Un Papa hereje (2 de 2). La cruz de Cristo, única solución posible a los problemas de la Iglesia [17]
¿Sueño o realidad? (1) [18]
¿Sueño o realidad? (2) [19]
¿Sueño o realidad? (3) [20]
¿Sueño o realidad? (4) [21]
¿Sueño o realidad? (y 5) [y 22]
¿Sueño o realidad? (1) [18]
¿Sueño o realidad? (2) [19]
¿Sueño o realidad? (3) [20]
¿Sueño o realidad? (4) [21]
¿Sueño o realidad? (y 5) [y 22]
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Como me habéis dado la espalda, Yo os he dejado hacer. Ya sabes lo respetuoso que soy con la libertad que os concedí al crearos. Pero los resultados están a la vista: hay una gran desolación en toda la tierra. Mi Nombre y el de mi Madre son despreciados y ridiculizados. Apostasía general extendida a casi toda la Iglesia y el mundo, el cual está dominado por el Nuevo Orden Mundial, obra del Maligno. Son muchos los que se avergüenzan de ser cristianos. Y la causa de ello es que la doctrina que reciben no les atrae, pues no les habláis de Mí sino de lo mundano. Y es por eso, entre otras cosas, que los seminarios se encuentren prácticamente vacíos.
Yo esperaba una respuesta más enérgica de mis Cardenales pero no la ha habido: sólo miedo y cobardía, pues muchos de ellos han perdido la fe; o bien, tienen una fe muy débil. Apenas se ha podido oír -tímidamente- la voz de algunos cardenales y obispos ... pero tampoco ellos han sido capaces de hacerte una corrección formal en toda regla (como debería de haber ocurrido) y haberte declarado hereje (herejía material o formal ... , ¿qué más da?) por no ser fiel al Depósito que has recibido. Una dejación que adquiere una especial relevancia, dada la gravedad extrema de los sucesos que se están produciendo en la Jerarquía y que están afectando perniciosamente a todo mi rebaño.
Comprenderás que no puedo permitir, por más tiempo, que continúe este proceso de secularización y de apostasía generalizada, que se ha extendido por toda la tierra. El mundo entero -y mi Iglesia, en particular, contigo a la cabeza- me ha dado la espalda. Y se están consagrando, como derechos, en las leyes civiles, lo que son verdaderas aberraciones "contra natura". Tal es el caso, por ejemplo, del mal llamado "matrimonio" entre homosexuales y del "derecho" al aborto, males ambos -junto con otros- que se están propagando, como un cáncer, de nación en nación, con la anuencia de una gran parte de la Jerarquía, siendo tú, sobre todo, como "Vicario" de Cristo, quien debiera de haber hablado y, sin embargo, no lo has hecho; de ahí lo ocurrido en el caso de Irlanda, por poner un ejemplo, el más reciente.
Pues bien: ha llegado el momento de las auténticas "sorpresas" del Espíritu. Actuarás conforme a lo que te he dicho que hagas. Dispones de poco tiempo, porque poco es el tiempo que te queda de vida. Ésta es la única oportunidad que te doy. Y lo que te estoy diciendo no es ningún sueño, sino una visión, una revelación que te hago personalmente para que no te condenes y para que no arrastres contigo a millones de personas a ese "infierno" que tú niegas que existe, pero cuyos umbrales acabas de presenciar.
Cuando despiertes, ten presente lo que te acabo de decir y llévalo a la práctica de manera inmediata. Rodéate de aquellos cardenales que te han corregido y cuéntales TODA la conversación que hemos tenido. Y que conste todo por escrito, como ya te he repetido.
No consentiré que la barca de Pedro se hunda. Se acercan días de gran tribulación. Todos tendrán que definirse. Tendrán que elegir entre la Muerte y la Vida. Si se arrepienten de corazón, aún están a tiempo de salvarse. Pero si eligen seguir separados de Mí, los dejaré. A todos os he dado libertad para que podáis amarme como Yo os amo. Sin esa libertad no podríais amarme. Yo no os puedo imponer que me améis. El amor o es libre o no es amor. Ésa es la razón por la que, respetando la libertad que os concedí al crearos, si elegís vivir separados de Mí y odiándome, y odiando todo lo que Yo amo, no puedo sino dejaros hacer, por más que el camino que habéis elegido os lleve a la eterna condenación, a la Muerte segunda, la que no tiene retorno: habrá sido elección vuestra, por más que mi deseo sea vuestra salvación.
