Alguna vez ya he afirmado que nuestras generaciones más jóvenes andan bastante peces en historia, y especialmente en historia del siglo XX, y la poca que conocen suele estar bastante manipulada. Esto de la manipulación tiene arreglo a base de leer y contrastar, pero eso supone dejar un rato el teléfono móvil para agarrar un libro.
Lo que sí les llega a los jóvenes, a través de los medios más a su alcance, como algo de televisión y, sobre todo, las redes sociales, son las supuestas maldades de la religión y, de manera particular, los horrores de la iglesia católica, culpable, como todos sabemos, de los horrores de la inquisición, que en España causó, para los más exagerados, un número de víctimas mortales que fueron poco más de 5.000.
En Europa de manera especial tenemos experiencia de los resultados de abolir la religión para conseguir un estado de bienestar superior para todos los ciudadanos. Rusia es un ejemplo palmario. La revolución de 1917 entre otras cosas decidió abolir todo lo religioso. Me pregunto si gracias a eso Rusia se convirtió en un país más solidario, más justo, más benévolo, democrático y tolerante.
Hartos estamos de conocer las barbaridades del nazismo en Europa. Los muertos que podemos atribuir a Hitler, nada religioso por cierto, están en torno a los seis millones de judíos, además de otros colectivos. Un horror, pero nada comparable con los cien millones de muertos por el comunismo: 20 millones en la Unión Soviética, 65 millones en la República Popular China, 1 millón en Vietnam, 2 millones en Corea del Norte, 2 millones en Camboya y más.
Pero es que además de los muertos, será interesante comparar algunas realidades en países de tradición cristiana y en los oficialmente ateos.
Democracia. ¿Dónde hay una democracia más asentada y real? ¿En la Europa cristiana o en Rusia, Cuba, China, Corea del Norte, oficialmente ateos? ¿Dónde mayor respeto a los derechos humanos? ¿Dónde mayor libertad de prensa? ¿Dónde mayor consideración a los homosexuales? ¿Dónde un mayor desarrollo cultural?
¿Por qué no pensamos en los frutos del comunismo en España en los años treintadel pasado siglo cuando supuestamente en nombre de la libertad se llevó a cabo un terrorífico genocidio contra la religión que se tradujo en miles de sacerdotes y religiosos asesinados y miles de templos destruidos?
Pues como somos memos, y del todo, hay gente que sigue tragándose el camelo de que el problema para el desarrollo de la civilización está en la iglesia católica.Pues nada, viva Rusia, viva Stalin, viva Lenin, viva Mao.
Siempre habrá algún cantamañanas o manipulador profesional que intente convencernos de las delicias de vivir en Cuba, Rusia –hoy si, hoy ha cambiado-, Venezuela o Corea del Norte. Me hace gracia contemplar año tras año a los homosexuales haciendo burla de la Iglesia católica, cuando en los únicos paises donde montar sus saraos son justo en los países católicos. Que lo intenten en Rusia, Cuba o Corea del Norte.
Con la historia en la mano, con los datos a la vista, pensar que el fin de la religión es sinónimo de democracia y libertad, es simplemente una barbaridad. Pero bueno, los hay que lo siguen vendiendo, sus intereses tendrán. Lo raro es que alguien lo compre.
Padre Jorge