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El 3 de octubre, día de inicio del próximo sínodo de los obispos, está cada vez más cerca. Pero todavía a mediados de julio, el documento que debería hacer de "instrumentum laboris" de la reunión, es prácticamente semiclandestino. Ha sido presentado a la prensa el 19 de junio, pero a día de hoy es accesible sólo online y sólo en italiano.
De todas maneras, quien lo ha leído no ha quedado conquistado. Así como no resulta que hayan producido nada memorable las precedentes etapas de aproximación al sínodo. El tema en examen no es de los más fáciles: "Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional". Pero el trabajo preparatorio ha consistido sobre todo en una desordenada suma de "escuchas", ya sea por medio de cuestionarios, o a través de reuniones de jóvenes diversamente convocados, como los 300 reunidos en Roma el pasado mes de marzo, más los 15.000 conectados con ellos vía web en todo el mundo.
"Escuchas" tratadas con modelos sociológicos de baja calidad, para registrar "preguntas" e "inquietudes" ya ampliamente conocidas. Cuando, al contrario, por ejemplo, para centrar el abismo que divide un poco en todo el mundo las generaciones más jóvenes de las más adultas en la vivencia religiosa, con un claro descenso de la religiosidad entre los jóvenes, bastaría sencillamente dar una ojeada a esta reciente encuesta del Pew Research Center de Washington:
La modestia del trabajo preparatorio es evidente, sobre todo, en la pobreza de las indicaciones propositivas. Del mismo modo que del Concilio Vaticano II se esperaba que la Iglesia dijera al mundo una palabra original, del próximo sínodo se espera una palabra fuerte de la Iglesia a las generaciones jóvenes. Una palabra que no sea la que el "mundo" ya es capaz de decir, sino que tenga en sí misma la huella única del "Verbum", del "Logos" hecho hombre en Jesús.
Si esta es la apuesta del próximo sínodo, entonces el artículo de apertura del último número de la "Civiltà Cattolica" vale, él solo, más que toda la inútil mole de textos preparatorios producidos hasta este momento.
Su autor es el biblista Vincenzo Anselmo, 39 años, jesuita, que se ocupa en Nápoles de la formación de los futuros sacerdotes diocesanos de Italia meridional. En este artículo asume como modelo para la Iglesia –respecto a las generaciones jóvenes– el actuar de Dios con David y Salomón, ambos llamados a tareas impensables según una valoración humana cuando eran jovencísimos y, sin embargo, decisivos en la historia de la salvación.
Tanto a David como a Salomón Dios los valoriza también por sus talentos –habilidad, valentía, sabiduría–, que inicialmente los hombres de su tiempo no les reconocían, sino que, al contrario, les escarnecían, y más aún por la determinación de David en transmitir al hijo Salomón la ley y las promesas divinas, a las cuales mantenerse siempre fiel en la escucha y en la obediencia.
Y Dios no se muestra indulgente cuando Salomón sacrifica en las alturas, cediendo a esa idolatría que era el tentador "espíritu del tiempo". Al contrario, precisamente ahí se le aparece y despierta en él el deseo de "un corazón que escucha" la palabra divina antes y más que cualquier otra palabra humana, según aquella que se convertirá hasta nuestros días en la oración cotidiana del creyente israelita: "Shema' Israel", "¡Escucha, Israel!".
Después de haber recordado también el caso del profeta Jeremías, consternado por la misión a la que Dios le llama cuando todavía "mira que no sé hablar, que solo soy un niño", el padre Anselmo concluye así su artículo: "En la historia de la salvación, el Señor se fía de los jóvenes y confía precisamente a algunos de ellos la suerte de su pueblo".
Hay la esperanza de que en el sínodo los obispos tiren a la papelera la banal sociología de los textos preparatorios y asuman seriamente esta lección de las Sagradas Escrituras.
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Al margen de esta nota, hay que señalar que también entre los jóvenes convocados en Roma para la reunión pre-sinodal del 19-24 de marzo de 2018 surgieron contestaciones al documento que la secretaría del sínodo redactó como resultado de la reunión.
En particular, un numeroso grupo de jóvenes entre los 16 y los 29 años, procedentes de los Estados Unidos de América, Pakistán, Hong Kong, Polonia, Irlanda, Inglaterra y otros países más, ha dirigido al Papa Francisco un argumentado documento propio alternativo, en inglés, presentado y publicado integralmente el 21 de mayo en LifeSite News:
En el documento se lee, entre otras cosas:
"Nosotros deseamos que la Iglesia sea popular, para que todos conozcan el amor de Cristo. Sin embargo, si tenemos que elegir entre popularidad y autenticidad, elegimos la autenticidad".
Más aún:
"Rechazamos completamente la idea de que la Iglesia tenga que cambiar su doctrina para satisfacer las exigencias del mundo".
Ahora está disponible una traducción íntegra en italiano, preparada por un joven miembro paquistaní del grupo, Zarish Neno: