En su dura réplica del 7 de octubre al denunciante Viganò, el cardenal de la curia Marc Ouellet arruina los hechos.
Él afirma que el papa Francisco se olvidó de la información que él obtuvo de Viganò sobre el cardenal McCarrick, porque en ese mismo día recibió a muchos otros nuncios y fue sobrecargado con información.
Esto no es cierto. Viganò no informó a Francisco sobre el cardenal McCarrick el 21 de junio, cuando los dos se encontraron por primera vez en el contexto de una gran audiencia para muchos nuncios, sino dos días más tarde, el 23 de junio, cuando se le concedió a Viganò una audiencia privada.
Esta segunda audiencia tuvo lugar después de la Misa dominical de Francisco, hasta el Ángelus a las 12 horas del mediodía, y duró cuarenta (!) minutos. Ésta fue la única audiencia que Francisco concedió en esa mañana.
En consecuencia, la defensa de Ouellet se convierte en una acusación: Ouellet admite que Francisco fue informado sobre McCarrick y no hay motivos de por qué él podría haber “olvidado” la información explosiva que recibió de Viganò.