BIENVENIDO A ESTE BLOG, QUIENQUIERA QUE SEAS



sábado, 30 de junio de 2018

Obispos hablan sobre la “paz” – Sacerdotes solicitan armas de fuego



Según Fides.org, 188 sacerdotes católicos han solicitado permisos para portar armas de fuego en Filipinas, dice el jefe de la Policía Nacional, Oscar Albayalde.

Los pedidos para permisos de portación de armas entre los sacerdotes han aumentado a causa de los asesinatos de sacerdotes en el país, tres en seis meses.

La policía está lista para proporcionar a los sacerdotes capacitación en el uso de armas de fuego y entrenamiento para puntería.

En los últimos días, los obispos afirmaron que [supuestamente] los sacerdotes no necesitan llevar armas de fuego para su propia protección o autodefensa.

Monseñor José Oliveros, de Bulacán, dijo que los sacerdotes deberían ser “hombres de paz, no de guerra”

Pero esta actitud puede cambiar cuando el primer obispo reciba un disparo.

IDEOLOGÍA DE GÉNERO por Mater Dei Prod


Duración 14:32 minutos

Sobre la Intercomunión (Monseñor Schneider y cardenal Burke)


Autoridades de la Iglesia han permitido la bigamia – Monseñor Schneider 


Es innegable que las autoridades de la Iglesia en diferentes niveles [también el papa Francisco] han permitido el divorcio en “casos excepcionales”, a través de la admisión de los adúlteros a la Comunión, dijo el 28 de junio monseñor Athanasius Schneider a Il Giornale.

Schneider enfatizó que nadie [incluido el Papa] tiene el poder de dispensar del sexto mandamiento.

Al referirse a la inmigración masiva ilegal, Schneider destacó que hay un “plan orquestado por los poderes internacionales para cambiar radicalmente la identidad cristiana de las poblaciones europeas”.

Él elogia a los gobiernos que ejercen su soberanía contra “un nuevo tipo de totalitarismo a la Unión Soviética – hoy llamada la Unión Europea – con su ideología inequivocablemente masónica”.

Además, Schneider llamó a las adopciones homosexuales “un abuso moral de los niños”, una “injusticia flagrante” y “una de las más grandes degradaciones de la civilización”.


-------

Cardenal Burke: no la Santa Comunión sin fe católica


La Santa Comunión no puede administrarse a no católicos, escribió el 28 de junio el cardenal Raymond Burke en LifeSiteNews.com.

Burke declaró que las “consideraciones sentimentales” no son la base para recibir la Comunión, porque “recibir la Santa Comunión significa que se acepta todo lo que enseña la Iglesia Católica”.

Burke, quien hasta el 2014 dirigió la Signatura Apostólica de la Iglesia, pidió una revisión del confuso canon n. 844 del Derecho Canónico.

Este canon permite la intercomunión en situaciones de emergencia, como la muerte inminente: “en ese caso, una vez que la emergencia ha pasado, la pregunta es por qué la persona no entró en la comunión plena de la Iglesia Católica”.


¿O sea: que Jesús era contrario a la igualdad? (padre Aberasturi)



¿Alguien en su sano juicio -y con un mínimo de sentido moral y religioso: en católico, me refiero- puede pretender a estas alturas que Jesús era un discriminador de tomo y lomo? ¿Se puede ser más “cortito", por muy cardenal de la Iglesia Católica que se sea?

Por cierto: ya se ve -patet, que diría mi maestro- que lo de ser cardenal, arzobispo, obispo, sacerdote, religioso o asimilado … no aporta absolutamente nada a lo que natura non dat; la gracia presupone la naturaleza y, por eso precisamente, se asienta en ella como en su sujeto, pero no la sustituye: sólo la mejora, si uno lucha por ser santo; en caso contrario, se hace uno más tonto de lo que ya es.

Por cierto: no sólo es el caso del señor que nos ocupa, como si fuese algo raro o insólito; sino el de ya tantos y tantos reiterados, cansinos, enfermizos, bobalicones, ilógicos, cerriles y nada “eclesiales” miembros de la Jerarquía Católica, que “se dejan llevar por todo tipo de doctrinas” (cf. Ef 4, 14; Hbr 13, 9) menos por las que deben. Lo digo con dolor, porque soy sacerdote; pero, en conciencia, no puedo callar ante estas memeces que, se quieran o no, hacen daño a la misma Iglesia, y a sus mismos hijos.

Hablar, a estas alturas, de “sacerdocio exclusivamente masculino” -cuando es bien sabido que, hasta ayer mismo, la Iglesia como tal no se sentÍa autorizada ni legitimada para hacer algo distinto a lo que hizo Cristo, ni en éste ni en ningún otro tema-, y presentarlo -consciente o inconscientemente- con toda la mala baba de que uno es capaz, como algo “negativo", que “no está ayudando a la Iglesia a presentarse como una pionera de la igualdad de derechos"…, es pasarse, por donde le da la gana -fruto también, pero no sólo, de su cortedad manifiesta- 
desde la misma Institución del Sacerdocio por parte de Jesucristo hasta todo el conjunto de la teología de siempre respecto al mismo, pisoteando la praxis de siempre y sin ningún “corte” o “laguna” desde su nacimiento; además de ningunear a san Juan Pablo II, que dejó escrito y rubricado, que la pretensión de un sacerdocio “femenino” era “un caso cerrado en la Iglesia Católica".

El tal Marx, card. Reinhard, se suma a la ya larguísima lista de miembros de la Jerarquía que, abducidos por las insanas ensoñaciones que producen los despachos eclesiales (les pasa lo mismo a cierto tipo de “teólogos") cuando en ellos no se hace nada de lo que se debería de hacer. Y se cumple lo que me decía mi madre, fruto de la sabiduría popular: “cuando el diablo no tiene qué hacer, con el rabo mata moscas". Y es el caso.

En el seno de la Iglesia, y por parte de bastantes de sus miembros, se está produciendo -con plena conciencia- todo un entramado de “opiniones", “praxis", “pastorales", “documentos", “declaraciones", “términos", “medias verdades", “afirmaciones sin fundamentar y sin explicar lo que quieren decir", “aperturas", etc., que tienen como intención y finalidad la presentación de la realidad de la Iglesia Católica hasta el día de hoy -bueno, exactamente hasta hace 4 años- como algo “superado” porque ya no comunica con la gente, con la mentalidad de las gentes, con los jóvenes, con los religiosos y éstos con el personal, con los sacerdotes, con la sociedad…, con el mundo, en definitiva. Con esta premisa -falsa de toda falsedad; falta de Fe, de Esperanza, de Caridad, de Comunión y de Eclesialidad- se “motiva” entonces la “creación” de la “nueva Iglesia", empezando por “una nueva imagen” de la misma, como dice el sr. cardenal.

Se pretende asentar que "más que la religión nos debería preocupar la salud, la comida y las relaciones humanas": esto lo dice uno que se las da de teólogo -y durante años ha sido incluso referente para la jerarquía española-, presentando como verdadera y única misión de la Iglesia “humanizar el mundo". Es la “cultura” de la acogida, la de tender puentes, la que no juzga, la de la paz…:

Ahí tiene que estar la Iglesia, ése ha de ser su único horizonte; al precio, claro, de esconder todo signo visible de Dios, empezando por su misma Palabra -encarnada en Jesucristo, sí, pero del que ya no sabemos realmente nada cierto-, porque ésta -la Palabra, Jesús mismo, sus Sacramentos, su Salvación- ya “no sirve” al “hombre de hoy". Luego tampoco sirve la Iglesia de hasta ayer mismo.

Si para eso se ha de acusar a la Iglesia de lo que nunca ha dicho ni hecho, y si se ha de tergiversar lo que siempre ha dicho y hecho…, pues se hace. 