Tú tienes que ser mi brazo ejecutor en esta última posibilidad que os quiero dar. Si me obedeces y te arrepientes, te salvarás y te perdonaré todo el gravísimo daño que me has hecho y que has causado a mi Iglesia. Pero es necesario que actúes; y que lo hagas ya. Una vez convertido, confirma a mis hermanos en la fe: ¿recuerdas?
Presta atención: A aquellos cardenales que eran como tú has sido (es decir, herejes), despídelos. Tienes en tu haber el fenómeno "sorpresas del Espíritu". Házselo saber para que te obedezcan. En cuanto a aquellos cardenales que me han sido fieles, pero que tú has despedido o recluido en puestos de poca influencia, devuélvelos de nuevo a los puestos que ya ocupaban o a otros de mayor responsabilidad, pues en ellos voy a poner mi confianza para sacar a la Iglesia del bache tremendo en el que se encuentra. De entre ellos, Yo elegiré un nuevo Papa. Y éste actuará de manera tal que sean excomulgados todos aquellos sacerdotes, religiosos y monjas que escandalizan a mis fieles, enseñándoles "doctrinas" contrarias a la fe católica; a todos aquellos que aceptan, como normales, los criterios del mundo actual: marxismo, socialismo, aborto, homosexualidad, etc...
De no hacerlo así perecerás indefectiblemente y tu destino definitivo será ese infierno, del que dices que no existe, pero que, sin embargo, acabas de ver con tus propios ojos. Cuando "despiertes", tendrás la tentación de considerar que toda esta conversación que hemos mantenido ha sido sólo una pesadilla. No ha sido ninguna pesadilla, sino algo real. Desecha esa tentación, como al mismo Diablo, y actúa: ése es el "lío" que Yo quiero.
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Fue entonces cuando desperté de ese sueño en el que soñé que Francisco soñaba; y acto seguido lo escribí para que no se me olvidara. Aunque algo se me haya pasado por alto, pienso que el Mensaje y la voluntad de Jesús con relación al papa Francisco, aparecen con suficiente claridad en ese escrito que reflejo en este blog.
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Caí en la cuenta de que me había quedado durmiendo mientras hacía oración. Al principio me asaltó una duda: ¿Sería realmente cierto que Francisco había tenido esa revelación de Jesús, a la que yo asistí, como espectador, en mi sueño? ¿Era ése el modo en el que Jesús pensaba actuar para evitar, en lo posible, el desmoronamiento completo de la Iglesia? ¿Era ésa una respuesta a mi petición? ¿Y por qué a mí -precisamente a mí- tenía que revelarme ese secreto?Sigo sin entenderlo. Sí sé que sólo Dios es Dios; y que para Él nada hay imposible. Sé también que Dios nos sorprende, a veces, con su manera de hacer las cosas; y que sus planes van más allá de nuestra imaginación: normalmente no los comprendemos. Pero, pasado el tiempo, caemos en la cuenta de que eso que ocurrió -y que no entendíamos- fue realmente lo mejor.
Claro está: en este caso concreto, ¿quién me asegura a mí que Dios va a proceder de ese modo (el que yo he soñado) para salvar a su Iglesia? Es absolutamente cierto que Dios tiene que intervenir, pues de Dios nadie se ríe. Sé que el Maligno, ése que está rigiendo ahora el mundo y la Iglesia, tiene los días contados, pues la victoria final no será suya: no puede serlo, puesto que las puertas del infierno no prevalecerán contra la Iglesia. Tenemos la Palabra de Jesús, o sea, la Palabra de Dios. Antes de que eso ocurriera, tendría lugar el final de los tiempos. Y Dios acortaría los días de apostasía, pues de lo contrario, nadie se salvaría. Pero, ¿hemos llegado ya a ese final?
Como el Señor es mi Amigo (de lo que estoy muy orgulloso y muy agradecido), sé que puedo confiarle a Él todo, incluso aquellas cosas que se me pasan por la imaginación como una posible solución a los problemas eclesiales. Él no se va a disgustar, porque entiende que es el Amor a Él y a su Iglesia lo que me lleva a pensar en posibles soluciones, por disparatadas que parezcan: Él puede hacer eso ... y mucho más. Eso sí: tenemos la seguridad de que, sea lo que sea lo que haga, siempre será lo mejor.
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Mientras cavilaba de este modo, me pareció escuchar estas palabras del Señor, como dirigidas a Francisco (el Papa de mi sueño, como si el sueño aún no hubiera concluido)
- La mayoría de los cardenales no te harán caso. No te obedecerán. Es más: pensarán que te has vuelto loco. Y eso les dará pie para echarte del trono papal. Se abrirá un Gran Cisma en toda la Iglesia, como jamás hubo otro tan grande. Pero aquéllos que permanezcan fieles, aunque sean pocos, ("mi pequeño rebaño") ésos se salvarán.
