En ella se discutirán determinados eventos previstos para el próximo otoño, entre ellos algunos de carácter político, como la conferencia de las Naciones Unidas COP24 sobre el Cambio Climático, y otras organizadas por instituciones no estatales, como la Cumbre de Acción sobre el Cambio Climático.
Esta iniciativa se produce no mucho después del encuentro mantenido por el Santo Padre con altos directivos de importantes multinacionales del petróleo a quienes urgió a la conversión hacia una energía limpia. Les recordó que “el Acuerdo de París exhorta claramente a dejar en el subsuelo la mayor parte de las reservas de combustibles fósiles” y les conminó a entender la gravedad y urgencia de la crisis.
Se espera que la conferencia ofrezca a los líderes políticos de todo el mundo argumentos sólidos para fomentar medidas que ayuden a la conservación del planeta y alejen el espectro de su destrucción medioambiental, y que concluya con una declaración del propio pontífice.
La Iglesia Católica se convierte así en la institución internacional de mayor peso en la concienciación ecológica a nivel internacional, coordinando los esfuerzos de las máximas autoridades científicas y políticas en este contexto.
Lo único que no entendemos es por qué, o qué tiene que ver con la misión del Sumo Pontífice.
Carlos Esteban