Y “aquí paz y después gloria".

Amén.

José Luis Aberasturi

viernes, 29 de junio de 2018

Mons. Schneider: “La inmigración masiva responde a un plan para borrar la identidad cristiana de Europa” (Carlos Esteban)



El mismo día que la UE alcanza un precario acuerdo de mínimos sobre la inmigración, Monseñor Athanasius Schneider, obispo auxiliar de Astaná, Kazajistán, y uno de los tres firmantes originales de la ‘Profesión de las verdades inmutables sobre el matrimonio sacramental’, ha declarado al diario italiano Il Giornale que la llegada masiva de subsaharianos a Europa forma parte de un plan para acabar con las raíces cristianas del continente.

“El fenómeno de la llamada “inmigración” representa un plan coordinado y preparado desde hace mucho por los poderes internacionales para cambiar radicalmente la identidad cristiana y naciones de los pueblos europeos”, asegura Schneider, que en los últimos meses se ha convertido en una voz destacada de la resistencia a la confusión doctrinal en la Iglesia Católica. “Estos poderes usan el enorme potencial moral de la Iglesia y sus estructuras para conseguir más eficazmente su objetivo anticristiano y antieuropeo. A tal fin se abusa del mismo concepto de humanismo e incluso del mandamiento cristiano de la caridad”, lo que parece una verdadera carga de profundidad tras las llamadas, precisamente, a la caridad por parte de diversas figuras de la Curia y del episcopado italiano contra el Gobierno de Giuseppe Conte.

El purpurado, que intervendrá este agosto junto al Cardenal Raymond Burke en una Conferencia de Familias Católicas que tendrá lugar en Dublín, en paralelo al Encuentro Mundial de las Familias organizado por el Vaticano, declinó pronunciarse directamente sobre la política del nuevo gobierno italiano, cuyas evoluciones dice desconocer, pero sí señala con carácter general que es perfectamente legítimo que un gobierno europeo se proponga “reafirmar la soberanía e identidad histórica, cultural y cristiana propias frente al totalitarismo de una especie de nueva Unión Soviética que se llama Unión Europea, con una ideología inconfundiblemente masónica.

Vale la pena leer la entrevista íntegra, en la que también diserta sobre:

la confusión doctrinal (cita al difunto Cardenal Caffarra: “Solo un ciego puede negar que en la Iglesia haya una gran confusión”); 
- la comunión a los cónyuges protestantes de fieles católicos (“la recepción misma de la Eucaristía por parte de un cristiano protestante representa en último análisis una mentira”); 
- los Dubia (“ninguna autoridad eclesiástico tiene el poder de dispensar del Sexto Mandamiento o de la indisolubilidad del matrimonio”), 
- o la posibilidad de adopción por parte de parejas homosexuales (“este fenómeno pasará a la historia como una de las mayores degradaciones de la civilización”).

Carlos Esteban

Abuso de poder: Marx no tiene autoridad para permitir la Comunión a los protestantes (Cardenal Müller) ... y otras noticias de Gloria TV


"Estamos experimentando la conversión al mundo en lugar de a Dios" (Entrevista con el cardenal Gerhald Ludwig Müller)



Neocardenales Amazónicos (Fray Gerundio)




No quisiera volver a repetirme sobre el V Consistorio del Pontificado de Francisco. Insisto en que ésta es una movida para desprestigiar el Estamento Cardenalicio, un consistorio centrípeto que arrastra hacia Roma a los llamados ahora Obispos de los pobres, que entrega el capelo a los que se han destacado por su poco destacar, que rechaza las grandes Sedes Metropolitanas y escoge obispados periféricos. 

Ya dije en alguna ocasión, que me parece que Bergoglio lanza diferentes mensajes con cada uno de estos nombramientos, negando sus particulares regalías a los que estuvieron en el punto de mira de sus animadversiones y antipatías, en sus tiempos bonaerenses de conspirador-candidato del Sistema.

