Así se lee en la web del vaticano: "Ayer [21 de junio de 2028], durante el vuelo desde Ginebra a Roma, al final de su Peregrinación Ecuménica a Ginebra, el Santo Padre Francisco ha respondido a las preguntas de los periodistas que lo acompañaban en el avión, durante una conferencia de prensa que transcribimos a continuación".
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En esta entrada del blog tan solo me interesa hacer hincapié en algo que dijo Francisco, de su propia cosecha, sin que ningún periodista le preguntara nada, en ese sentido; y es lo siguiente:
Sólo quiero decir una palabra claramente: Hoy ha sido una jornada ecuménica, propiamente ecuménica. Y en el almuerzo hemos dicho algo muy bonito, que les dejo a ustedes para que reflexionen y piensen sobre ello: En el movimiento ecuménico debemos quitar del diccionario una palabra: proselitismo. ¿Está claro? No puede haber ecumenismo con proselitismo; hay que escoger: O eres de espíritu ecuménico o eres un “proselitista”.Ciertamente está completamente claro lo que dice el Santo Padre; y, además, está en conformidad con lo que ha estado repitiendo infinidad de veces desde que llegó al Pontificado, hace poco más de cinco años. De todos es conocida su famosa frase: "El proselitismo es una solemne tontería, no tiene sentido"( Entrevista con Eugenio Scalfari el 1 de octubre de 2013). Puede leerse lo que se dice en el Denzinger-Bergoglio acerca de este tema.
... Y, sin embargo, con todos mis respetos, lo realmente cierto es, precisamente, lo contrario. Lo correcto es que el Santo Padre hubiera dicho:
Hemos dicho algo muy bonito, que les dejo a ustedes para que reflexionen y piensen sobre ello: En el movimiento católico, que es el único que conduce a Dios, debemos quitar del diccionario una palabra: ecumenismo.¿Está claro? No puede haber catolicismo con ecumenismo; hay que escoger: o eres de espíritu católico o eres un "ecumenista"Desde el Concilio Vaticano II se habla mucho de Ecumenismo, una palabra nueva, invento de los modernistas que, como siempre, intentan convencer con ambigüedades.
Jesucristo no hablaba con ambigüedades. Decía: "El que no está conmigo está contra Mí. Y quien no recoge conmigo, desparrama" (Mt 12, 30). "Nadie puede servir a dos señores, porque o tendrá aversión a uno y amará al otro, o bien se allegará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas" (Mt 6, 24)
Y entendemos por "riquezas" todo aquello que, en esta vida, nos pueda separar de Dios. Así se desprende de las palabras de Jesús, cuando les dice a sus discípulos: "Acumulad tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín los corroen, ni los ladrones socavan y roban, porque donde está tu tesoro está tu corazón" (Mt 6, 20-21) ... porque es "del corazón" de donde "proceden los malos pensamientos, homicidios, adulterios, fornicaciones, robos, falsos testimonios y blasfemias" (Mt 15, 19). San Marcos añade unas cuantas más: "las malas intenciones, ..., codicias, maldades, engaños, deshonestidad, envidia, ..., soberbia, insensatez" (Mc 1, 21-22).
Éstas son, en definitiva, las "riquezas", los "tesoros", que separan de Dios y que, por lo tanto, hacen impuro al hombre: el incumplimiento de los Mandamientos de la Ley de Dios: No robarás, no matarás, no consentirás pensamientos ni deseos impuros, no dirás falso testimonio ni mentirás, no codiciarás los bienes ajenos, no cometerás actos impuros, no tomarás el nombre de Dios en vano, etc.
Nuestro tesoro, nuestra "riqueza" es Jesucristo. Y en Él tenemos nuestro corazón. Y no podemos servirlo a Él y, al mismo tiempo, servir a todo aquello que es contrario a Él. Eso es imposible:
"Escucha, Israel: El Señor es nuestro Dios. El Señor es Uno. Amarás al Señor, tu Dios, con TODO tu corazón [¡sin compartirlo con nada ni con nadie!], con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Que estas palabras que Yo te dicto estén en tu corazón. Las repetirás a tus hijos, y hablarás de ellas [¡proselitismo] cuando estés sentado en casa y al ir de camino, al acostarte y al levantarte" (Dt 6, 4-7).Acude a nuestra mente el MANDATO de Jesús a sus apóstoles, poco antes de subir a los cielos: "Se me ha dado toda potestad en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos [¡proselitismo!] bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar TODO cuando Yo os he mandado. Y sabed que Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo" (Mt 28, 18-20)? De estas palabras del Señor nos viene la fuerza que necesitamos para esa MISIÓN "PROSELITISTA" que consiste en acercar a los hombres a Jesucristo pues sólo en Él es posible el acercamiento a Dios.
La salvación únicamente tiene lugar en Jesucristo y en la Iglesia que Él fundó: la Iglesia Católica. No hay otro camino. A Dios no se llega a través de cualquier "religión" ni hay muchas Iglesias. Las citas evangélicas - de las que hay infinidad- no dejan lugar a duda. A modo de ejemplo:
"A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Unigénito, que está en el seno del Padre, Él mismo es quien lo ha dado a conocer" (Jn 1, 18)
"Nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo revelárselo" (Mt 12, 27).
San Pedro, en los Hechos de los Apóstoles, hablando de Jesucristo: "En ningún otro hay salvación, pues ningún otro nombre hay bajo el cielo, dado a los hombres, por el que podamos salvarnos" (Hech 4, 12).
Cuando Felipe le dice a Jesús:"Señor, muéstranos al Padre y nos basta", Jesús le responde: "Tanto tiempo como estoy con vosotros, ¿y no me has conocido, Felipe? El que me ve a Mí ve al Padre" (Jn 14, 8-9).
Y en otro lugar: "Yo y el Padre somos Uno"(Jn 10, 30)
Y podríamos continuar. Por eso, el ecumenismo, una palabra que -en realidad- no significa nada, tal y como es entendida ... y parece que no hay otro modo de entenderla (y lo mismo, y con más razón, puede decirse del diálogo interreligioso) en la medida en la que se considera que cada cual puede salvarse en la "religión" que tiene, es anticatólico.
José Martí (continuará)