ha sido dada a conocer la tarde del 12 de marzo, vigilia del quinto aniversario de la elección a Papa de Jorge Mario Bergoglio, ha llegado al gran público como si fuese una especie de "voto", más que bueno, dado por Benedicto a su sucesor al término de su primer quinquenio.
Para favorecer esta interpretación está también el comunicado de prensa difundido en la ocasión por el mismo Viganò, quien citó de la carta sólo el segundo y el tercer párrafo.
Pero en ellos Benedicto descarta no uno, sino un doble “prejuicio tonto”, tanto el que afirma que Francisco sería “solamente un hombre práctico privado de una particular formación teológica o filosófica”, como el otro según el cual él mismo, Joseph Ratzinger, sería "únicamente un teórico de la teología que habría comprendido poco de la vida concreta de un cristiano actual".
Benedicto reconoce en Francisco lo que es innegable: que ha tenido una profunda “formación” en teología y filosofía. Así como reconoce una “continuidad interior” entre los dos pontificados, donde el adjetivo "interior" vale al menos en cuanto al sustantivo “continuidad”, dadas “todas las diferencias de estilo y de temperamento".
Y luego está ese parágrafo final, omitido en el comunicado de prensa en el que Ratzinger, con sincero candor, da pruebas de su finísima veta irónica. Hay que leerlo, y quien quiera entender que entienda.
A continuación, entonces, el texto íntegro de la carta, desde el encabezado hasta la firma final.
*
Benedictus XVI
Papa Emeritus
Reverendísimo
Mons. Dario Edoardo Viganò
Prefecto de la Secretaría para la Comunicación
Ciudad del Vaticano
7 de febrero de 2018
Reverendísimo Monseñor,
Le agradezco su cortés carta del 12 de enero y por regalo adjunto de los once opúsculos editados por Roberto Repole.
Aplaudo esta iniciativa que quiere oponerse y reaccionar contra el tonto prejuicio, según el cual el papa Francisco sería solamente un hombre práctico privado de particular formación teológica o filosófica, mientras que yo habría sido únicamente un teórico de la teología que habría comprendido poco de la vida concreta de un cristiano actual.
Los opúsculos muestran, con razón, que el papa Francisco es un hombre de una profunda formación filosófica y teológica, y por eso ayudan a ver la continuidad interior entre los dos pontificados, aunque con todas las diferencias de estilo y de temperamento.
Pero no me siento a escribir sobre ellos una breve y densa página teológica, porque en toda mi vida ha sido siempre claro que he escrito y me he expresado solamente sobre libros que había leído verdaderamente. Lamentablemente, aunque sólo por razones físicas, no estoy en condiciones de leer los once opúsculos en un futuro próximo, por cuanto me esperan otros compromisos que ya he asumido.
Estoy seguro de que me comprenderá y lo saludo cordialmente.
Suyo,
Benedicto XVI
Publicado originalmente el 13 de marzo en italiano en: magister.blogautore.espresso.repubblica.it
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
Pero Viganò la leyó (ver foto) en ocasión de la presentación a la prensa de la colección "La teología di papa Francesco", editada por la Libreria Editrice Vaticana y compuesta por once opúsculos, de distintos autores, sobre varios aspectos del magisterio escrito y oral del actual pontífice.
La carta está fechada el 7 de febrero y es la respuesta a una carta anterior de Viganò del 12 de enero. Pero puesto que ha sido dada a conocer la tarde del 12 de marzo, vigilia del quinto aniversario de la elección a Papa de Jorge Mario Bergoglio, ha llegado al gran público como si fuese una especie de "voto", más que bueno, dado por Benedicto a su sucesor al término de su primer quinquenio.
Para favorecer esta interpretación está también el comunicado de prensa difundido en la ocasión por el mismo Viganò, quien citó de la carta sólo el segundo y el tercer párrafo.
Pero en ellos Benedicto descarta no uno, sino un doble “prejuicio tonto”, tanto el que afirma que Francisco sería “solamente un hombre práctico privado de una particular formación teológica o filosófica”, como el otro según el cual él mismo, Joseph Ratzinger, sería "únicamente un teórico de la teología que habría comprendido poco de la vida concreta de un cristiano actual".
Benedicto reconoce en Francisco lo que es innegable: que ha tenido una profunda “formación” en teología y filosofía. Así como reconoce una “continuidad interior” entre los dos pontificados, donde el adjetivo "interior" vale al menos en cuanto al sustantivo “continuidad”, dadas “todas las diferencias de estilo y de temperamento".
Y luego está ese parágrafo final, omitido en el comunicado de prensa en el que Ratzinger, con sincero candor, da pruebas de su finísima veta irónica. Hay que leerlo, y quien quiera entender que entienda.
A continuación, entonces, el texto íntegro de la carta, desde el encabezado hasta la firma final.
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Benedictus XVI
Papa Emeritus
Reverendísimo
Mons. Dario Edoardo Viganò
Prefecto de la Secretaría para la Comunicación
Ciudad del Vaticano
7 de febrero de 2018
Reverendísimo Monseñor,
Le agradezco su cortés carta del 12 de enero y por regalo adjunto de los once opúsculos editados por Roberto Repole.
Aplaudo esta iniciativa que quiere oponerse y reaccionar contra el tonto prejuicio, según el cual el papa Francisco sería solamente un hombre práctico privado de particular formación teológica o filosófica, mientras que yo habría sido únicamente un teórico de la teología que habría comprendido poco de la vida concreta de un cristiano actual.
Los opúsculos muestran, con razón, que el papa Francisco es un hombre de una profunda formación filosófica y teológica, y por eso ayudan a ver la continuidad interior entre los dos pontificados, aunque con todas las diferencias de estilo y de temperamento.
Pero no me siento a escribir sobre ellos una breve y densa página teológica, porque en toda mi vida ha sido siempre claro que he escrito y me he expresado solamente sobre libros que había leído verdaderamente. Lamentablemente, aunque sólo por razones físicas, no estoy en condiciones de leer los once opúsculos en un futuro próximo, por cuanto me esperan otros compromisos que ya he asumido.
Estoy seguro de que me comprenderá y lo saludo cordialmente.
Suyo,
Benedicto XVI
Publicado originalmente el 13 de marzo en italiano en: magister.blogautore.espresso.repubblica.it
Traducción al español por: José Arturo Quarracino