Lorenzo Fontana, Ministro de Familia - Italia |
Carta de Lorenzo Fontana, Ministro de la Familia, al director de Il Tempo
“Estimado director,
le agradezco a usted, a Il Tempo, a su redacción y a todos los que me han expresado su apoyo en los días en los que está en acción un fuerte intento de ataque no sólo en lo que a mí respecta, sino contra los valores en los que se refleja la mayoría silenciosa y apaciguada.
Todo lo que se ha visto recuerda amargamente las previsiones de Gilbert Keith Chesterton:
le agradezco a usted, a Il Tempo, a su redacción y a todos los que me han expresado su apoyo en los días en los que está en acción un fuerte intento de ataque no sólo en lo que a mí respecta, sino contra los valores en los que se refleja la mayoría silenciosa y apaciguada.
Todo lo que se ha visto recuerda amargamente las previsiones de Gilbert Keith Chesterton:
«Las espadas serán desenvainadas para demostrar que las hojas son verdes en verano», una profecía que ya no parece tan remota.
Es lo que ha sucedido. Hemos afirmado cosas que pensábamos que eran normales, casi descontadas: que para crecer, un país necesita tener hijos, que la mamá se llama mamá (y no progenitor 1) y que el papá se llama papá (y no progenitor 2).
Hemos dicho que los últimos y los únicos que deben tener la palabra sobre la educación, crecimiento y cuidado de los bebés son precisamente mamá y papá, principio sacrosanto de libertad.
La reacción – de ciertos ambientes que hacen del relativismo su bandera – ha sido violentísima. Comenzó un feroz aluvión de insultos, ofensas, también personales, amenazas (que serán elevadas a la atención de los oficinas que le competen).
Los medios de comunicación social han amplificado la importancia de esta acción, llevada a la mesa por algunos. Vivimos en tiempos extraños. La furia de cierta ideología relativista excede los límites de la realidad, llegando también a poner en duda algunas evidencias indudables, que encuentran plena confirmación en nuestra Constitución: «La República reconoce los derechos de la familia como sociedad natural fundada en el matrimonio», recita el artículo 29, que será el principio de acción ministerial.
Dicho esto: la revuelta de las élites no nos asusta y no nos asusta enfrentar la dictadura del pensamiento único. Avanzamos, con gran motivación, tenemos muchos proyectos para llevar a cabo. Lo hacemos con muchísimos que – como ustedes – nos han manifestado su solidaridad.
Ustedes han sido y son numerosísimos, y a todos les dirijo un sincero y sentido agradecimiento. La historia nos consuela. «A ustedes los llamarán papistas, retrógrados, intransigentes, clericales: ¡enorgullézcanse por eso!», decía san Pío X.
Y nosotros estamos orgullosos de no tener miedo de decirnos cristianos, de decirnos madres, padres, de ser para la vida. Tenemos las espaldas bastante anchas para resistir los ataques gratuitos, respondiendo con la evidencia de los hechos, la fuerza de las ideas y el carácter concreto de las acciones.
Honor a un diario liberal que tiene la valentía de expresar posiciones contrarias a la corriente. Jamás como en este momento batirse por la normalidad se ha convertido en un acto heroico”.
Con estima
Lorenzo Fontana, Ministro de la Familia
Publicado originalmente en italiano en In Non ci spaventa affrontare la dittatura del pensiero unico - da Lorenzo Fontana
Traducción al español por: José Arturo Quarracino
Es lo que ha sucedido. Hemos afirmado cosas que pensábamos que eran normales, casi descontadas: que para crecer, un país necesita tener hijos, que la mamá se llama mamá (y no progenitor 1) y que el papá se llama papá (y no progenitor 2).
Hemos dicho que los últimos y los únicos que deben tener la palabra sobre la educación, crecimiento y cuidado de los bebés son precisamente mamá y papá, principio sacrosanto de libertad.
La reacción – de ciertos ambientes que hacen del relativismo su bandera – ha sido violentísima. Comenzó un feroz aluvión de insultos, ofensas, también personales, amenazas (que serán elevadas a la atención de los oficinas que le competen).
Los medios de comunicación social han amplificado la importancia de esta acción, llevada a la mesa por algunos. Vivimos en tiempos extraños. La furia de cierta ideología relativista excede los límites de la realidad, llegando también a poner en duda algunas evidencias indudables, que encuentran plena confirmación en nuestra Constitución: «La República reconoce los derechos de la familia como sociedad natural fundada en el matrimonio», recita el artículo 29, que será el principio de acción ministerial.
Dicho esto: la revuelta de las élites no nos asusta y no nos asusta enfrentar la dictadura del pensamiento único. Avanzamos, con gran motivación, tenemos muchos proyectos para llevar a cabo. Lo hacemos con muchísimos que – como ustedes – nos han manifestado su solidaridad.
Ustedes han sido y son numerosísimos, y a todos les dirijo un sincero y sentido agradecimiento. La historia nos consuela. «A ustedes los llamarán papistas, retrógrados, intransigentes, clericales: ¡enorgullézcanse por eso!», decía san Pío X.
Y nosotros estamos orgullosos de no tener miedo de decirnos cristianos, de decirnos madres, padres, de ser para la vida. Tenemos las espaldas bastante anchas para resistir los ataques gratuitos, respondiendo con la evidencia de los hechos, la fuerza de las ideas y el carácter concreto de las acciones.
Honor a un diario liberal que tiene la valentía de expresar posiciones contrarias a la corriente. Jamás como en este momento batirse por la normalidad se ha convertido en un acto heroico”.
Con estima
Lorenzo Fontana, Ministro de la Familia
Publicado originalmente en italiano en In Non ci spaventa affrontare la dittatura del pensiero unico - da Lorenzo Fontana
Traducción al español por: José Arturo Quarracino