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Ciertamente, Francisco condena el aborto, como no podía ser de otra manera, siendo, como es, el Papa, y aunque es verdad que ahora lo ha hecho con más energía que nunca, como dice el padre Santiago, al compararlo con la contratación de un sicario para matar a alguien, es decir, de un asesino a sueldo, ello no quita para que tengamos en cuenta que es la primera vez que lo ha hecho así, al menos que yo recuerde. Por ejemplo en la entrevista concedida a Antonio Spadaro, director de la Civiltá Cattolica, Francisco dijo lo siguiente:
“No podemos seguir insistiendo sólo en cuestiones referentes al aborto, al matrimonio homosexual o al uso de anticonceptivos. Es imposible. Yo no he hablado mucho de estas cuestiones y he recibido reproches por ello. Pero si se habla de estas cosas hay que hacerlo en un contexto. Por lo demás, ya conocemos la opinión de la Iglesia y yo soy hijo de la Iglesia, pero no es necesario estar hablando de estas cosas sin cesar”.Y es verdad, al menos en parte ... pero seamos coherentes, porque tampoco se puede estar hablando sin cesar de los inmigrantes y del cambio climático, cuestiones que -en sí mismas- no son parte esencial de la Doctrina católica, como sí lo es el mandamiento explícito: «No matarás», el cual es aplicable, más que en ningún otro caso, a los seres humanos más indefensos e inocentes que existen, cuales son los niños que están todavía en el vientre de su madre. El aborto es un crimen. Y es un crimen «legalizado» en bastantes países y, concretamente, en España, al que se le ha calificado como un derecho de la mujer. Y esto, que es algo objetivo, hay que denunciarlo una y otra vez, con preferencia al tema de la inmigración que, con ser importante, no lo es tanto.
Desde luego, hay muchas más cosas de las que hablar, como es el caso de los grandes misterios del cristianismo: La Santísima Trinidad, la Presencia Real de Jesucristo en la Eucaristía, la Virginidad de María, etc... así como la importancia capital de la Tradición en el Magisterio auténtico de la Iglesia. Estos temas, que sí son fundamentales, apenas si se tocan y el pueblo cristiano, en su amplia mayoría, en particular los jóvenes, los desconocen ... ¡porque no se les ha enseñado! «Y andan como ovejas sin pastor» (Mt 9, 36)
De manera que ese hablar ahora de un modo tan tajante sobre el aborto (y siento ser mal pensado, pero es que hay ya tantos precedentes, Amoris Laetitia, entre ellos, que no puede evitarlo) puede ser una estrategia para desviar la atención sobre el tema del llamado «Sínodo de los jóvenes», un Sínodo que se está llevando «en secreto», prácticamente, y en donde los jóvenes brillan por su ausencia: ¡a saber qué es lo que nos depara! Pienso que nada bueno.
Para colmo, ahora resulta que las conclusiones a las que se llegue en los Sínodos van a ser consideradas como magisterio común de la Iglesia. Es realmente increíble, pero así está ocurriendo ... aunque yo me pregunto: ¿de qué Iglesia? ... porque si se llega a conclusiones que estén en clara disconformidad con la Doctrina del Nuevo Testamento, como ha ocurrido con Amoris Laetitia, en el tema de la comunión a los divorciados vueltos a casar, AHÍ NO HAY MAGISTERIO, por más exhortaciones, Motus Proprios, encíclicas o lo que fuese.
No puede haber dos magisterios en la Iglesia. Hay UNA SOLA IGLESIA y SÓLO PUEDE HABER UN MAGISTERIO ... y éste es el que ha perdurado durante casi dos mil años.
¿Cómo es posible que, a consecuencia de la aplicación del Concilio Vaticano II, se llegue a un Magisterio diferente al que la Iglesia siempre ha predicado? Sencillamente, no es posible.
De modo que los fieles católicos deben de tener bien claro que su fidelidad es a Jesucristo, a la Iglesia que Él fundó y, por supuesto -y esto es esencial- al Vicario de Cristo ... ¡siempre que éste represente, a su vez, fielmente, el Papado y la Tradición y siempre que no se dedique a vender sus propias ideas como «sorpresas que el Espíritu nos trae y a las que tenemos que estar abiertos» ... porque entonces tendríamos la obligación de no hacer caso de dicho «Magisterio», dado que «es preciso obedecer a Dios antes que a los hombres» (Hech 5, 29)
Pero me estoy desviando un poco del asunto que nos ocupa en este post.
Según Rome Reports, esto fue lo que dijo Francisco sobre el aborto:
Y ésta la información de Gloria TV con relación a esas palabras del Papa:
Según Rome Reports, esto fue lo que dijo Francisco sobre el aborto:
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La fuerte condena del aborto por parte del papa Francisco, vinculándolo con la contratación de un sicario, como hizo el 10 de octubre, podría ser un mal presagio, advirtió Maria Madise, de la organización provida SPUC.
Ella remite en el sitio web LifeSiteNews.com “a un modelo consistente de fuertes declaraciones provida” por parte de Francisco, las cuales son seguidas después por “traiciones muy preocupantes de la fe”. Un ejemplo de ello: Francisco condenó primero el aborto como un “crimen” e inmediatamente después dijo que la anticoncepción era [presuntamente] lícita bajo ciertas circunstancias.
Además, Francisco llamó a la sanguinaria abortista italiana Emma Bonino una de las “grandes olvidadas” de Italia y rindió honores a la activista proaborto holandesa Liliane Ploumen con la Orden Pontificia de San Gregorio.Me parece que hay una gran incoherencia entre lo que el Papa ha dicho ahora, el 10 de octubre de 2018 y lo que hemos estado viendo que ha hecho y dicho a lo largo de cinco años de pontificado.
Estoy con el padre Santiago en que en este momento difícil, de tanta confusión, sólo nos queda confiar absolutamente en Dios ... y pedirle que acelere la hora en que esto termine.
José Martí