Hoy han sido las ceremonias. Por eso estos días, continúan los medios afines sus lavados de cara y de cerebro para adoctrinarnos, explicando el porqué de cada nombramiento. Si los ha elegido Francisco, buena elección es. Y que nadie se atreva a criticarla. Es un guiño más en el guiñol actual. Dime quién te ha nombrado cardenal y te diré quien eres.

Como siempre, -y gracias a los tabletones de mis novicios tecnológicos-, los videos del oficialista Rome Reports, son muy expresivos. Llevan al videolector por el adecuado camino de la verdad. Para que no haya posibilidad alguna de discrepancias. En estos temas, el diálogo se va a freír espárragos y se extiende un manto de silencio que el Sistema respeta.

Al ver los susodichos videos, me gusta leer la “letra pequeña” y explicarla a mis jovenzuelos para que se espabilen y salgan de su atontolinado francisquismo. Me dicen que no es bueno que un viejo fraile sea mal pensado, pero les contestó que el Señor también lo era: no quiso decir si había que pagar el impuesto al César porque no se tragó el cuento chino de los fariseos que le preguntaban “con mala intención”. 

O sea, que según los métodos histórico-críticos, el Señor también era mal pensado cuando se encontraba cara a cara con los pillastres. O hubo algún mal pensado en la comunidad primitiva, que introdujo eso en el Evangelio. Algunos pillastres de ahora dejan en mantillas a los fariseos de entonces.

El neocardenal de Bolivia -se nos dice-, trabajó de albañil y vendiendo periódicos, fue minero y limpiabotas. Habla quechua y está viviendo entre los más pobres. Que se lleva de rechupete con la Conferencia Episcopal –cuando todo el mundo en Bolivia sabe que de eso nada, monada-. 

Las noticias sobre su vida destapadas por los medios y conocidas por Roma, graves noticias que le impedirían ser cardenal, no aparecen en ningún momento de la entrevista, claro está. Se ha decretado que son falsas. Ni siquiera existen. Y se silencia a quien sea

Habrá que recordar este suceso cuando dentro de unos años se nos diga, como un descubrimiento insólito, que Francisco I el Super-Magno investía cardenales viejecitos y temblones, pero con carga anti-celibataria, por decirlo de modo suave. Lo que ahora critican tanto de Juan Pablo II con Maciel, a toro pasado. Y es que a capelo designado, no le mires el diente.

Pero es mucho más divertida la entrevista al peruano neocardenal neoamazónico, que no tiene pinta de nada de amazónico, por cierto. Pero es jesuíta, claro. Y además, encarna una postura enfrentada con el cardenal Cipriani (al que no le sirve de nada sus últimas genuflexiones ante el pensamiento francisquista). La misma prensa peruana lo ve así:
Para la Iglesia peruana es un hecho sin precedentes que el Perú tenga dos cardenales. No obstante, y como era previsible, rápidamente se ha observado la diferencia entre ambos líderes de la Iglesia peruana, Barreto y el arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani. Este último pertenece al ala más conservadora de la Iglesia, en tanto que el nuevo cardenal exhibe posiciones más comprometidas con los mensajes del Papa sobre el medio ambiente, los DDHH, la corrupción y la protección de las víctimas de las violaciones en el seno de la Iglesia. En ese sentido, la designación del obispo Barreto como cardenal es una bocanada de aire fresco y amable frente a quienes pretenden imponer fundamentalismos.
“El Papa ha querido acercar la Amazonía a Roma y Roma a la Amazonía”, dice el neocardenal después de sudar la gota gorda antes de alumbrar esta frase, tan teológicamente densa. Y en un ejercicio de plan pastoral propio de la Iglesia Primaveral de la que gozamos, y que él va a intensificar desde su nuevo puesto vestido de rojo, su propósito es una especie de poema tetrástico episcopal: Cuatro grandes objetivos.

