El cardenal alemán Reinhard Marx, Arzobispo de Münich, presidente de la Conferencia Episcopal Alemana y miembro del consejo papal de cardenales (C9), volvió a plantear la conveniencia de abolir el celibato sacerdotal y pidió que se tratara la cuestión en el presente sínodo, junto con una actitud más ‘positiva’ hacia la homosexualidad.
“Creo que el Sínodo es una buena ocasión para tratar este asunto. Hay varias intervenciones al respecto, el tema está presente en todo el mundo”, ha dicho el cardenal Marx en rueda de prensa, con motivo de su participación en la inauguración del Master ‘Protección de los menores”, promovido por la Pontificia Universidad Gregoriana en Roma, informa la agencia ANSA.
Es un asunto recurrente con el que nos llevan preparando mucho tiempo, especialmente entre los prelados de la Iglesia alemana, vanguardia de todas las vanguardias en el pensamiento eclesial. De hecho, se da por hecho que ese es el verdadero ‘punto fuerte’ del Sínodo de la Amazonía, en el que los indígenas serán tan protagonistas como los jóvenes en la presente reunión de obispos: es decir, como mera coartada.
En este caso, el punto de partida es, naturalmente, los abusos sexuales. Sabiendo que son abrumadoramente homosexuales en naturaleza, resulta bastante absurdo relacionar el celibato sacerdotal con los abusos y, de hecho, el cardenal alemán es un hombre demasiado astuto como para hacerlo directamente.
“Los expertos aseguran que no son el celibato en sí mismo, o la homosexualidad en sí, las causas de delitos de pedofilia, pero en realidad se trata de aspectos relacionados con otros, como la debilidad y la inmadurez, los que pueden llevar a los abusos”, dijo.Y ahora viene el “pero”, naturalmente:
“Añaden los expertos que una cultura hostil a la homosexualidad puede llevar a las personas a esconderse y tal vez aumentar el problema”.
Como ven, aunque no esté hablando directamente del sínodo LGBTI, el cardenal habla para él.
“En lo que a mí respecta -añadió- son cuestiones que a las que debemos enfrentarnos. No será aboliendo el celibato como resolveremos el problema, pero la sexualidad en general con todos sus aspectos son temas de los que podemos hablar a través de un diálogo positivo, también con los teólogos”.El sínodo, ya lo hemos dicho, es, en general, secreto. Sabemos de él, de lo que se está diciendo, lo que quieren que sepamos porque, como ha advertido su secretario de comunicación, el inefable padre Antonio Spadaro, director del órgano jesuita ‘La Civiltà Cattolica’, los obispos pueden ‘discernir’ con mayor libertad sin la presión de la opinión pública.
En este pontificado, ya se sabe, lo mismo y su contrario pueden ser lo mejor o lo peor según convenga: transparencia y ‘discreción’, denuncia y silencio, colegialidad y primacía papal; se trata de ‘discernir’, pero de discernir siempre en el mismo sentido.
El arte de birlibirloque que nos está anunciando Marx -y que aplicará este sínodo- es lograr que lo que, por lógica, debería llevar a una especial prudencia para atajar la penetración homosexual en el clero y evitar que siga avanzando, se utilizará para todo lo contrario: la normalización del estilo de vida LGBTI dentro de la Iglesia.
El arte de birlibirloque que nos está anunciando Marx -y que aplicará este sínodo- es lograr que lo que, por lógica, debería llevar a una especial prudencia para atajar la penetración homosexual en el clero y evitar que siga avanzando, se utilizará para todo lo contrario: la normalización del estilo de vida LGBTI dentro de la Iglesia.
Carlos Esteban