Lo dimos aquí, dando por buena la fuente anónima en la que se basaba el veterano vaticanista Marco Tossati, que recogía la noticia en su blog: el Papa Francisco dio orden al entonces prefecto para la Doctrina de la Fe, Gerhard Müller, que detuviera una investigación contra el cardenal británico Cormac Murphy-O’Connor, antiguo Arzobispo de Westminster y presidente de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales.
Lo hizo, además, de forma urgente, perentoria, llegando a obligar al prefecto a que interrumpiera una misa que estaba dando para un grupo de estudiantes y docentes alemanes de visita en Roma.
De hecho, ese era el dato conocido: que el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe -la Suprema- había sido inquirido por su propio secretario en plena misa por orden del Papa para que se reuniera con el Santo Padre en la sacristía. ¿Para qué? Ese era el misterio.
Lo desvelamos, pero faltaba la confirmación, que ha dado al fin el propio Müller en entrevista con el portal católico de noticias LifeSiteNews.
Müller advirtió a LifeSiteNews que estaba “obligado al Secreto Pontificio”, pero añadió que “las investigaciones no puede proseguir sin la aprobación papal”. El periodista comentó entonces al cardenal que habían surgido algunas noticias en el sentido de que, en realidad, la investigación se había completado -satisfactoriamente para el investigado- y no interrumpido, y le preguntó si la cierta era la segunda versión, a lo que Müller respondió “Sí”.
En ninguna de las informaciones sobre el caso, incluida la nuestra, se pretende que Murphy-O’Connor sea culpable del encubrimiento de abusos a una mujer por un sacerdote que la supuesta víctima lleva quince años denunciando lejos de los medios. Lo único cierto es que la acusación existía, la mujer fue conceptuada como víctima a efectos de indemnización por su diócesis y la investigación en curso fue interrumpida fulminantemente por orden del Papa.
La mujer sujeto de la denuncia nunca ha querido hacerla pública, pero LifSiteNews ha podido saber que la Archidiócesis de Westminster ya la ha reconocido como víctima, pagándole una cantidad no especificada como parte de un acuerdo extrajudicial. La mujer alega haber sido abusada cuando tenía 13 o 14 años por el Padre Michael Hill.
El Papa podría tener una deuda de gratitud con Murphy-O’Connor. El ‘francisquista’ biógrafo de Francisco Austen Ivereigh, antiguo asistente del cardenal Murphy-O’Connor, cuenta que en los días previos al cónclave del 12 de marzo, el grupo de San Galo encomendó a Murphy-O’Connor la misión de informar a Jorge Bergoglio de un plan para asegurar su ascensión al papado.
Carlos Esteban