No me resigno a copiarlo, pues es digno de los planes episcopales más ambiciosos, de profundidad teológica inusitada y de inicio de una etapa cardenalicia que brillará en el Perú por los siglos. Si San Ignacio de Loyola levantara la cabeza, sentiríase orgulloso de éste su hijo con capelo incorporado. Estas son sus cuatro prioridades:

Primero, es toda la ecología, el cuidado de nuestra casa común. No solamente la Amazonía sino en general el cuidado de la casa común.

En segundo lugar, la lucha contra la pobreza extrema.

Tercer gran desafío, es la mujer.Y así feminicidios, violencia familiar.

Y cuarto y último tema, que no es propiamente solo del Perú, es la gran corrupción que hay. Una corrupción que es el peor cáncer político”.

¿Y el encaminar a las almas al Cielo? ¿Y enseñarles a amar a Dios? ¿Impulsar el matrimonio cristiano, amazónicamente olvidado? ¿Luchar contra el pecado? ¿Vida de sacramentos? ¿Y algún etcétera más, que no sea mudano e intraterreno?

Y es que enales LDR 
s neo-carde, como los neo-santos, como los neo-milagros, ya no son lo que eran. Las rebajas de temporada se han puesto en marcha en la neo-iglesia de Francisco. A mí me mosquea que hablando ya –como están-, del sínodo sobre la Amazonía del año 2019, se pongan en marcha dos candidatos perfectos para redactar las conclusiones: uno que puede dar charlas sobre los sacerdotes casados-rejuntados; y otro, que tiene entre sus principales proyectos la mujer, para el cuidado de la casa común…. Ya veremos si me equivoco.

FRAY GERUNDIO

jueves, 28 de junio de 2018

HIENAS Y LOBOS



Nos estamos ya acostumbrando a lo monstruoso o, al menos, estamos perdiendo la sensibilidad a la horrenda fealdad de ese pecado. 

Quedaron muy lejos los días en que la sociedad argentina se conmovía por las revelaciones sobre los depravados escarceos del mediático P. Grassi con algunos de los menores alojados en su orfanato. 

Ahora, la publicación de escarceos clericales es cosa de todos los días, literaliter. Y no hace falta recordar casos pasados. Al horror de lo sucedido en los hogares para niños sordomudos regentados por los padres del Instituto Próvolo tanto en Verona como en Mendoza, se sigue sumando un caso tras otro. 

En los últimos diez días nos hemos enterado de lo que hace ya tiempo se conocía en varios ámbitos: los prolongados abusos que varios miembros de la congregación de los Hermanos Maristas cometieron contra alumnos de sus colegio de Santiago de Chile. Los detalles de algunos hechos son escalofriantes. 

Y la semana pasada, el Vaticano decidió prohibir el ejercicio público del ministerio al cardenal Theodore McCarrick, arzobispo emérito de Washington, después que resultaran creíbles acusaciones de abuso sexual contra un menor, lo cual ha dado pie a ventilar papeles viejos y que aparecieran varias denuncias más de conducta sexual inapropiada con unos cuantos mayores, entre ellos sacerdotes y seminaristas (Ver aquíaquí y aquí).

Este purpurado tiene una relación especial con Argentina, país al que viajó en reiteradas oportunidad para ordenar sacerdotes del Instituto del Verbo Encarnado durante las épocas en que los obispos argentinos se negaban a hacerlo (ver, por ejemplo, aquí y aquí). 

Los padres de este instituto religioso eran muy cercanos al cardenal McCarrick, a quien asistían en sus desvelos pastorales proveyéndole de secretarios y, a cambio, contaron con su protección durante la época en que eran duramente cuestionados por su carácter conservador. 

Cuando McCarrick se retiró, eligió hacerlo al seminario que el Instituto del Verbo Encarnado tiene en la capital americana y residió allí hasta hace pocos meses. 