Yo aproveché estas palabras de Jesús a Francisco para seguir conversando con Él.
- Señor -le dije- ¿No podría ocurrir que un conjunto de cardenales -aunque fuesen pocos- se segregaran del resto (dado que se ha producido claramente una traición a tu Iglesia) y que ellos, por su propia cuenta, eligieran a un nuevo Papa, el cual sería el verdadero Papa, siendo el otro un impostor?
No escuché nada. Y seguí hablando:
- Ya sé que en la situación actual esto parece inviable, teniendo en cuenta -además- que cada vez quedan menos cardenales que piensen "en católico". Los pocos que aún quedan están siendo reducidos al silencio o bien son combatidos por el resto de "cardenales". No cabe duda de que hay un cisma, de hecho, en la Iglesia Católica (se reconozca o no) ... situación ésta que se va agravando más cada día que pasa.
Silencio en el ambiente ... pero seguro de que Él me escuchaba, proseguí:
- La Iglesia está irreconocible, y lo peor de todo es que son muchos [sobre todo, los más jóvenes] los que no han conocido otra Iglesia que ésta. El caballo de Troya -infiltrado en la Iglesia- ha tomado las riendas y no está dejando títere con cabeza.
Continué:
- La iglesia -cada vez con más virulencia- se está "identificando" con el mundo; sus criterios no son ya cristianos, sino "mundanos".
- "Por eso el mundo los oye" (1 Jn 4, 5) -escuché con alegría.
- Quiero hacerte una pregunta, Señor.
- Dime
- Aunque dudo mucho de que aparezca ese grupo de cardenales "rebeldes" que eligieran un nuevo Papa ... pienso que, en caso de producirse, sería lo mejor, a mi entender. Se produciría -ciertamente- un cisma en la Iglesia, al haber dos Papas. Unos se decantarían por el actual Papa, la inmensa mayoría, "aquellos que son del mundo y por eso hablan cosas mundanas y el mundo los oye". (1 Jn 4, 5).
- Continúa
Y habría otros, que serían minoría, [ y que, lógicamente, serían excomulgados por Francisco], que seguirían al nuevo Papa, al que habrían elegido, en secreto, unos pocos cardenales con ideas claras y pensamientos conformes a la Doctrina Católica de toda la vida. Éste sería, entonces, el verdadero Papa.
- Sigue
- Entonces quien quedaría excomulgado, por apóstata, sería Francisco, aun cuando fuesen muchos los que le siguieran. Nos encontraríamos así, otra vez, con una Iglesia catacumbal, como en los primeros momentos del Cristianismo.
No escuché nada, de modo que proseguí hablando:
- Esta Iglesia sería perseguida por todos, pero esta Iglesia, que sería la verdadera, sería -por eso mismo- la que daría cumplimiento a tus Palabras de que "las puertas del infierno no prevalecerían contra ella" (Mt 16, 18).
- Esta Iglesia verdadera -continué- estará formada por los que siguen siendo creyentes, como siempre ha sido ... aunque, al ser una minoría mínima, aparecerán como "rebeldes", de modo que, a los ojos del mundo, será la "Iglesia" de Bergoglio la que poseerá toda apariencia de legitimidad, la que será aceptada por el mundo, y la que se quedará con todos los templos.
- ¿Y qué más?
- No lo sé. He escrito algo en este blog sobre sueños que tuve, pero no dejan de ser elucubraciones. Mi mente no da para más.
- ¿Sugieres algo?
- Bueno, está claro que se producirá un cisma formal en la Iglesia [digo formal porque el cisma real ya existe, aun cuando no sea reconocido como tal]. Pero pienso que tal cisma es, incluso, necesario, pues servirá para que los cristianos se definan en un sentido o en otro; y así se saldrá de la confusión existente. Todo tendrá que ser revisado. Y habrá que poner, otra vez, las cosas en su sitio, conforme a la Tradición Perenne de la Iglesia de veinte siglos.
- ¿Algo más?
- Señor, soy consciente de que esta prueba a la que estamos sometidos es una prueba de fe. Es ahora, más que nunca, cuando tenemos que demostrar (y podremos lograrlo con tu ayuda, que no nos va a faltar) que nuestro amor y nuestra confianza en Tí no son mera palabrería, teniendo siempre presente, en nuestra mente y en nuestro corazón, estas palabras que el profeta Isaías pone en el oráculo de Dios, o sea, en tus labios: "Mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos, mis caminos" (Is 55, 8). Creo que es aquí donde debemos buscar la respuesta a todas nuestras preguntas.
- Completamente de acuerdo.
- Gracias
José Martí