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sábado, 29 de septiembre de 2018

El SILENCIO del VATICANO ante el Testimonio Viganò, según SPECOLA (7) [29 de septiembre de 2018]

SPECOLA, 29 de Septiembre de 2018 (Selección)

Como era de esperar, la nueva intervención del Arzobispo carlo Viganò está dando la vuelta el mundo y haciendo resucitar todos los fantasmas. Hoy tenemos dos noticias que a nuestro entender son significativas. La reducción al estado laical de Karadima y la petición del cardenal Becciu de realizar test psicológicos a los seminaristas para evitar lo que denomina ‘el flagelo’.

Algo no encaja en todo esto y es muy evidente y todo suena a una cortina de humo, posiblemente aquel que Satanás ha infiltrado. Karadima y los seminaristas son el último eslabón de la cadena. Y con ello sólo se está dando un golpe de efecto que nada soluciona. Casos como Karadima o McCarrick sólo han podido existir con la complicidad y el encubrimiento de las más altas instancias. 
Hemos llegado al punto que donde verdaderamente hace falta un buen estudio psicológico, de uno muy bueno, es en el colegio cardenalicio, sin excluir al de la brillante idea. 

Con episcopados al completo dimitidos y tantos que han perdido la orientación y la palabra, más que un sínodo de obispos sería necesario un buen chequeo. No nos cansaremos de recordar que el problema no son los delitos gravísimos, de uno o de ciento, sino la situación de abuso de poder que, por años, ha permitido que todo esto sucediese. 

No es creíble que los mismos que han conocido y encubierto a delincuentes en serie hasta llegar a las mas altas cotas de poder en la iglesia sean los que ahora nos quieren arreglar la vida. Es increíble que se pueda perder el sentido de la realidad hasta estos extremos. La verdad nos hace libres, y si es con mayusculas mejor. Mientras nos veamos rodeados de silencios extraños, de oportunas aclaraciones que nunca llegan, de juegos de artificio que no engañan ni al más tonto, no saldremos de esta.

En la ordenación sacerdotal el obispo pregunta si el candidato es digno y la respuesta es ” Según el parecer de quienes lo presentan, y después de consultar al pueblo cristiano, doy testimonio de que ha sido considerado digno”. 
El Papa Francisco ha dicho en muchas ocasiones que pecadores somos todos pero corruptos no. Aquí, Santidad, el problema es precisamente la corrupción. Tan corrupto es el que corrompe como el que se deja corromper o el que encubre y tolera la corrupción del corrompedor y el corrompido. 

Nuestro diccionario define la corrupción como “la práctica consistente en la utilización de las funciones y medios de las organizaciones, especialmente las públicas, en provecho, económico o de otra índole, de sus gestores”. Más claro agua para quien lo quiere ver. Cuando la corrupción se mezcla con lo más sagrado se convierte en crimen repugnante y abominable, que es evidente que está en las antípodas de la dignidad exigida al candidato a ordenes sagradas, no digamos ya de la ‘dignidad’ episcopal y cardenalicia.

Los fieles no son convidados de piedra en este festín. Todo lo que está sucediendo es una gran tomadura de pelo al pueblo de Dios al que los sacerdotes y obispos están llamados a servir, y no a engañar o entretener con juegos de artificio . Estamos viendo como muchos no soportan la situación y simplemente dejan la iglesia ante tanta locura. Pero también los hay que no están dispuestos a abandonar y han decidido luchar y en esas estamos.

Continuará