Lo que resulta no sólo llamativo sino también indignante es que el entonces Padre McCarrick haya sido nombrado obispo por Pablo VI, cuando ya estas denuncias circulaban y, peor aún, elegido por Juan Pablo II para una de las sedes más importantes de Estados Unidos y creado cardenal por el mismo pontífice. 

Todos estas revelaciones cotidianas dan la impresión que se está levantando tan solo una esquina de la alfombra que esconde una cantidad enorme de mugre clerical que jamás nos hubiésemos imaginado. 

Hemos caído en la cuenta que, entre nuestras filas, se pasean hienas con risas sensuales llenas de lascivia en busca de víctimas. Y lo hacen en ambos bandos, tanto el progresista como el conservador.

Esta situación tendrá consecuencias muy serias
Últimamente he debido oír fortuitamente conversaciones de personas “normales”, es decir, argentinos que seguramente están bautizados, que probablemente concurrieron a colegios católicos, que de vez en cuando van a misa y que mandan a catecismo a sus hijos. Decían: “Al final, la Iglesia no era más que una red de homosexuales”. “La iglesia católica debería desaparecer. Ya hemos visto a lo que se dedica”. “Iba a misa todos los domingos. No voy más y tampoco va mi familia. La iglesia era una mafia de abusadores”. Y otras cosas más por el estilo e igualmente de dolorosas.Así las cosas, la Iglesia católica ha quedado mucho más expuesta que antes a la persecución. 

Una de las murallas de defensa, quizás de las más fuertes, ha caído. Era la que estaba constituida por la inmunidad relativa que le daban sus innegables obras de caridad. Ahora resulta -piensa buena parte de la población atea o católica, o lo que fuera-, que los asilos de huérfanos o de minusválidos, que las escuelas y colegios, no eran más que la ocasión para congregar víctimas indefensas para saciar los apetitos depravados de los curas y las monjas.

Ante esto, según mi entender,  el Papa Benedicto cometió un error por exceso. Llamó a los lobos para que nos libraran de las hienas. Es decir, exigió que ante cualquier denuncia eclesiástica de abuso sexual, se diera parte de forma inmediata a la justicia civil, y con ella necesariamente a los medios de comunicación. ¿Qué más quieren éstos y aquellos para hacer daño en el redil? Estos lobos matarán probablemente a las hienas, pera también se llevarán consigo a muchos corderos.

Todo esto viene de perillas al demonio. Sería muy difícil que se emprendiera hoy una persecución a la Iglesia debido a que proclama que Jesús de Nazareth es el Hijo de Dios hecho hombre entre los hombres y redentor del género humano. A nadie le importa. En última instancia -dirán-, es un mito o una leyenda en la que cualquiera puede creer si así le place. 

Pero sí que se puede perseguir a la Iglesia por considerarla una institución dedicada a producir y encubrir abusadores sexuales de menores y mayores, a esquilmar a la gente pidiendo limosnas para mantener sus obras de caridad que no son más que nuevos gulags donde los pervertidos se pasean a sus anchas, a frenar los progresos necesarios y saludables de la sociedad, a ejercer sistemáticamente la violencia contra la mujer, a pregonar y afirmar como palabra revelada que la homosexualidad es una perversión y un pecado que debe ser condenado, a insistir que la sexualidad se ordena a la procreación y no al placer, y muchos disparates más que son totalmente inaceptables para la sociedad contemporánea. 

Estos motivos son suficientes hoy para desencadenar una persecución que, por lo demás, ya se está produciendo tímidamente. 

Hace pocos días una región de Australia aprobó la ley por la cual los sacerdotes están obligados a romper el secreto de confesión cuando se trata de abusos sexuales. Es decir, cualquier cura puede ir preso si no delata cualquier tipo de abuso sexual del que se entere bajo sigilo sacramental. 

En Irlanda, por otro lado, se han comenzado a levantar voces advirtiendo que bautizar infantes es una violación de los derechos humanos.

Quizás esa última persecución de la que han hablado los profetas y exégetas esté provocada por la misma Iglesia. 

