El cardenal Giovanni Angelo Becciu, un ciego seguidor del papa Francisco, elogió a la “vieja guardia” [de oportunistas] en el Vaticano, quien está “obedeciendo inmediatamente”, aunque tiene dificultad para implementar decisiones. Según la doctrina católica, obedecer en temas que se oponen a la fe es pecado.
Al hablar el 27 de junio en The Tablet, una publicación radical que, irónicamente durante décadas, promovió la desobediencia a la fe, Becciu describe el comportamiento de la “vieja guardia” como ésta: “una vez que la reforma se convierte en ley, ellos obedecen”.
Becciu toma este distorsionado concepto de “obediencia” para atacar a los cardenales de las Dubia, quienes por el contrario nunca vociferaron “desobediencia” sino que, por el contrario, plantearon preguntas, con toda humildad, en forma acorde con los procedimientos regulares.
“Les digo a ellos: el Papa que tenemos es solamente éste. Jesucristo nos lo dio, por eso debemos seguirlo”. Nada de esto fue ni siquiera planteado por los cardenales que formularon los Dubia.
Becciu sigue pontificando: “puedo estar en desacuerdo con Francisco en algunas cuestiones, pero no muestro públicamente este desacuerdo”, y agregó: “la desobediencia destruye la estructura eclesial”.
Una vez más: los cardenales de los Dubia no expresaron desacuerdo ni desobediencia frente a Francisco. Humildemente hicieron preguntas que Francisco se ha negado a reconocer hasta el día de hoy.