El papa Francisco aceptó la renuncia del cardenal de Washington, Theodore McCarrick, de 88 años, al Colegio de Cardenales, debido a las acusaciones de abuso homosexual.
Al mismo tiempo, Francisco lo suspendió como obispo y le ordenó vivir en reclusión, oración y penitencia “hasta completar el proceso canónico” que todavía no ha comenzado.
McCarrick presentó su carta de renuncia el viernes por la tarde.
El jesuita francés Louis Billot fue el último cardenal al que se le permitió renunciar a su cargo en setiembre de 1927, a causa de las controvertidas acciones de Pío XI contra la Acción Francesa.
Damian Thompson señala que “el cambio histórico” al hacer afrontar a figuras de alto rango de la Iglesia las consecuencias de su acción “tiene que ver más con el New York Times que con un nuevo espíritu de reforma”. Los prelados liberales generalmente se protegen uno al otro.
Los problemas homosexuales no eran un misterio. Antes que Juan Pablo II lo promoviera a Washington, un grupo de laicos viajó a Roma para convencer al Papa que no avanzara con su nombramiento.