Ni siquiera existirá el consuelo de saberse perseguidos porque se guarda la verdadera fe o porque se rehúsan a quemar incienso delante de los dioses. 

No. Será una persecución más sutil y desconcertante. Los católicos serán perseguidos por afirmar y adherir a una institución divinamente fundada, madre nutricia a través de la cual reciben la salvación que, a los ojos del mundo, se revela no más que como una perversa organización reaccionaria que, en el fondo, no es más que un juntadero de pervertidos. 

The Wanderer

El ecumenismo es anticatólico (2 de 3) [José Martí]



La gran tragedia con la que se enfrenta hoy la humanidad, en su conjunto es que se ha perdido la fe en Jesucristo, como verdadero Dios y como verdadero hombre, comenzando por la Jerarquía eclesiástica: "Heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño" (Zac 13, 7; Mt 26, 31), en un proceso sistemático de demolición de la Iglesia católica que comenzó, básicamente, a partir del Concilio Vaticano II. 

Es imposible no ver aquí la acción diabólica que se encuentra detrás de todo este movimiento, cuyo objetivo es el de destruir y echar a perder toda la labor que se ha llevado a cabo durante casi dos mil años de historia de la Iglesia. 


Se está luchando, cada día con más furor, por arrojar a Jesucristo de la sociedad y porque ésta no se rija por las leyes de Dios y las leyes naturales sino por lo que cada persona considere que está bien o está mal. 


Cobardía de la Iglesia ante los retos del mundo, que comenzó hace poco más de cincuenta años. 


Maritain [quien, por otra parte, ha hecho tanto daño, con su obra "Humanismo Integral"] hablaba, ya entonces, de "arrodillamiento" ante el mundo, en su mejor libro que es, sin duda, "el Campesino del Garona". 

Hoy vemos, cada  vez con más claridad, los frutos recogidos, es decir, el desastre y la crisis más grande que, con toda seguridad, se ha producido en la Iglesia; y todo ello por haber ido cediendo a los requerimientos del mundo, dando lugar a una Iglesia incluso más mundana que el mundo [Siguen habiendo puntos luminosos todavía, pero cada vez menos ... ¿y por cuánto tiempo?]. 

Y, sin embargo, todavía se habla de "evangelización", pero ¿qué tipo de "evangelización? 

En el Denzinger-Bergoglio nos encontramos con algunas de las afirmaciones del papa Francisco, QUE NO SON LAS DE LA IGLESIA, que dan una visión del catolicismo muy pobre, con total olvido de lo sobrenatural, como si el catolicismo se tratase de una religión más entre otras muchas; y como si su origen no fuese divino ... de manera tal que la salvación sería posible profesando cualquier religión y aun cuando no se tuviera ninguna.

A modo de ejemplo (respetando la numeración de origen) coloco algunos apartados:


1 — El proselitismo es una solemne tontería, no tiene sentido y entre cristianos es en sí mismo un pecado grave


































154 – La Iglesia nunca ha estado tan bien como hoy


- Se trata tan solo de algunos ejemplos en los que se puede apreciar cómo, en realidad, siempre según Francisco, da lo mismo ser católico que no serlo. De hecho, afirma Francisco,  "Dios no es católico" (léase, a este respecto, lo que dice Fray Gerundio). 

- Algo muy grave está ocurriendo. Y mientras tanto, silencio. Cardenales, Obispos, sacerdotes, seglares católicos ... todos callan (salvo excepciones, muy pocas). 

- Estas cosas deben hacernos reflexionar, siempre a la Luz de la Palabra de Dios. Si no nos avergonzamos de Jesucristo y de su verdadera Iglesia, Él tampoco se avergonzará de nosotros, delante de su Padre. 

- Y luego, orar; orar insistentemente y con verdadera confianza en que Dios hará surgir santos en su Iglesia, que son los únicos que podrán salvarla de la gravísima crisis en la que se  encuentra.

José Martí (continuará)