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miércoles, 11 de abril de 2018

Gaudete et Exsultate: pasajes memorables (The Wanderer)



Ofrezco aquí a los gnósticos y pelagianos lectores de este blog algunos pasajes memorables de la Exhortación Apostólica Gaudete et Exsultate que nos muestran la luminosa sabiduría del Papa Francisco.

16. …una señora va al mercado a hacer las compras, encuentra a una vecina y comienza a hablar, y vienen las críticas. Pero esta mujer dice en su interior: «No, no hablaré mal de nadie». Este es un paso en la santidad.
Un párrafo digno de Cicerón o de Bossuet, de la más alta sabiduría y elocuencia que pueda hacer gala un hijo de la humanidad.

26. No es sano amar el silencio y rehuir el encuentro con el otro, desear el descanso y rechazar la actividad, buscar la oración y menospreciar el servicio.
Agárrense los cartujos, cistercienses, carmelitas y demás comunidades monásticas porque pronto serán misericordiadas.

57. Todavía hay cristianos que se empeñan en seguir otro camino: el de la justificación por las propias fuerzas, el de la adoración de la voluntad humana y de la propia capacidad, que se traduce en una autocomplacencia egocéntrica y elitista privada del verdadero amor. Se manifiesta en muchas actitudes aparentemente distintas: la obsesión por la ley, la fascinación por mostrar conquistas sociales y políticas, la ostentación en el cuidado de la liturgia, de la doctrina y del prestigio de la Iglesia…,
Este  párrafo se ubica en el segundo capítulo del documento dedicado exclusivamente a tratar el problema de los nuevos gnósticos y los nuevos pelagianos y semipelagianos, rótulos en los que embolsa a todos los críticos de su pontificado.  Por ejemplo, quienes tenemos especial cuidado por la liturgia y por la doctrina de la Iglesia somos pelagianos. 

82. Jesús no dice: «Felices los que planean venganza», sino que llama felices a aquellos que perdonan y lo hacen «setenta veces siete» (Mt 18,22).
¿Y por casa cómo andamos? Le podríamos preguntar al difunto Mons. Livieres, al desaparecido Mons. Sarlinga, al sufriente cardenal Burke o al desplazado cardenal Müller.

87. Por ejemplo, cuando escucho algo de alguien y voy a otro y se lo digo; e incluso hago una segunda versión un poco más amplia y la difundo. Y si logro hacer más daño, parece que me provoca mayor satisfacción.
Nuevamente un párrafo digno de ser grabado en los mármoles eternos de la Urbe. 

98. Cuando encuentro a una persona durmiendo a la intemperie, en una noche fría, puedo sentir que ese bulto es un imprevisto que me interrumpe, un delincuente ocioso, un estorbo en mi camino, un aguijón molesto para mi conciencia, un problema que deben resolver los políticos, y quizá hasta una basura que ensucia el espacio público.
Bergoglismo clásico, plagado de bergoglemas: “bulto”, “estorbo”, “problema”. 

101. También es nocivo e ideológico el error de quienes viven sospechando del compromiso social de los demás, considerándolo algo superficial, mundano, secularista, inmanentista, comunista, populista. O lo relativizan como si hubiera otras cosas más importantes o como si solo interesara una determinada ética o una razón que ellos defienden.
La verdad que sí: hay cosas más importantes que el compromiso social con los demás. La oración, por ejemplo. Me parece, no sé… como soy gnóstico y pelagiano, quizás estoy equivocado.

102. Que diga algo así un político preocupado por sus éxitos se puede comprender; pero no un cristiano, a quien solo le cabe la actitud de ponerse en los zapatos de ese hermano que arriesga su vida para dar un futuro a sus hijos.
“Ponerse en los zapatos de ese hermano”, una frase que adornará por los siglos la sabiduría y agudeza del papa Francisco.

115. También los cristianos pueden formar parte de redes de violencia verbal a través de internet y de los diversos foros o espacios de intercambio digital. Aun en medios católicos se pueden perder los límites…
Aquí estamos nosotros, los blogs católicos que nos oponemos a su pontificado. Tanto hemos crecido que somos dignos de ser mencionados en una documento pontificio.

128. Porque el consumismo solo empacha el corazón;…
¿Habrá que llamar a alguna buena señora para que cure el empacho? ¿Qué método preferirá el Santo Padre: tirar el cuerito de la espalda o el de la cinta métrica?

133. Recordemos que lo que está cerrado termina oliendo a humedad y enfermándonos.
Memorable frase sanitarista.

134. Como el profeta Jonás, siempre llevamos latente la tentación de huir a un lugar seguro que puede tener muchos nombres: individualismo, espiritualismo, encerramiento en pequeños mundos, dependencia, instalación, repetición de esquemas ya prefijados, dogmatismo, nostalgia, pesimismo, refugio en las normas.
No solamente somos gnósticos y pelagianos, sino también imitadores de Jonás en el vientre de la ballena. Un guiño ecológico. Esperemos que cuando intente cazarnos como a Moby Dick, Greenpace pueda salvarnos de sus arpones.

167. Todos, pero especialmente los jóvenes, están expuestos a un zapping constante. Es posible navegar en dos o tres pantallas simultáneamente e interactuar al mismo tiempo en diferentes escenarios virtuales.
Una novedad que pocos habían advertido. Con esta advertencia, evitaremos ver Netflix mientras mandamos un whassapp.

170. Es verdad que el discernimiento espiritual no excluye los aportes de sabidurías humanas, existenciales, psicológicas, sociológicas o morales. Pero las trasciende. Ni siquiera le bastan las sabias normas de la Iglesia.
Hablando en serio, los párrafos dedicados al discernimiento son los únicos serios y peligrosos. Como siempre, camina en la cornisa. Desparrama discernimiento para todos y todas cuando, en realidad, es un ejercicio que pocos pueden realizar, aquellos que tienen formación cristiana y que están avanzados en la vida espiritual. Pero claro, estas son observaciones de un gnóstico pelagiano. No tienen valor alguno.

Por si a alguien le quedaban dudas, el Magisterio se acabó. Nunca fue, y mucho menos desde hace cinco años, fuente de revelación.