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lunes, 18 de junio de 2018

Canonizar y descanonizar o cómo poner a prueba la fe de los creyentes.



Conocer nuestra fe, es una obligación que todos los católicos debemos cumplir. No se ama lo que no se conoce, por lo que estudiar forma parte de nuestras obligaciones para con Dios.

Por una parte se ha dejado de predicar el catecismo, por lo que la ignorancia en temas de fe es tremenda. Y por otro lado a determinados temas, como es el de la infalibilidad papal, se les ha dado un enfoque que roza el papanatismo. Hoy -para muchos- todo lo que dice y hace el papa adquiere la categoría de infalibilidad papal, por lo que teniendo en cuenta que tenemos un papa que no deja de hablar, estos mismos repiten sin parar cada frase de nuestro querido papa Francisco, venga o no venga a cuento.

Pero estos días se pone a prueba nuestra fe, con la vileza de la propuesta de elevación a los altares del obispo Angelelli, obispo cuya vida y pensamiento estaba más cerca de la teología de la liberación marxista que de Santo Tomás. Obispo que parece que no fue asesinado, sino que murió de accidente, pero esto tampoco parece ser un impedimento para los que quieren lavar la cara a tan dañina teología.

Este acto supone un insulto a la Iglesia, algo que a los papanatas no les importa en absoluto. Pero, sobre todo, me hago una pregunta: ¿Si las canonizaciones son un acto de infalibilidad papal, cómo es que ha habido santos en los altares que luego han sido descanonizados? Quizás el dicho popular: “No es santo de mi devoción” quiera insinuar algo más de lo que parece .

El padre Oliveira les explica en una entrada el caso de Santa Filomena, a la que se le atribuyeron milagros muchísimo más llamativos y espectaculares que, por ejemplo, el que ha sido necesario para elevar a Pablo VI a los altares y, sin embargo, fue descanonizada (1)

Otros ejemplos de descanonización:

San Simón de Trento — popular niño mártir asesinado ritualmente por judíos el 24 de marzo de 1475. En 1965 el arzobispo Alessandro Gotardi, de la diócesis de Trento, declaró la inocencia de los asesinos. Como resultado del decreto del arzobispo, la Congregación de Ritos del Vaticano prohibió la veneración de sus reliquias así como la celebración de Misas en nombre de Simón. Este ejemplo de descanonización de un santo preconciliar es particularmente problemática porque a nadie se le ocurre insinuar que dicho santo no haya existido ni negar los milagros que se le atribuyen —fue puramente una movida política—. Dado que es políticamente incorrecto venerar a un niño que fue asesinado ritualmente por judíos .

San Guillermo de Norwich— otro niño católico (éste, ingles) que fue asesinado ritualmente por judíos (†1144), cuyo culto también fue suprimido, aunque al menos en este caso (a diferencia de San Simón) no parece haber habido un cultus popular. Santa Ursula — uno de los santos descanonizados por los heresiarcas vaticanosegundistas más famoso y milagroso. Ella fue parte de un grupo de once mil vírgenes masacradas por los hunos cerca de Colonia alrededor del año 383. A pesar del hecho de que su cultus siempre fue muy activo, incluyendo numerosas iglesias y calles que tomaron su nombre, su culto fue suprimido en 1969 (2)

¿Presión de un sector modernista de la Iglesia? ¿Odio a los santos de parte de algunos prelados provenientes de países protestantizados? ¿Incredulidad? No lo sabemos; lo cierto es que unos santos antes lo eran y ahora -al menos “en los papeles”- ya no gozan de ese privilegio. Sea como fuere, el caso existió y –repetimos– no ha sido el único en que, durante un tiempo, se veneró como santa a una persona y que, luego, la misma Iglesia, determinó que no se siguiera dando ese culto como tal, salvo en lugares concretos.

Afirmar que en la beatificación o canonización no se goza del privilegio petrino de la infalibilidad, no implica decir que las personas declaradas como tales no lo sean ni gocen ahora de la visión beatífica. Santa Hildegarda de Bingen, Santa Rita o San Pío de Pietrelcina, pueden ser perfectamente santos e interceder hoy por nosotros sin que por ello se juegue ese privilegio concedido al sucesor de Pedro (1)

(1) Canonizaciones e infalibilidad papal (Javier Olivera)
(2) EL CASO ANGELELLI (III) (Capitán Ryder)